PLASTICA › MARIA JOSE HERRERA, LA NUEVA DIRECTORA DEL MUSEO DE ARTE TIGRE
Historia, función, proyectos e ideas
La especialista, que trabajó muchos años como investigadora y curadora del Museo Nacional de Bellas Artes, habla en esta entrevista de la particular historia del MAT, su arquitectura, la colección, y cuenta algunos de sus proyectos.
Por Fabián Lebenglik
El Museo de Arte Tigre tiene nueva directora: la historiadora del arte María José Herrera, que trabajó muchos años como investigadora y curadora en el Museo Nacional de Bellas Artes y actualmente preside la Asociación Argentina de Críticos de Arte. Página/12 entrevistó a la especialista:
–¿Cuáles son las particularidades y la historia del Museo de Arte Tigre?
–El Museo de Arte Tigre (MAT) es una casa museo, me interesa destacar esta cuestión, porque aunque no hubiese un solo objeto en su interior, la casa es importante estética e históricamente. El MAT es, entonces, una casa museo que posee una colección de arte argentino de los siglos XIX y XX. Es en esta doble funcionalidad que me interesa pensarlo, como arquitectura historicista, diseño, evidencia de un estilo de vida y de un momento histórico particular; y una colección que se construyó independientemente de los orígenes del edificio, muchos años después y bajo otras circunstancias históricas y simbólicas. El edificio comenzó a construirse en 1910, la época del Centenario, y se completó entre 1912 y 1913, cuando abrió sus puertas como Tigre Club. Creado para la práctica del tenis, golf, regatas y juegos, a fines de los años ’20 funcionó allí un casino que se desmanteló en 1933. Proyectado por el francés Paul Pater (el mismo arquitecto del edificio de la embajada de Francia) y su socio Louis Dubois, el edificio, de estilo francés, es un “pequeño Versalles en el Delta”. Luego de distintos usos (sede de la Gendarmería Nacional en los ’50, Concejo Deliberante en los ’80) el edificio fue declarado patrimonio nacional en 1979. Desde 1998, el entonces intendente Ricardo Ubieto dio impulso al proyecto de reconstruir y restaurar el edificio, dotarlo de una colección y convertirlo en un museo de arte argentino. El ambicioso proyecto culminó con la inauguración en año 2006 y, desde entonces, el MAT es un ícono turístico del Tigre, sede de exposiciones de arte y eventos culturales. Entre 2008 y 2012, la arquitecta Diana Saiegh llevó adelante la gestión del museo dándoles impulso a numerosas exposiciones temporarias que, junto a la colección permanente, ampliaron la audiencia y convocaron diversos públicos. Junto al Tigre Club (actual MAT) estaba el edificio del Tigre Hotel, de estilo normando, completamente distinto en su aspecto, demolido a principio de los ’40, no obstante, hasta la actualidad persiste la confusión acerca de que el edifico del MAT es el Tigre Hotel. Los colectivos de la línea 60 que, hasta hace poco tiempo lucían en su frente “Constitución-Tigre Hotel”, colaboraron con esa identificación errónea de ambos edificios hermanados por su función de servir al deporte y al esparcimiento, en los glamorosos años de la Belle Epoque argentina.
–¿Cuál es la función del MAT?
–Creo que la primera es servir a la comunidad en la que está inserto, es decir al Tigre. Pero evidentemente puede proyectarse ya que es un lugar con atractivo cultural y turístico a nivel nacional e internacional. Cuando digo servir me refiero a cumplir con esa función primordial de todo museo, desde su origen, en la modernidad europea, que es la de aportar a la educación. El edificio, la colección, el emplazamiento están cargados de sentidos y vivencias que nos pueden ayudar a mirar desde otras perspectivas, conocer y apreciar el arte, la cultura visual, la naturaleza. Hay otras casas museo en la zona norte y Tigre, pero museo específicamente de arte, no. Así que creo que tenemos la posibilidad de seguir posicionando al MAT con una oferta de arte histórico y contemporáneo que apueste al museo como un productor de conocimiento. Que no sea un museo “de paso” entre la rica oferta del Tigre, sino que sea un lugar permanente en la agenda cultural de Buenos Aires.
–¿Con qué recursos cuenta?
–El MAT tiene un presupuesto operativo importante que asegura su funcionamiento. El edificio es muy demandante, tiene 100 años y necesidades permanentes de acondicionamiento, restauración y conservación. Para poder realizar exposiciones de producción propia, vamos a contar con el apoyo del municipio y de la acción privada, como ocurre en la mayoría de las instituciones actuales.
–¿Qué proyecto tiene para su gestión?
–Mi intención es actuar sobre los dos campos que un museo supone. El interno, que es dotarlo de los aspectos institucionales que le dan continuidad y eficacia: profesionalismo, formación permanente, trabajo y comunicación en equipo. Y el externo, que tiene que ver con las exposiciones y la extensión cultural. Para crecer, a partir de la breve historia que el MAT ya tiene, hay que desarrollar más ciertas áreas como la de la investigación, la curaduría, la producción y la educación. Llevar a cabo un programa sostenido de exposiciones temporarias (propias y externas) va a requerir del equipo formado que ya tenemos, y de algunas incorporaciones como el área de diseño de exposiciones, por ejemplo. La muestra con la que pensamos abrir la temporada va a ser un modelo de la optimización de lo que ya tenemos encarado desde una perspectiva diferente. Porque el MAT es una casa museo es que quiero poner el foco en la historia de la casa y todo lo que ella implicó. Para esto estoy invitando a un trabajo conjunto con otros museos de Tigre que tienen documentación, objetos y memoria para construir ese guión. El Centenario es el contexto histórico de la creación del Tigre Club y su edificio. Quiero destacarlo mostrando la arquitectura y, en general, la cultura visual de la época, expresada en la moda, la gráfica y la fotografía. Por su parte, la pintura aportará los paisajes y su función de evidenciar la “identidad nacional”, como se proponían los artistas de ese momento que están presentes en la colección. Partimos, entonces, de todo lo que el museo tiene y nos proponemos narrarlo desde una perspectiva amplia y atractiva que todos quieran ver: los visitantes casuales y los especialistas. Voy a contar también con el apoyo de algunos artistas que sumarán sus obras e ideas para explorar este formato más escenográfico para contar una historia. La ventaja es que la “gran escenografía” la aporta la casa, por sí misma.
–¿Qué equipo la acompaña?
–El del museo, principalmente, y habrá algunas incorporaciones que aún no están definidas.
–¿Piensa organizar actividades complementarias?
–Todas las que ayuden a comunicar las exposiciones (visitas, conferencias, entrevistas) y otras más académicas como simposios y jornadas. Esto es lo básico, pero no descarto encontrar otras actividades que la dinámica y costumbres del lugar hagan necesarias o interesantes de explorar.
–¿Cuál será la relación entre la colección y las muestras temporarias?
–Profundizar el estudio de la colección está pendiente, así como mostrarla en una instalación espacial más acorde, que destaque la armonía de los grandes espacios de la arquitectura a la vez que exhiba una perspectiva histórico-crítica más actual. Creo que éste es uno de los aportes que como historiadora puedo hacer. Por otro lado, como curadora, quiero repensar el espacio de la planta baja para hacerlo más dúctil y neutro para exposiciones temporarias de todo tipo. Modificar la iluminación natural, combinarla con áreas que puedan oscurecerse, y lograr así otros efectos, es esencial para lograr estos fines. La colección también debe crecer, esta es una aspiración legítima de todo museo.
–¿Habrá catálogos y publicaciones?
–El MAT ya tiene un catálogo de su colección, ahora el desafío es producir otros de las exposiciones que vayamos realizando. Existe una página web muy útil para la información básica del visitante. Pensamos que en ella puede haber en un futuro más información complementaria de las muestras y otros contenidos didácticos.
–¿Cómo piensa la relación con otros museos e instituciones?
–La relación con instituciones similares es indispensable. En este sentido, mi experiencia de gestión compartida con otros museos o instituciones es muy buena y productiva. Potencia a ambas partes y proyecta la posibilidad de nuevos contactos. El MAT ha recibido muestras internacionales, vamos a seguir en esta línea tratando de coproducir o exponer obra del exterior.
–¿Y el aspecto pedagógico?
–El departamento de educación está bien instalado y funciona también en programas más amplios de la comuna. Vamos a estudiar el tema como para enriquecer la oferta dentro y fuera del museo.
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