Importantes galerías internacionales presentan en ARCO el trabajo de artistas de Cataluña
La proyección internacional de los creadores catalanes —o la falta de ella— es uno de los eternos debates y casi motivo de sollozo de la comunidad artística. La esperanza de una mayor visibilidad en un mercado más fuerte que el español, penalizado además por un IVA más elevado que en la mayoría de países del entorno europeo e internacional, hace que para muchos creadores ser representados por una galería extranjera resulte especialmente atractivo, como está ocurriendo estos días en la feria madrileña ARCO.
Pero, ¿qué empuja a un galerista a representar un determinado artista? “La visión de un galerista se expresa a través de los artistas que elige llevar. Yo seguí durante casi diez años la carrera de Eulàlia Valldosera antes de organizar su primera muestra. Ahora han pasado diez años y ya hemos hecho diversos proyectos juntas”, expone Laura Trisorio, directora de una mítica galería de Nápoles, el Studio Trisorio, que en octubre acogerá una individual de obras inéditas de Valldosera sobre el agua.
A sabiendas de que se trata de una artista intelectual, nada comercial, que requiere un perfil de coleccionista culto, Trisorio la lleva a todas las ferias. En ARCO presenta, por ejemplo, una hipnótica instalación de agua, luz, sombras y reflejos (a un precio de venta de 18.500 euros). “Antes no había encontrado ningún galerista que supiera acompañar como ella la producción de una obra”, asegura la propia Valldosera, que de la mano de Laura Trisorio presentó unaperformance en el Museo Arqueológico de Nápoles, cuya memoria videográfica se conserva en el museo de arte contemporáneo de la ciudad.
También hay galerías que apuestan por talentos consolidados como hace Lelong, con sede en París y Nueva York, y considerado uno de los pesos pesados del galerismo internacional. Lelong representa a Antoni Tàpies y en exclusiva al cotizado y siempre al alza Jaume Plensa. Quizás cansado de que no se concrete nada en Barcelona, “Plensa está preparando un importante proyecto para Madrid”, revela Jean Frémon, presidente de Lelong. “Es un artista que se vende muy bien, curiosamente en este momento su obra cotiza más que la de Tàpies, cuyo mercado está sufriendo un poco”, explica Frémon que en ARCO expone una hermosa cabeza de Plensa (345.000 euros) y un Tàpies de 1954 (275.000 euros).
El neoyorquino Michael Soskine, con sede también en Madrid desde hace ocho años, apuesta por dos artistas catalanes ya fallecidos: Josep Grau Garriga y Moisès Villèlia. Los grandes tapices coloreados del primero y las frágiles estructuras de bambú del segundo protagonizan su presencia en ARCO. Además, una personal de Villèlia inaugurará el próximo 14 de abril el nuevo espacio de Soskine en la capital española.
Jaume Plensa prepara un proyecto para Madrid, revela su galerista francés
También hay un catalán representado por una galería alemana en la sección estrella de la feria, Imaginando nuevos futuros, que reúne en ese espacio a laprimera división de galerías extranjeras invitadas para conmemorar el 35º aniversario de ARCO. Se trata de Daniel Steegman Magrané, triunfador del Primer Gallery Weekend barcelonés, que presenta en la galería Schipper/Johnen de Berlín una película rodada en la selva amazónica con una cámara tecnológicamente intervenida para poder rodar un paisaje en 360 grados. “Me encanta su capacidad de tratar temas conocidos de una forma totalmente nueva”, indica Esther Schipper, hablando del artista que estos días expone en la galería The Green Parrot de Barcelona, hasta el 18 de marzo. Otra obra en ARCO de Steegman, en este caso una escultura de espejos (26.000 dólares), se puede observar en la brasileña Mendes Wood DM. “¿Catalán? Daniel ya es brasileño, vive en Río desde hace casi 12 años. Nosotros ya éramos amigos antes de abrir la galería”, asegura Pedro Mendes, su director. Un amigo que vende, claro, y totalmente exportable.
Fuente
http://ccaa.elpais.com
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