El Museo Bellas Artes de Bilbao acogerá desde este miércoles, 8 de febrero, y hasta el próximo 15 de mayo la exposición 'Renoir: Intimidad', una muestra con 64 obras del pintor impresionista francés.
La exposición, que se inauguró en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid el pasado otoño, ha sido presentada este martes en el Bellas Artes bilbaíno por su comisario y director artístico del Thyssen, Guillermo Solana, el director del Bellas Artes, Javier Viar, y la directora de la Obra Social de la BBK, Leire Aragón. La muestra reúne obras de Pierre Auguste Renoir procedentes de museos y colecciones de todo el mundo que han sido seleccionadas con el objetivo de "resaltar un rasgo característico del estilo de Renoir que se mantendrá a lo largo de toda su trayectoria: la importancia que concede a los valores táctiles de la pintura".
La exposición está compuesta por retratos, paisajes y desnudos del pintor francés, que a pesar de disfrutar de una "tremenda" popularidad entre el público más amplio, no ha contado con el beneplácito de los historiadores del arte "particularmente de la última hornada" ni de los críticos, que le han tildado de ser un pintor "edulcorado", según ha explicado Guillermo Solana, durante la presentación.
Frente a un impresionismo puramente visual, han destacado los responsables del Museo, los lienzos de Renoir potencian los aspectos sensoriales relacionados con el tacto, como la piel o el cabello de sus modelos o la espesura de un jardín. Este rasgo, han explicado, se percibe en todos los géneros que cultivó, desde los retratos, desnudos y escenas de grupo hasta los paisajes y naturalezas muertas. La exposición, además, incide en otra característica de los numerosos retratos que pintó y que "diferencia a Renoir de los de los demás pintores impresionistas", como es "la constante búsqueda de empatía con el modelo y con el espectador".
Frente a un impresionismo puramente visual, han destacado los responsables del Museo, los lienzos de Renoir potencian los aspectos sensoriales relacionados con el tacto, como la piel o el cabello de sus modelos o la espesura de un jardín. Este rasgo, han explicado, se percibe en todos los géneros que cultivó, desde los retratos, desnudos y escenas de grupo hasta los paisajes y naturalezas muertas. La exposición, además, incide en otra característica de los numerosos retratos que pintó y que "diferencia a Renoir de los de los demás pintores impresionistas", como es "la constante búsqueda de empatía con el modelo y con el espectador".
Para ello, han relatado los organizadores de la muestra, "las composiciones se concentran en el sujeto representado, al tiempo que invitan a quien las contempla a asomarse a escenas que pertenecen a un mundo privado". Según han avanzado, el recorrido por esta nueva muestra del Bellas Artes "permite descubrir cómo el pintor se sirve de las sugerencias de volumen, materia o textura para recrear escenas de una intimidad que no sólo adquiere carácter erótico sino también social, amistoso o familiar". El comienzo del recorrido introduce al espectador en el mundo pictórico de Renoir con cuatro retratos femeninos que fueron ejecutados entre 1864 y 1872, y estructura el resto de los trabajos en cinco secciones, dedicadas al impresionismo, los retratos de encargo, los paísajes del norte y del sur, la familia y su entorno, y las bañistas.
La muestra comienza cronológicamente con etapa impresionista de la década de 1870 como 'Mujer con sombrilla en un jardín', 'Mujer al piano' o los retratos de Monet y su esposa, y continúa con retratos realizados por encargo en lo que supone, en palabras de los responsables de la muestra, "la parte menos íntima". Tras recorrer los paisajes de pequeño formato "del norte y del sur", la exposición se adentra en la parte más "íntima" con la sección sobre la familia y su entorno, con retratos de su esposa Aline, de sus hijos en su primera infancia y también de otras mujeres de su ámbito familiar como la niñera Gabrielle. La muestra concluye con la sección dedicada al desnudo femenino, Bañistas.
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