Phillips Collection (Washington DC)
Reúne las joyas de Duncan Phillips, un crítico de arte y coleccionista que convirtió su casa en Dupont Circle, en museo en 1897. "Almuerzo de remeros" de Renoir, "Un autorretrato" de Paul Cézanne o "Domingo" de Edward Hopper son algunas de las 4.000 piezas.
El pabellón de la Secesión (Viena)
Las paredes del edificio están tatuadas con el célebre Friso de Beethoven, realizado por Klimt para la XIV Exposición de la Secesión vienesa de 1905. No es una obra pequeña, sino 34 metros de ancho y dos metros de alto en los que el enfant terrible vienés interpreta la novena sinfonía.
Isabella Stewart Gardner (Boston)
La mujer que hay detrás de este museo que reúne todos los cuadros de los que se enamoró en sus viajes a Europa. Raphael, Botticelli, Rembrandt, Monet, Degas son los genios que cuelgan de estas paredes entre tapices y otros refinados objetos.
The Peggy Guggenheim Collection (Venecia)
A la colección Peggy Guggenheim hay que llegar en vaporetto, con lo que antes de llegar ya ha sumado muchos puntos en cualquier ranking de lugares románticos. Antes de que se instalara aquí la famosa coleccionista, albergaba ya algunas de las obras de arte más relevantes del siglo XX.
FrickCollection (Nueva York)
Uno de los millonarios del siglo XIX fue Henry ClayFrick, hoy su nombre está unido a una de las colecciones de arte privadas más deseadas del mundo. De Rembrandt a Velázquez, de Holbein a Tiziano y de El Greco a Bellini, Vermeer, Goya, de este nivel hablamos en la FrickCollection.
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