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jueves, 29 de marzo de 2018

Un estudiante francés que preparaba su tesis cazó a los traficantes de obras del Daesh






                                      Obras con las que traficaban. (Policía Nacional)


La operación se desencadenó gracias a las pistas ofrecidas por el joven que llevaron a detectar numerosas piezas procedentes del expolio en Libia


Un estudiante universitario francés que realizaba una tesis sobre obras arqueológicas de la región de la antigua Cirenaica, hoy en día Libia, resultó fundamental en la investigación que ha permitido seguir el rastro a una trama dedicaba a la adquisición y venta de piezas de valor histórico con fines de financiación del terrorismo yihadista. La operación se desencadenó gracias a las pistas ofrecidas por el joven, que condujeron a numerosas piezas procedentes del expolio del Daesh en Libia localizadas en manos de un anticuario y un marchante de nacionalidad española.

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El universitario rastreaba internet en busca de vestigios de manifestaciones artísticas procedentes de este territorio, que atravesó por las colonizaciones de los imperios griego y romano, cuando detectó que dos personas ofrecían para su venta obras que no deberían haber salido de su lugar de origen. Algunas de ellas, en concreto dos estatuas de la época romana, aparecían troceadas, cortadas a nivel del cuello. Los españoles implicados tenían en su poder una cabeza masculina y otra femenina, separadas del tronco de las figuras, que también fueron localizadas.






Los cabecillas fueron detenidos en Barcelona y acusados de financiación del terrorismo yihadista, receptación, falsedad documental y contrabando. Tras pasar a disposición de la Audiencia Nacional, ambos quedaron en libertad con fianza. El anticuario, un barcelonés de 31 años, se especializó de forma autodidacta en el mundo de las antigüedades, que comenzó a estudiar desde los 17 años. Adquirió notoriedad en el sector e incluso había participado en foros académicos donde se trataba la destrucción del patrimonio histórico por parte del Daesh.


Las imágenes del operativo que ha distribuido el Ministerio del Interiormuestran cómo las obras se conservaban en cajas de madera selladas o recipientes metálicos. Envueltos en papel film, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía detectaron también cántaros de origen griego y mosaicos. En el almacén, colocados sobre palés, aparecieron los cuerpos de las estatuas. La policía intervino también obras de la zona tripolitana, entre ellas sarcófagos y piezas de origen egipcio.


Los cabecillas fueron detenidos en Barcelona y acusados de financiación del terrorismo yihadista, receptación, falsedad documental y contrabando. Tras pasar a disposición de la Audiencia Nacional, ambos quedaron en libertad con fianza. El anticuario, un barcelonés de 31 años, se especializó de forma autodidacta en el mundo de las antigüedades, que comenzó a estudiar desde los 17 años. Adquirió notoriedad en el sector e incluso había participado en foros académicos donde se trataba la destrucción del patrimonio histórico por parte del Daesh.

Las imágenes del operativo que ha distribuido el Ministerio del Interiormuestran cómo las obras se conservaban en cajas de madera selladas o recipientes metálicos. Envueltos en papel film, los agentes del Cuerpo Nacional de Policía detectaron también cántaros de origen griego y mosaicos. En el almacén, colocados sobre palés, aparecieron los cuerpos de las estatuas. La policía intervino también obras de la zona tripolitana, entre ellas sarcófagos y piezas de origen egipcio.

En concreto, la policía, en cooperación con la Fiscalía de la Audiencia Nacional, realizó en origen el seguimiento de seis piezas que fueron adquiridas por los acusados en la etapa en que Libia ya se encontraba bajo el control de grupos vinculados al Estado Islámico, entre 2011 y 2016. El Ministerio Público considera que el expolio de los territorios que dominan se ha convertido en una de las principales vías de financiación de estas organizaciones. El dinero se usa en muchas ocasiones para el desarrollo de actividades terroristas.


Rastreaba internet en busca de vestigios de manifestaciones artísticas cuando detectó que dos personas ofrecían para su venta estas obras


Según informó Interior, la red en que se integraron los dos españoles arrancó su actividad en 2014. El anticuario tejió contactos con proveedores de todo el mundo que le permitían el acceso a piezas arqueológicas de diversas civilizaciones. Tras el aviso del estudiante francés, los agentes detectaron en 2016 irregularidades cometidas en los expedientes de importación de obras adquiridas. Las obras de la región de Cirenaica aparecían etiquetadas como importadas desde otros destinos, como Asia u Oriente Medio.


Los españoles no negociaron directamente con el Daesh sino con intermediarios. Los envíos se efectuaban de este modo desde terceros países y se identificaban como simples objetos decorativos. La Policía Nacional, tras la incautación, solicitó el apoyo de las autoridades de Libia, que determinaron que procedían de los yacimientos de Apolonia y Cirene, dos necrópolis de la región Cirenaica. Muchas de ellas estaban dañadas, lo que demuestra que se extrajeron por la fuerza.

Fuente

https://www.elconfidencial.com/

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