Xavi Ceerre organiza una exposición virtual con obras de 24 creadores, varios de BilbaoArte, que transforman espacios del epicentro del coronavirus
Siento atracción por las estructuras urbanas abandonadas, las considero un área de juego y libre expresión. Existe un riesgo, pero también mucha belleza. Son lugares en los que se ha detenido el tiempo. Zonas prohibidas, silenciosas y trágicas». Xavi Ceerre hablaba así hace medio año cuando presentó una exposición en la galería bilbaína Lumbreras. Pensaba en la ciudad donde nació, Alcoy, «que sufrió un proceso de desindustrialización parecido al de Bilbao pero sin la regeneración posterior». Y sin embargo, como tantas veces ocurre en las últimas semanas, parece que está describiendo nuestro mundo confinado. Los espacios que no podemos pisar y que él ha recuperado a su manera.
El artista alicantino, alumno del Máster Universitario en Pintura de la UPV, lanzó ayer a través de su cuenta de Instagram @xaviceerre) una exposición virtual interactiva en las calles de Wuhan, epicentro de la pandemia del coronavirus, que permanecerá abierta mientras dure nuestra cuarentena. Ha elegido tres ubicaciones muy concretas: un callejón próximo al mercado de pescado donde se sitúa el foco de la infección, la estación de tren y una vista aérea de esta ciudad de once millones de habitantes que después de dos meses cerrada a cal y canto va recuperando una tímida normalidad.
En estas imágenes, que visita a través de Street View, sitúa obras de 24 artistas de distintas disciplinas con los que ha compartido experiencias. Con algunos ha coincidido en BilbaoArte (Adrián Castañeda, Jorge Isla, Mar Reykjavik, Milena Rossignoli), con otros en Barcelona y Amsterdam. Transforman estas calles y las hacen suyas a través del proyecto Quarantine Gallery, con programación de Plata y diseño gráfico de Infracomm.lol. «Me interesan las posibilidades expresivas de internet», explica Ceerre desde su taller en Leioa, donde pasa la cuarentena. «Lo efímero de Instagram lo relaciono con la calle, el espacio que hemos perdido». Al mismo tiempo, «he tratado de desacralizar las obras al llevarlas al entorno urbano, jugar con su escala».
En la imagen, la estación de tren de Wuhan, Jorge Isla investiga la publicidad «que nos rodea y devora» y explora las complejidades «de una epidemia global, los préstamos fraudulentos». En el suelo hay una alfombra creada por Josep Maynou en Marruecos, «con un intento de dibujo del personaje popular Fido Dido». Amaya Suberviola muestra en sus cuadros formas «que ocultan y dejan ver» a modo de telones o cortinas y aluden a la manipulación de imágenes a través de medios digitales. La escultura en cerámica del danés Carl Otto Linde, desafiante, «podría estar acechando en cualquier lugar». Y el artista suizo Eliot Möwes expresa su punto de vista «de forma calculada y sintética», con formas geométricas básicas y spray.
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