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sábado, 15 de mayo de 2021

¿Y si invertimos en arte?

 

Los nuevos máximos del S&P 500 y el Dow Jones, el riesgo de sobrecalentamiento de los mercados -según algunos miembros de Fed- y la incipiente inflación debida a la relajación monetaria masiva y el gasto público han disparado las alarmas. Los activos reales -históricamente ayudan a brindar protección en un entorno inflacionario- se han beneficiado de la caída de las tasas de interés y, entre ellos, un activo parece haber resistido la prueba del tiempo y escapado de las garras de la volatilidad: el arte contemporáneo. Un tema de inversión a menudo mal entendido, olvidado o ignorado por los inversores.

Foto: Galería de arte (Reuters)

Galería de arte (Reuters)

Los activos reales se han beneficiado de la caída de las tasas de interés y, entre ellos, un activo parece haber resistido la prueba del tiempo y escapado de las garras de la volatilidad: el arte




 Los nuevos máximos del S&P 500 y el Dow Jones, el riesgo de sobrecalentamiento de los mercados -según algunos miembros de Fed- y la incipiente inflación debida a la relajación monetaria masiva y el gasto público han disparado las alarmas. Los activos reales -históricamente ayudan a brindar protección en un entorno inflacionario- se han beneficiado de la caída de las tasas de interés y, entre ellos, un activo parece haber resistido la prueba del tiempo y escapado de las garras de la volatilidad: el arte contemporáneo. Un tema de inversión a menudo mal entendido, olvidado o ignorado por los inversores.

En primer lugar hemos de acotar qué es el arte contemporáneo. Puede parecer simplista, pero no existe una definición única y generalmente aceptada de arte contemporáneo sino varias que, en última instancia, se complementan entre sí. La más aceptada es la que se refiere a todas las obras creadas a partir de 1945, independientemente del estilo, el medio (escultura, pintura, fotografía, dibujo o editorial) o el movimiento artístico al que pertenecen. Sin embargo, algunos consideran que no se inició hasta la década de 1960 con la aparición del Pop Art. Otra definición de arte contemporáneo se refiere solo a prácticas y logros estéticos que transmiten ideas o conceptos (por ejemplo, arte conceptual); desdibuja los límites entre el arte y lo que tradicionalmente no se considera arte (por ejemplo, el arte de performance), o transgrede los límites del arte tal como lo concibe el arte moderno y clásico.

Hablamos de un mercado mundial que engloba a más de 32.000 artistas y de 123.000 obras, según datos de ArtMarket (antes Artprice), y que cuenta con 64 países activos en subastas, en las que China y Estados Unidos generan el 68% de los ingresos globales. En 20 años, el número de casas de subastas que participan en este nicho de mercado casi se ha duplicado, el número de sesiones especializadas se ha triplicado y el número de lotes vendidos se ha multiplicado por seis. El arte contemporáneo ha generado 22.700 millones de dólares desde 2000, representa hoy el 15% del mercado mundial del arte (en comparación con el 3% hace 20 años) y ha superado a los viejos maestros y al siglo XIX.

Un mercado que se ha acelerado, además, con la fluidez de las transacciones remotas, convirtiéndose en el segmento más dinámico y rentable de todo el mercado del arte. Según Credit Suisse, en 2020 hubo un 40% más de usuarios de sitios de subastas online -y se espera que la tendencia aumente aún más este año-. En paralelo, las ventas online están en auge: hubo 4,7 veces más ventas en línea en el campo del arte entre el primer semestre de 2019 y el primer semestre de 2020. Adicionalmente, según Sotheby's, el número de jóvenes coleccionistas que compran arte contemporáneo online ha aumentado un 122%.

Existen sólidos argumentos que avalan un continuo crecimiento de las ventas de arte contemporáneo en los próximos años, destacando tres: durante 25 años ha superado casi tres veces el retorno del S&P 500 (13,6% en comparación con 8,9%); tiene un rendimiento atractivo a largo plazo, con una baja correlación con las clases de activos tradicionales; y pérdidas muy bajas, durante los últimos 25 años, en horizontes de inversión a 3 años, solo las ha registrado en un 4% de los casos.

Un contexto en el que 2021 debería ser un buen año para el arte contemporáneo. De un lado, las fortunas multimillonarias han crecido un 32% en 2020 y se espera un 6,1% (CAGR) entre 2019 y 2024. Según la información de Art Basel recopilada por UBS, el 58% de los propietarios de galerías y casas de subastas esperan que las ventas aumenten en 2021.

Exige conocer bien el mercado: no hay que apostar por un artista joven, que quizá no consiga abrirse camino

Hay muchas formas de invertir en arte contemporáneo. Una es comprando una obra. Sin embargo, esto exige conocer bien el mercado: no hay que apostar por un artista joven, que quizá no consiga abrirse camino, ni pagar necesariamente muy caro por un artista confirmado (o en ascenso). También es crucial manejar los protocolos de los lugares en que adquirir la obra (galerías, casas de subastas o sitios web).

También existen fondos de arte que, estructurados como otros fondos de inversión, permiten a los inversores poseer parcialmente obras de arte mediante la titulización de esas obras de arte. Las empresas especializadas en estas estrategias de inversión hacen la investigación para identificar las obras de arte con una buena probabilidad de aumentar de valor y supervisan todo el mantenimiento necesario para mantenerlas en perfectas condiciones.

A esto se suma que los avances en la tecnología blockchain nos han dado la tokenización, lo que hace posible comprar parte de una obra de arte. Gracias a la tokenización artística, una pintura se fragmenta en miles de tokens digitales que luego se envían a los compradores. El proceso digitaliza la propiedad en tokens intercambiables, mejorando así la liquidez de la obra de arte.

También podemos invertir en empresas que realizan subastas, como Sotheby's (adquirida por Bidfair inc) o Christie's (pequeña capitalización de mercado), que venden obras de arte como inversiones. También existen empresas que brindan información sobre el mercado del arte en Internet y que venden obras de arte online, como ArtMarket. Sin embargo, estas empresas se enfrentan a una competencia muy fuerte, lo que, entre otras cosas, explica sus fuertes caídas.

 

Hay diferentes vías para invertir en arte contemporáneo, que es una excelente manera de diversificar las posesiones. Sin embargo, conlleva riesgos y costes añadidos que varían en función del medio elegido para adquirir una obra. Hay que recordar además que, más allá de la búsqueda de beneficios económicos, una inversión en arte contemporáneo también debe estar motivada por algo tan simple como importante: la pasión por el arte y la belleza de la obra.

 

*John Plassard, especialista en Inversión de Mirabaud Securities


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