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martes, 5 de mayo de 2015

Gauguin y las teorías simbolistas



Los artistas de 1885 a 1900, que participaron dentro del simbolismo, rechazaron las concepciones realistas, retirándose a profundizar sus propios sentimientos a la hora de buscar temas en sus obras, proclamando que estos provenían de los colores. Pensaban que la realidad reside en la imaginación y la fantasía, inspirándose en Charles Baudelaire, ya que su expresión individualista se trasformó en una preocupación en el ámbito íntimo del Yo, bajo la convicción de que "el todo del Universo visible no es, sino, un almacén de imágenes y signos a los que la imaginación asigna un lugar y un valor relativo; es una especie de alimento que la imaginación debe digerir".



Esto quiere decir que una obra de arte es tan expresiva de los sentimientos básicos y tan evocadora de ideas y emociones, que habrá de llegar a un nivel en el que las artes se interrelacionen: los sonidos evocan colores, los colores sonidos, ideas son evocadas por sonidos y, de vez en cuando, por colores.

Los pintores se relacionaron con los poetas intercambiando ideas y sentimientos a través de cartas. Wagner tenía la idea de "arte total" en la que la música, la pintura y la poesía estarían vinculadas en una sagrada unión. Gauguin era receptivo a las ideas de los poetas, este antecedente tiene una clara influencia en sus escritos posteriores.

Paul Gauguin se consideraba a sí mismo como un "salvaje": disputaba con los críticos de la pintura, compuso extensos ensayos sobre el arte y sobre problemas sociales y religiosos, y se refugió en Polinesia para estudiar la literatura clásica. En Émilie Bernard encontró el estímulo intelectual necesario para escribir sobre el movimiento simbolista. Al ser introducido en el círculo de Mallarmé, fue catalogado como pintor representante de este movimiento. Sus principales discípulos fueron Paul Sérusier y Maurice Denis; el primero transmitió a sus seguidores la célebre declaración de Gauguin:

¿Cómo ves este árbol? ¿Es ciertamente verde? Usa el verde entonces, el más hermosos verde de tu paleta. Y esa sombra, ¿más bien azul? No temas pintarla tan azul como sea posible.



Sobre la abstracción se refirió: Un consejo: no pinte imitando la naturaleza. El arte es una abstracción; extraiga esa abstracción y sueñe ante ella; piense más en la creación que resultará que en la propia naturaleza. Crear como nuestro divino maestro es la única forma de elevarnos hacia Dios.

Sobre la pintura: La pintura es la más hermosa de las artes. En ellas se condensan todas las sensaciones; contemplándola toda persona puede, con su imaginación, inventarse una historia y con una sola mirada sentir su espíritu invadido por los más profundos recuerdos; sin ningún esfuerzo de la memoria, todo aparece resumido en un instante.

Sobre la armonía: ¡Ah! Si por exageración quieres decir que tu obra está mal equilibrada, entonces, en este sentido, tienes razón. Pero debo llamar tu atención sobre el hecho de que aunque tu obra sea tímida y apagada será considerada como exagerada si en ella hay un error de armonía. ¿Hay, entonces, una ciencia en la armonía? Sí.







Sobre los impresionistas: Ellos estudian el color exhaustivamente como un efecto decorativo, pero sin libertad, manteniendo las cadenas de la verosimilitud. Para los impresionistas no existe el paisaje soñado creado a base de muchas entidades diferentes. Ven y perciben armoniosamente pero sin ningún propósito.

                                                Fuente: Gauguin y las teorías simbolistas

                                                           http://culturacolectiva.com

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