Siete de esos célebres murales fueron pintados por el propio Torres García y el resto por 19 de los alumnos de su taller. Con excepción de uno de ellos, fueron desprendidos y retirados hace décadas del Saint Bois, donde estaban en pésimas condiciones de conservación.
Todos los murales de Torres García fueron traslados a París en 1974, donde tras exponerse quedaron en un depósito por años. En 1978 se trasladaron al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, donde se quemaron en un incendio.
Pero a 70 años del 29 de julio de 1944, cuando se llevó a cabo la inauguración de los murales en el Saint Bois, diferentes actores buscan recuperar esa parte de la obra de Torres García que tuvo una gran repercusión en su época.
Los restos de dos de estos murales fueron encontradas en el depósito del Museo Nacional de Artes Visuales (MNAV) años atrás y en el Museo Torres García trabajan en la restauración de uno de ellos.
Prevén terminar la tarea en dos meses y exponer la obra, para luego definir si continúan adelante con la "reconstrucción facsimilar" de otros de los siete murales de Torres García incendiados en Río de Janeiro.
"Buscamos algo que represente y evoque una obra, no que la sustituya porque eso es imposible", dijo Alejandro Díaz, director del museo. Relató que se restauraron fragmentos del mural, aproximadamente 30% de la superficie "que estaban en muy mal estado" en el depósito del MNAV.
"Se rearmaron los restos, se pusieron en un plano y superficie de las dimensiones del mural original para conservarlos, utilizarlos como documento histórico y parte de una futura exposición", comentó. Pero además, en base a fotografías y murales que pintaron los alumnos de Torres con las mismas pinturas y técnica, están trabajando con dos artistas plásticos de la escuela de Torres en la "reconstrucción facsimilar" de estas obras.
Con ese fin, se hizo una investigación para generar las mismas características de muro y se trabajó con un fabricante de pinturas para tener, con materiales contemporáneos, las mismas características de color y fluidez de las usadas en la época.
"Buscaremos un resultado artística y técnicamente bueno; si no lo logramos, no lo repetiremos con los demás murales", adelantó Díaz. Confían en lograrlo, pero aseguró que "los primeros y peores jueces seremos nosotros". Hicieron estudios sobre los restos, las capas de color y pinceladas. "Temas que se deben evaluar muy bien y no es 100% seguro que el resultado sea el mejor. Por eso, si no nos convence, no se hace, por respeto a la obra", agregó
Si el trabajo sale bien, saben que necesitarán patrocinio para la reconstrucción del resto de los murales, tarea "que si bien no rescata la obra, sí rescata al menos un patrimonio visual que se perdió", dijo Díaz.
Centro cultural.
En tanto, la Comisión de Amigos de los Murales del Hospital Saint Bois se reunió ayer en Villa Colón y tiene la decisión de definir una forma de "trabajo seria, armada y prolija" para lograr que se abra un centro cultural en ese barrio, donde haya reproducción de los murales y se les mantenga adecuadamente, informó Roger Tijman. Esta comisión cuenta con el apoyo de liceos, escuelas, centros comerciales y parroquia de la zona.
A mediados de mayo se realizó el II Encuentro de Muralismo en Montevideo en el Hospital Saint Bois, del que participó Andrés Moskovics, el último de los alumnos de Torres García que fue parte de ese proyecto y cuyo mural está en la Sala Lumière de Canelones.
Moskovics, de 90 años, fue uno de los oradores en la reunión de ayer e informó que un médico del hospital le solicitó que pinte nuevamente su mural y en el mismo lugar en que lo hizo en 1944.
La pintura de los 35 murales en el hospital Saint Bois en 1944 fue un hecho histórico para el arte nacional y con pocos antecedentes en el mundo. Sin embargo, no se conservaron debidamente, estuvieron expuestos a hongos, humedad y descascaramiento.
A comienzos de la década de 1970, los murales de Torres García fueron separados de las paredes y montados en bastidores de tela para ser expuestos. En 1974 fueron exhibidos y visitados por decenas de miles de personas en el MNAV, en el centenario del nacimiento del artista. Luego fueron llevados a Buenos Aires, en 1975 a París, y en 1978 a Río de Janeiro, donde fueron víctimas de un incendio.
En 1997, tras un acuerdo con los ministerios de Salud Pública y Educación y Cultura, Antel se hizo cargo del retiro de los restantes murales, su restauración y exposición en la Torre de las Telecomunicaciones.
Hasta el 10 de agosto está en el Museo Nacional de Artes Visuales la exposición "Ver, sentir, comprender", que incluye obras y manuscritos de Torres García y que es uno de los homenajes en los 140 años de su nacimiento. A fines de año esa exposición se trasladará al Museo Torres García.
Crónica de época
"Todavía no se saben las verdaderas causas del siniestro. Lo concreto es que en la madrugada del 8 de julio de 1978 fueron consumidas por las llamas 73 obras de Joaquín Torres García que estaban expuestas en el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro", escribió el periodista de El País Miguel Carbajal, quien viajó a esa ciudad de Brasil a cubrir el incendio.
Fuente
http://www.elpais.com.uy
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