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domingo, 10 de mayo de 2015

El jardín de las delicias Hieronymus Bosch

The Garden of Earthly Delights by Bosch High Resolution.jpg
                                     The Garden of Earthly Delights by Bosch

El jardín de las delicias es una de las obras más conocidas del pintor holandés Hieronymus Bosch (El Bosco). Se trata de un tríptico pintado al óleo sobre tabla de 220 x 389 cm, compuesto de una tabla central de 220 x 195 cm y dos laterales de 220 x 97 cada una (pintadas en sus dos lados) que se pueden cerrar sobre aquella.
                  El tríptico cerrado: La Creación del mundo, óleo sobre tabla, 220 x 195 cm.
Obra de contenido simbólico, sobre el que se han ofrecido variadas interpretaciones, como El carro de heno o la Mesa de los pecados capitales, obras todas ellas adquiridas por el rey Felipe II de España, gran admirador del pintor, y guardadas durante algún tiempo en el Monasterio de El Escorial, obedece a una intención moralizante y satírica que iba a hacer fortuna ya en su época como demuestra la temprana aparición de copistas e imitadores.
                                                        Panel izquierdo.
Considerada como una de las obras más fascinantes, misteriosas y atrayentes de la historia del arte, el cuadro forma parte de los fondos de exposición permanente del Museo del Prado de Madrid, donde ingresó como depósito del Patrimonio Nacional en 1939.
                                                              Panel central.
Como el resto de las obras de El Bosco, carece de datación unánime entre los especialistas, siendo una de aquellas en la que más enfrentadas están las posiciones, pues mientras unos la consideran juvenil, otros dicen que es obra de madurez. Baldass y otros la sitúan en la época juvenil de El Bosco (1485).2 Cinotti la sitúa en torno al año 1503. Otras fuentes hablan de hacia 1510.3 Tolnay y Larsen la sitúan al final de la actividad del Bosco (15141515). Los análisis dendrocronológicos del roble de las tablas lo datan entre1460 y 1466, dando así un terminus post quem para la realización de la obra.4 En el catálogo de la exposición sobre el artista celebrada en Róterdam en el año 2001 se señala la fecha entre 1480 y 1490.2 En la Guía de visita editada por el Museo del Prado se señalan las fechas 1500-1505.
                                                           Panel derecho.
A partir de Gibson y hasta la actualidad (Hans Belting, 2002) se ha conjeturado que se realizó para Enrique III de Nassau.2 Los primeros poseedores de la obra fueron, pues, los miembros de la casa de Nassau, en cuyo palacio de Bruselas pudo ver el cuadro el primer biógrafo de El Bosco, Antonio de Beatis, personaje que viajaba en el séquito del cardenal Luis de Aragón, en el año 1517. Su descripción no deja lugar a dudas de que se encuentra frente al famoso tríptico: «Después hay algunas tablas con diversasbizarrías, donde se imitan mares, cielos, bosques y campos y muchas otras cosas, unos que salen de una concha marina, otros que defecan grullas, hombres y mujeres, blancos y negros en actos y maneras diferentes, pájaros, animales de todas clases y realizados con mucho naturalismo, cosas tan placenteras y fantásticas que en modo alguno se podrían describir a aquellos que no las hayan visto».[cita requerida]
                                        Detalle del Jardín del Edén, Dios y Eva.

Fue heredado por su hijo René de Châlon y después por el sobrino de Enrique, Guillermo de Orange, líder de la rebelión holandesa contra la corona de los Habsburgo. Fue confiscado durante la guerra de Flandes por el duque de Alba, incluyéndose en el inventario redactado con tal motivo el 20 de enero de 1568. El duque dejó los cuadros a don Fernando, su hijo natural y prior de la orden de San Juan.2
Felipe II adquirió el tríptico en la almoneda de los bienes de don Fernando y se envió al monasterio de El Escorial el 8 de julio de 1593.2 Es la pintura más famosa de la colección de nueve de Hieronymus Bosch que Felipe II reunió en El Escorial.5
                                                      Roca antropomorfa.
Como sucede con todas las pinturas antiguas, el título con el que se la conoce es moderno. El inventario de la entrega a El Escorial de 1593 la describe como «Una pintura en tabla al olio, con dos puertas, de la bariedad (sic) del mundo, cifrada con diversos disparates de Hierónimo Bosco, que llaman Del Madroño».6 Fray José de Sigüenza en su historia de la Fundación del Monasterio de El Escorial, ofreció una amplia descripción e interpretación de «La otra tabla de la gloria vana y breve gusto de la fresa o madroño, y su olorcillo, que apenas se siente, cuando ya es pasado, es la cosa más ingeniosa y de mayor artificio que se pueda imaginar».7 Posteriormente se cita en el inventario de 1700 como una pintura «de la creación del mundo». Vicente Poleró, que en 1857 publicó un Catálogo de los cuadros del Real Monasterio de San Lorenzo llamado del Escorial, lo llama De los deleites carnales. De ahí arranca su actual denominación como Jardín de las delicias o De las delicias terrenales. Fue trasladado al Museo del Prado en 1939 para su restauración, pues ya Antonio Ponz decía en 1777 que se encontraba bastante maltratada, y desde entonces no ha vuelto al monasterio.8
                                                                   Detalle.
El cuadro cerrado en su parte exterior alude al tercer día de la creación del mundo. Se representa un globo terráqueo, con la Tierra dentro de una esfera transparente, símbolo, según Tolnay, de la fragilidad del universo. Solo hay formas vegetales y minerales, no hay animales ni personas. Está pintado en tonos grises, blanco y negro, lo que se corresponde a un mundo sin el Sol ni la Luna aunque también es una forma de conseguir un dramático contraste con el colorido interior, entre un mundo antes del hombre y otro poblado por infinidad de seres (Belting).2
        Eva escondida en una cueva y señalada por Juan el Bautista como culpable.
Tradicionalmente, la imagen que muestra el tríptico cerrado se ha interpretado como el tercer día de la creación. El número tres era considerado un número completo, perfecto, ya que en sí mismo encierra el principio y el fin. Y aquí al cerrarse, se transforma, en el número uno, en el círculo: de nuevo nos permite vislumbrar la perfección absoluta y, quizá, a la trinidad divina. En la esquina superior izquierda, aparece una pequeña imagen de Dios, con una tiara y la Biblia sobre las rodillas. En la parte superior se puede leer la frase, extraída del salmo 33, IPSE DIXIT ET FACTA S(U)NT / IPSE MAN(N)DAVIT ET CREATA S(U)NT, que significa «Él lo dijo, y todo fue hecho. Él lo mandó, y todo fue creado». Otros interpretan que pudiera representar la Tierra tras el Diluvio Universal.

                                                             Infierno musical.
Al abrirse, el tríptico presenta, en el panel izquierdo, una imagen del paraíso donde se representa el último día de la creación, con Eva y Adán, y en el panel central se representa la locura desatada: la lujuria. En esta tabla central aparece el acto sexual y es donde se descubren todo tipo de placeres carnales, que son la prueba de que el hombre había perdido la gracia. Por último tenemos la tabla de la derecha donde se representa la condena en el infierno; en ella el pintor nos muestra un escenario apoteósico y cruel en el que el ser humano es condenado por su pecado.

                 
                                                                   Detalle
La estructura de la obra, en sí, también cuenta con un encuadre simbólico: al abrirse, realmente se cierra simbólicamente, porque en su contenido está el principio y el fin humano. El principio en la primera tabla, que representa el Génesis y el Paraíso, y el fin en la tercera, que representa el Infierno.
                                                                         Detalle
                             
                                                                       Detalle el infierno
                              
                                                                           Detalle

Una de las escenas más enigmáticas y sugerentes de la obra, aparece en la parte inferior: el infierno musical. En éste, instrumentos musicales gigantescos 


el niño se suicidó arrojándose al agua, en brazos de su abuela. El resto de sus guerreros samurais lo acompañaron en el descenso a la muerte.
Una de las escenas más enigmáticas y sugerentes de la obra, aparece en la parte inferior: el infierno musical. En éste, instrumentos musicales gigantescos
Detalle de parte de la obra “El jardín de las delicias”, del artista neerladés “El Bosco”.

                                                                                Detalle
                                                                           adán y eva
   
                                                                       detalle
                                                        Detalle del Jardín de la Delicias
... actividad investigadora. El Jardín de las Delicias de “El Bosco
                                                                            detalle

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