Ginebra. Casi nunca están físicamente presentes en las salas de remates, junto a los demás compradores elegantes y ricos. Los clientes asiáticos, prefieren permanecer en la sombra y suelen hacer su subasta desde muy lejos, por teléfono.
Todas las miradas se han vuelto esta semana hacia estos multimillonarios asiáticos, que han comprado a precios récord un cuadro y diamantes presentados por Sotheby's y Christies, en Nueva York y Ginebra.
"En los últimos diez años hemos constatado un formidable crecimiento de los compradores asiáticos, especialmente en relojería y la alta joyería", declara Patti Wong, presidenta de Sotheby's Asia.
Los clientes asiáticos representan alrededor del 30% de la actividad de alta joyería en Sotheby's y "constituye una parte muy importante de la clientela a nivel mundial", añade.
Lo mismo ocurre en Christies, que emplea a más de 220 personas en Asia, cuatro veces más que en 2010, según François Curiel, presidente de Christies-Asia.
"Cuando llegué a Hong-Kong en 2010, nuestros clientes asiáticos representaban 5% de nuestras ventas a nivel mundial. En 2014, era el 31%", dice.
Christies organiza también ventas en Shanghai dos veces por año, y ha abierto oficinas en esta megalópolis, igual que en Pekín.
El primer golpe maestro asiático se produjo el martes por la noche en Nueva York, donde se llevan a cabo las tradicionales ventas de arte de otoño. Estas subastas, que atraen a coleccionistas de todo el mundo, se celebran del 4 al 12 de noviembre, y cada una de las dos casas espera obtener en los remates más de mil millones de dólares.
Un millonario chino, ex chófer de taxi, compró un cuadro del pintor italiano Amedeo Modigliani (1884-1920), Nu couché(Desnudo acostado), por un precio récord para el artista de 170.4 millones de dólares (EUR 158.4 millones) en Christies.
El comprador, Liu Yiqian, de 51 años, hizo fortuna en el sector inmobiliario y en las finanzas.
Al día siguiente, un millonario de Hong Kong pagó la suma récord de 48.46 millones de dólares para regalar a su hija de siete años un diamante azul de 12.03 quilates, subastado por Sotheby's en Ginebra.
El magnate de la construcción Joseph Lau, de 64 años, condenado en 2014 por corrupción en Macao, la capital mundial del juego, compró ese diamante y decidió llamarlo The Blue Moon of Josephine (La luna azul de Josephine), en homenaje a su hija, a quien regala frecuentemente joyas.
Un día antes, Lau ya había pagado 28.5 millones de dólares por otro diamante de color rosa intenso de 16.08 quilates.
"El diamante más caro"
Según el tasador de Sotheby´s, David Bennett, el Blue Moon batió varios récords, entre ellos el del diamante más caro (independientemente del color), el de la joya más cara jamás vendida en una subasta y el del precio más alto por quilate.
Antes de la venta, este diamante rectangular de 1.55 cm por 1.34 cm estaba estimado entre 35 y 55 millones de dólares.
Su nombre procede de una expresión inglesa, "once in a blue moon", que se refiere a un acontecimiento que se produce muy inhabitualmente.
El anterior récord mundial para un diamante vendido en una subasta fue batido por el Graff Pink (24.78 quilates), subastado en noviembre de 2010 por 46.2 millones de dólares por la casa Sotheby's en Ginebra.
No es la primera vez que Joseph Lau ofrece joyas a su hija. En 2009 pagó, según la prensa, 9.5 millones de dólares por otro diamante azul que llamó "Star of Josephine".
Fuente
http://www.jornada.unam.mx
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