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domingo, 21 de agosto de 2016

LA PARTE DE ATRÁS III Los cirujanos ocultos del arte


A escasos metros de los murmullos de las salas de exposiciones, las obras de arte descansan bajo la mirada y las manos de los restauradores y conservadores. Así es su trabajo
Durante este mes nos hemos propuesto colarnos en La parte de atrás de la cultura que más nos gusta de la mano de sus protagonistas. Esos que pasan desapercibidos en los títulos de crédito, que no acaparan los flashes ni los aplausos y de los que muchos no saben ni sus nombres pero que son imprescindibles. Cada fin de semana, el foco y la atención en un nombre propio y una profesión. Esta semana nos adentramos en el Museo Reina Sofía, pero esta vez nos alejamos de las salas de exposiciones para asomarnos a una de sus zonas menos conocidas: el área de restauración.
Estamos en la última planta del museo. A escasos metros se escuchan los murmullos de los visitantes de 'Campo cerrado', pero aquí, frente a las colas, las prisas y esas fotos furtivas, reina el silencio. El Departamento de Conservación y Restauración del Reina Sofía funciona con la precisión de un reloj. Ocupa dos luminosas plantas con aspecto de laboratorio por donde campan a sus anchas las obras de arte desnudas, sin marco, y, por ello, mucho más cautivadoras. Un lienzo de Antonio Saura es el primero en captar nuestra atención. A escasos metros reposan 'Cántaro', un Dalí de 1918, y una fabolusa y magna obra de Marcel Broodthaers hecha con cáscaras de huevos que se está poniendo a punto para la retrospectiva que le dedica el museo a partir del próximo 5 de octubre.
Jorge García Gómez-Tejedor se planteó ser artista o arqueólogo, pero acabó convertido en el jefe de restauración del museo. Está trabajando en 'Cuadro y taburete con huevos' (1966), de Broodthaers, una imponente obra que, más allá de los huevos blancos que penden frágiles del lienzo o reposan sobre una banqueta, se cuestiona el concepto del arte como mercancía y el carácter efímero de una obra. Es una obra muy delicada. El paso de los años ha ido cascando sus huevos y aquí se afanan por estudiar la mejor forma de restaurarla siendo fieles a la idea del propio artista, que fue poniendo y quitando huevos del cuadro hasta su muerte. "Estamos revisando su estado de conservación", explica García, junto especialistas y la familia del artista para "asentar el criterio más adecuado sobre cómo debe presentarse la obra actualmente". "Hay huevos que estamos reponiendo, otros que estamos poniendo, otros que los dejamos. Es un poco una discusión que tenemos con todos los huevos. Lo que sí que estamos haciendo es documentar todo el proceso y localizar en qué periodo se pudieron poner. Esto es como una ciudad arqueológica sobre la que trabajar", resume gráficamente.
"Lo más conocido de nuestro trabajo es la intervención, la restauración en sí, pero no es a lo que más nos dedicamos. En lo que más trabajamos es en plantearnos estrategias de conservación de las obras: ver cómo están, hacer informes detallados para hacer el seguimiento de su evolución, ver cuáles son las condiciones más adecuadas para que la obra se mantenga y se preserve. Esas son nuestras funciones", explica el jefe de restauración del museo. Porque si hay una particularidad a la que hace frente su departamento son a las miles de peculiaridades de cada obra de arte contemporáneo. Aquí se trabaja con todo tipo de materiales, desde el óleo y la acuarela hasta los huevos. "Son obras que juegan con muchísimos materiales y que permiten a los artistas hacer de todo y utilizar de todo. Eso hace que la obra de arte contemporánea no tenga un patrón fijo", analiza.
Además de las obras que necesitan algún tipo de intervención, por aquí pasan todas aquellas que salen para exponerse en cualquier parte del mundo, antes y después del viaje, para elaborar un informe sobre su estado e, igualmente, las que llegan a las temporales del Reina Sofía. Una especie de ITV o chequeo que se incorpora a la información que acompaña a cada obra. También pasan por esta planta las que están en los almacenes del museo y deben revisarse para garantizar su conservación, como ese busto pintado por Saura que reposa sobre un caballete. Lo han estado analizando para asegurarse de que no tenía hongos y, de paso, limpiarlo. 
Fotografía de Dora Maar del 'Guernica' (I.G.)                                 Fotografía de Dora Maar del 'Guernica' (I.G.)
A pocos metros descansa sobre una mesa un bodegón pintado por Dalí en sus primeros años. Va a salir prestado a una exposición y los restauradores están comprobando su estado y preparándolo para el viaje. "La estamos valorando porque estamos notando que tiene ese tipo de restauración muy evidente de la década de los sesenta y tiene algunas intervenciones susceptibles de mejorarse. Así que, probablemente, planteemos algún tipo de intervención estética, aunque es verdad que la obra es estable y no corre prisa", explica Jorge García. 
Además del espacio diáfano que acoge las obras y el trabajo más artesanal, la ciencia también tiene su espacio en un laboratorio repleto de ordenadores, microscopios y toda suerte de aparatos donde se analizan desde los pigmentos hasta cualquier tipo de material del que esté hecho una obra de arte. Al lado, se abre un pasillo donde varios especialistas están concentrados en las pantallas de ordenador donde se reproduce el más mínimo detalle del 'Guernica', de Picasso. Entre 2011 y 2013 se llevó a cabo el proyecto de investigación 'Viaje al interior del Guernica' para realizar un análisis mucho más exhaustivo de la conservación de la pieza estrella del Reina Sofía gracias a las imágenes captadas durante siete meses por un automatismo robotizado. Hoy continúan trabajando para seguir profundizando en la técnica y los materiales de una de las obras de arte capitales del siglo XX.
En la planta de arriba se abre el espacio dedicado al papel, ya sean dibujos, grabados, revistas o fotografías. En un lateral descansan media docena de fotografías de Dora Maar esperando a salir a las salas del museo. Son sus célebres instantáneas, tomadas entre el 11 de mayo y el 4 de junio de 1937, en las que captó todo el proceso creativo del 'Guernica' y a Picasso trabajando en su obra más célebre. Cerca, Elena, una de las becarias del departamento, trabaja sobre un cartel antiguo del museo. Alrededor reposan unas baguettes de Wolman en las que están trabajando para alargar su vida. La singularidad de 'L'art Scotch (Baguettes)' es que el artista colocó sobre estas varas de madera unos arranques de revistas y periódicos que hacía con celo, una técnica que, por el uso del adhesivo, dificulta mucho su conservación.
¿Y no da cierto reparo trabajar sobre alguna de estas obrasnbsp;"En nuestras colección tenemos obras emblemáticas como el 'Guernica' o piezas de primer orden que no es que impongan pero, realmente, son piezas muy valiosas con las que hay que tener mucho cuidado a la hora de trabajar sobre ellas. Pero como con todas en realidad", garantiza Jorge García Gómez-Tejedor.
Fuente
http://www.elconfidencial.com

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