"Nos va a tocar profesionalizar nuestra propia experiencia. Pero no lo siento como una carencia. Mi consejo para aquel que quiera ser curador es que no poder acceder a un curso o una carrera de formación, no lo frene". Emiliano Valdés.
"Mi oficio consiste en poner a las obras a conversar entre sí. Eso uno lo hace pensando en lo que dicen las obras, que nunca tienen un significado fijo. Por eso yo creo que mi trabajo es más de interpretación. Se busca formar aparatos discursivos, ya sean textuales o físicos, creando un contexto y una discusión". Julieta González
Los curadores son los encargados de preservar, comunicar y exhibir el Arte y hacer registro de su historia. Sin embargo, ya desde el diccionario su labor no está absolutamente definida: ni como "comisarios" -como se los llama en España- ni como "curadores" -como se los conoce en Latinoamérica- está del todo fijado su significado.
Cortesía de Julieta González, directora y curadora del Museo Jumex
Así, no es extraño que surgan cuestiones como: ¿Quién legitima el trabajo de los curadores? o ¿Cuáles son los desafíos que enfrentan en Iberoamérica?. Lo que sí está claro es que "iniciativa, rigurosidad y diálogo" son palabras clave para este oficio en ascenso entre los jóvenes.
Con el objetivo de reflexionar sobre la situación de los curadores en el contexto iberoamericano, sus sinergias y estrategias, la profesionalización de su profesión así como el apoyo a jóvenes curadores, la escritora y crítica de arte argentina Bárbara Victoria, colaboradora de ARTEINFORMADO, conversó con siete destacados representantes curatoriales del Museo Jumex (México), el Museo de Arte Universitario Contemporáneo (México), el Museo de Arte Moderno de Medellín (Colombia), el Museo de Arte de Lima (Perú), el Museo de Arte Contemporáneo (Chile), el Instituto Tomie Ohtake (Brasil) y el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires - MALBA (Argentina).
Contextos y sinergias
Después de dialogar con los curadores, surgen algunas premisas sobre las que se para su profesión. Desde finales del siglo XX a esta parte, el arte iberoamericano ha sido redescubierto por el mundo: se lo mira con nuevos ojos, su voz es protagonista y ya no un efecto colateral del arte europeo. En este contexto, surgen las necesidades de autonomía y la de trabajo en conjunto. Autonomía en el sentido de tener una voz propia que separe la identidad nacional y a sus representantes artísticos y culturales. Trabajo en conjunto porque la fragilidad de las instituciones de esta región implica un desafío que se resuelve en bloque.
Un ejemplo es el caso del Instituto Tomie Ohtake de Sao Paulo. Paulo Miyada, quien trabaja en los equipos de investigación y curaduría junto a Ricardo Ohtake, propone: "Somos conscientes de lo que es trabajar desde las periferias de la historia del arte europeo. Hay mucho por hacer, por escribir, por exponer. Hay relaciones de poder para enfrentar de manera global, tanto así como hay terreno para trabajar de manera local. No pensaría esto sólo como un desafío. A mí me da la impresión de que es, más bien, una oportunidad". El Instituto Tomie Ohtake es una plataforma de producción multidisciplinaria que ofrece proyectos que invitan a la comunidad a participar en el entendimiento del arte contemporáneo. Actualmente presenta una exhibición basada en la importante colección del matrimonio brasileño Andrea y Olympio Pereira la cual fue co-curada junto a Robert Storr. La misma incluye obras de artistas como Lygia Clark, Mauricio Dias & Walter Riedweg, Alfredo Volpi, Tunga, Carmela Gross y Waltercio Caldas.
Otro caso es el del Museo Jumex, donde la curaduría se enfoca en cuatro ejes: la cultura -enmarcada en la antropología, la etnografía y la sociología-; el entorno construido –en relación al diseño y la arquitectura-; la información -y su incidencia en la producción artística-; y la intersección entre arte y vida. "Estos ejes reconocen la intencionalidad de los artistas que buscan trascender el canon histórico y comercial. Por ejemplo, la exhibición de "Peter Fischli & David Weiss" se ubicó en la intersección entre arte y vida, la exhibición de "Walid Raad" tiene que ver con el eje de la cultura replanteando el rol de la memoria en el contexto árabe. También en el eje de la información tendremos una muestra del artista conceptual Ulises Carrión, que viaja desde el Museo Reina Sofía (Madrid), trabajando con curadores invitados¨, comenta Julieta González, directora y curadora del Museo Jumex.
Una estrategia común entre los museos es la conformación de comités, en donde se evidencia la importancia del trabajo en bloque. Un ejemplo es el caso del Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires - MALBA, desde donde Agustín Pérez Rubio, su director artístico, nos explica: "Contamos con el Comité Científico Artístico, en el que además de Victoria Giraudo y yo también están Inés Katzenstein, Andrea Giunta, Julieta González, Adriano Pedrosa, y Octavio Zaya. Y, justamente, no sólo a nivel de asesoramiento sino también a nivel de práctica, nos viene muy bien contar con este comité ya que tiene también la función de trabajar en conjunto en el área de dirección artística y curatorial. Por ejemplo, no es de extrañar que Andrea Giunta haya co-curado la colección permanente 'Verboamérica', ni que estemos trabajando junto a Inés Katzenstein en un proyecto que propuso en el que se pone como enfoque el contexto argentino. Con el comité lo interesante es que nos hacen de transmisores de embajadores curatoriales para saber qué otras instituciones y proyectos a nivel internacional tenemos que tener presentes, y a la vez son partícipes para profundizar nuestro propio programa".
Desde Perú hablamos con Natalia Majluf, directora del Museo de Arte de Lima (MALI): "Los curadores de planta conforman un Comité Curatorial interno, en el que se definen políticas generales y prioridades de colección, de registro y de conservación. Luego está el Comité Académico que tiene como objeto evaluar las adquisiciones y recomendar lineamientos de política general. En el caso del arte contemporáneo convocamos a curadores externos para asesorar en el Comité de Adquisiciones. El MALI define a sus curadores de planta como agentes que facilitan el diálogo con la escena, que convocan activamente a otros críticos y curadores para participar en el trabajo que realizamos". Dentro de sus exhibiciones actuales se encuentran una colección de obras inéditas de Pancho Fierro, uno de los máximos exponentes del arte peruano, y una muestra del artista estadounidense Richard Tuttle.
Profesionalizar la experiencia
Desde México también hablamos con Cuauhtémoc Medina, curador en jefe del Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC). "Curar es una profesión no definida, no regulada y no tipificada. Nuestra función colectiva es la de crear instituciones que alberguen la producción contemporánea, que contengan las necesidades del público, que negocien la posibilidad de recursos, y que acompañen al modo en que el arte contemporáneo de la región ha reclamado su sustentabilidad", según Medina. A la pregunta de si hace falta apoyo institucional: "Sí, hace falta, pero también es nuestra tarea que lo haya. Nuestra manera de operar es consiguiendo el apoyo del público, consiguiendo el beneficio de la duda de la sociedad y logrando que los artistas no vean a estas instituciones como ajenas y enemigas, sino como parte de su territorio cívico", nos cuenta Cuauhtémoc desde el MUAC, un Museo Universitario que como tal responde a un hecho claro: "El cambio provino desde la misma Universidad y por eso creo que es un caso a imitar. Esperamos que aquel que venga al MUAC se encuentre con algo que le apasiona, con algo que no sabía y con algo que no quería saber. No buscamos satisfacer un gusto específico, es un espacio para posiciones encontradas". Dentro de sus exhibiciones actuales se encuentran las de la estadounidense Andrea Fraser y el indio-británico Anish Kapoor.
Otro caso de una institución que fue impulsada por gente joven es la del Museo de Arte Moderno de Medellín (MAMM), en Colombia. Emiliano Valdés, su curador en jefe, nos dice: "Este museo tiene de particular que fue fundado por artistas e intelectuales y eso ha hecho que tenga una relación estrecha con esa población. Fue producto y creación de los artistas y se mantuvo así con las siguientes generaciones; por eso mantener esa relación con el ámbito artístico de la ciudad es nuestro foco. Tenemos exposiciones de artistas locales, como por ejemplo "Micro-Ritmos" de Paloma López y Leslie García, y de artistas internacionales, como por ejemplo Cámara de Maravillas, una muestra que recibimos curada por Jens Hoffmann, que expuso fotografía moderna y contemporánea¨.
Emiliano también nos aclara que el eje que atraviesa a las exposiciones del MAMM tiene que ver con distintas maneras de conocer, y así se plantean como focos: formas de conocer al mundo, formas de conocer al otro, formas de conocernos a nosotros mismos, formas de conocer al entero. "Nos va a tocar profesionalizar nuestra propia experiencia. Pero no lo siento como una carencia. Mi consejo para aquel que quiera ser curador es que no poder acceder a un curso o una carrera de formación, no lo frene. Hay que saber los textos, las historias de las exposiciones, hay muchas maneras de acercarse al arte y si uno lo hace con compromiso, sensibilidad, atención, haciendo la tarea e investigando, no hace falta un cartón que le diga a uno, usted es curador¨, nos dice Emiliano destacando que la mayoría de los curadores provienen de otras ramas, como las de la Arquitectura, Letras y las Artes Visuales.
Apoyo a curadores jóvenes
¿Dónde están los espacios de acción para los curadores jóvenes?. Las alternativas son múltiples. Hablamos con Francisco Brugnoli, director del Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile (MAC), quien nos dice respecto a la inclusión de nuevos curadores: "Constantemente hay exhibiciones de curadores jóvenes, las recientes 'Pero la desobediencia dormía', curada por Ángela Cura y Felipe Cura, e 'Imagen Intermedia', curada por Daniel Cruz, en MAC Parque Forestal, son excelentes ejemplos de esto. El MAC es un lugar de excelencia y para la política de extensión de la Universidad es un borde de contacto y diálogo de nuestros académicos con realizadores provenientes de otros ámbitos".
De manera similar funciona el MALBA, en donde trabajan de cerca con distintas licenciaturas, por ejemplo junto a la Universidad Torcuato di Tella (Buenos Aires), al mismo tiempo que se presentan casos en que los propios contextos curatoriales dar como resultado una muestra, como la del artista argentino Osías Yanov que fue curado por la joven curadora argentina Laeticia Mello.
En el MUAC, trabajando siempre junto a la Universidad Nacional Autónoma de México, se ofrece el programa de seminarios "Campus Extendido" y regularmente hacen exhibiciones que devienen de proyectos de investigación. Otro programa que proponen es "El MUAC en tu Casa" en el que trasladan obras a las periferias de la ciudad, trabajando en ir más allá de la forma del privilegio burgués sobre el manejo de las obras de arte, y sobre la experiencia de entender a las formas de exhibición como un medio de aprendizaje. Otra herramienta es la producción de textos que complementan a las exhibiciones con publicaciones de cuadernillos, como por ejemplo los del Museo Jumex que se ofrecen de manera accesible para los estudiantes.
Fortalecerse debe hacerse de raíz, marcando la autonomía respecto del pasado colonial y de los siempre presentes vaivenes políticos. Repensar las historias individuales es una tarea clave, y allí la importancia -y la responsabilidad- del curador trabajando al servicio de la cultura. "Está habiendo una independencia de la estructura pública tradicional, que tiene todos los obstáculos burocráticos y muchas veces corruptos con los obstáculos que pone el Estado. Yo creo que mientras más se consolide un sector paralelo se puede ir generando un cambio desde adentro", reflexiona Julieta Gonzalez.
"Hay curadores que son operadores de la interrelación entre espectáculo social y obtención de fondos. Hay curadores que son musas inspiradoras–psicoterapeutas–cuidadores de artistas. No hay un monopolio ni gremio ni control sobre el trabajo del curador. Es un campo bastante des-regulado, cuyo prestigio o valor solamente ocurre en una reflexión a posteriori. Por eso yo no te diría tanto cuáles son nuestras cualidades como animal. Te diría sino que todos los curadores tienen como siete u ocho o a veces quince patas, y otras veces hacen todo sólo con una. Diría entonces que somos una profusión de animales, lo que hasta ahora construye lo que es en realidad un aparato de monstruos útiles", apunta Cuauhtémoc Medina.
Finalmente, los entrevistados recomiendan algunos curadores y espacios jóvenes a los que seguirles la pista como son: Móvil (Argentina), Julia Rebouças (Brasil), Clarissa Diniz (Brasil), TEOR/éTica (Costa Rica), Gabriel Rodríguez (Guatemala), Melissa Aguilar (Colombia), Miguel López (Perú) y Bisagra (Perú).
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