Foto EFE/SERGEI CHIRIKOV
1 DE DICIEMBRE 2016 - 09:55 AM
El vanguardismo de Vasili Kandinski y Mark Chagall inspiró la decoración de la pista de patinaje inaugurada en la Plaza Roja de Moscú, una tradición navideña que en once años ya se ha ganado los corazones de los moscovitas.
La catedral de San Basilio, los muros del Kremlin, la majestuosa torre Spásskaya con su famoso campanario, el mausoleo de Lenin y los legendarios almacenes GUM flanquean una instalación de 3.000 metros cuadrados que podría presumir, seguramente, de ser la pista de hielo con las vistas más espectaculares del mundo.
Las casitas nevadas pintadas por Chagall y las coloridas formas geométricas de Kandinski se han usado como elementos decorativos en el diseño de la pista, dotada de un sistema de refrigeración que mantiene el hielo incluso si las temperaturas suben por encima de los ceros grados centígrados.
Los afortunados espectadores de la ceremonia inaugural –la mayoría de ellos turistas que paseaban por la Plaza Roja pese a las gélidas temperaturas que se han instalado en la capital rusa– asistieron a un adelanto del espectáculo sobre hielo dirigido por el excampeón mundial de patinaje Iliá Averbuj.
La compañía de Averbuj, oro en la modalidad de baile por parejas, presentó sobre el hielo de la Plaza Roja algunas escenas de su nuevo espectáculo “El cascanueces”, inspirado en el famoso cuento de E. T. A. Hoffman publicado por primera vez hace justo dos siglos, en 1816.
Nada menos que cuatro campeones olímpicos del patinaje sobre hielo –Alexéi Yagudin, Adelina Sótnikova, Tatiana Totmiánina y Maxim Marinin– actúan en el espectáculo que se estrenará en el Palacio de Hielo VTB de Moscú el próximo 28 de diciembre.
La pista de hielo, con una capacidad para 450 personas, está abierta al público en horario desde las 10:00 am hasta la medianoche, y no será desmontada hasta mediados del próximo mes de marzo.
El precio de la entrada para adultos, con derecho a usar la pista durante una hora, es de 400 rublos, poco más de 6 dólares al cambio de hoy.
También se inauguró la feria navideña de la Plaza Roja, en la que se pueden degustar delicias de la cocina tradicional rusa como los blini (una especie de tortitas), los priániki (pastel recubierto de miel) o el sbiten (una bebida caliente a base de miel con especies).
En las decenas de casetas instaladas a pocos metros de los Almacenes GUM también se pueden comprar regalos navideños elaborados por artesanos de toda Rusia.
Cerca de 200 pistas de patinaje abiertas a todos los públicos ya funcionan por todo Moscú, algo que da fe de la espectacular popularidad de la que goza este deporte invernal entre los rusos.
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