La Feria Internacional de Arte y Antigüedades (TEFAF) 2016, celebrada en Maastricht (Países Bajos). HARRY HEUTS
En 2016 las ventas en subastas bajaron un 18% con respecto al año anterior, mientras que los ingresos de los marchantes fueron entre un 20% y un 25% más que en 2015
La incertidumbre provocada por la crisis financiera y la fragmentación política mundial generó en 2016 un cambio sustancial en el mercado del arte: las subastas perdieron clientela en Europa y Estados Unidos, sumando un 37,5% de las ventas globales (un 18% menos que en 2015), mientras que los marchantes y galeristas alcanzaron un 62,5% (sus ingresos totales fueron entre un 20% y un 25% más que en 2015). La discreción que estos últimos proporcionan fue bienvenida por los coleccionistas occidentales, que prefieren comprar en privado en un momento de austeridad como el actual. En Asia, por el contrario, las ventas públicas representaron el año pasado un 40,5% del conjunto mundial, con China como polo de atracción, ya que acapara el 90% del mercado del continente. Según Rachel Pownall, economista del arte, a pesar del cambio de guardia experimentado, “el mercado se mostró estable y registró unas ventas totales de 42.300 millones de euros (1,7% más que en 2015)”. EE UU lidera el mercado (29,5%) seguido de Reino Unido (24%) y China (18%).
Pownall incluye estas cifras en el primer informe sobre el mercado artístico que ha elaborado para TEFAF, la Feria Internacional de Arte y Antigüedades de la ciudad holandesa de Maastricht, que celebra este año su 30º aniversario. El estudio se ha convertido en un texto de referencia en el sector y la experta explica, en una entrevista telefónica, la querencia de los coleccionistas por los vendedores particulares de la manera más gráfica. “El mercado de los marchantes es opaco, pero se benefician de la confianza del consumidor de alta gama, muy exigente con la información sobre las obras y la posibilidad de comparar precios. El del arte es un mercado basado en la calidad y confianza. En mantener el binomio credibilidad y reputación para asegurar su longevidad y estabilidad”.
Antes de subrayar que la recuperación del mercado artístico ha sido gradual desde la crisis financiera de 2008, y que “cunde el optimismo para 2017”, la economista señala aún otro cambio. “En Estados Unidos, las ventas en subastas de arte moderno bajaron un 56% porque se buscan las mejores firmas, pero en Asia en su sentido más amplio, desde Pekín a Dubái, el arte moderno aumenta sus ventas”.
En 2016, las subastas mundiales de obras de arte, joyería de lujo y artes decorativas sumaron 15.900 millones de euros (contra 19.500 millones en 2015), pero en Asia este tipo de venta mantiene su fuerza. De hecho, acapara el 40,5% de las ventas públicas mundiales; China representa el 90% del total asiático. Europa continental se lleva el 31% y las Américas (Norte y Sur) el 27,5%. África y Oceanía, por su parte, representan el 1% de estas pujas. La sala Christie's, de Nueva York, rozó los 1.880 millones de euros en ventas en 2016, mientras que sus colegas de Sotheby's, en la misma ciudad, hicieron 1.550 millones de euros de caja. En Londres, por otra parte “la caída de la libra tras el sí al Brexitregistrado en el referéndum para abandonar la Unión Europea favoreció las ventas”, dice el informe.
La suerte corrida por la tela de Rubens Lot y sus hijas (1613-1614) es un buen ejemplo del choque producido por el resultado de la consulta. “Se vendió en julio en la sede londinense de Christie's por casi 52 millones de euros, el precio más alto pagado por un Maestro Antiguo en los 250 años de historia de la casa”, reza el informe. Cuatro compradores pujaron “durante 14 minutos electrizantes para hacerse con una pieza de gran complejidad psicológica y pintada cuando Rubens dominaba la escena artística europea”, según los responsables de la firma. Un poco antes, cuando aún no se había votado en el referéndum, el lienzo de Picasso Femme assise (1909, se adjudicó en Shotheby's por 59,9 millones de euros. El más caro del cubismo en una subasta. “Son datos llamativos y en subasta, pero vale la pena recordar que Europa sigue siendo el mayor exportador mundial de arte y antigüedades, y el éxito registrado por los marchantes tiene aún otra faceta. Europa cuenta con el mayor número y forman parte de la cultura y la sociedad”, dice Rachel Pownall.
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