El artista Andy Bauch inauguró una exposición en el Castelli Art Apace en Los Ángeles en la que presenta obras de artes hechas con Lego que esconden, en patrones abstractos, claves privadas de diferentes wallets. El primero que logre decodificarlas podrá acceder y tomar el dinero.
En una nueva serie, el artista
Andy Bauch está mezclando las criptomonedas y el arte, con obras que forman patrones abstractos construidos con piezas de Lego. Cada pieza representa visualmente la clave privada de una billetera digital, y cualquiera puede acceder a la billetera y tomar ese dinero, si es que logra decodificarlo.
Bauch comenzó a “jugar” con criptomonedas en 2013 y, en una entrevista a
Gizmodo comentó que se considera un entusiasta pero no un
“promotor furioso” de la tecnología. “
No fui lo suficientemente inteligente como para comprar la suficiente cantidad para tener dinero para joder“, dijo. Posteriormente, en 2016, el artista comenzó a integrar su interés en
Bitcoin con su práctica artística.
Su última serie de trabajo,
New Money, se inauguró en el
Castelli Art Space de Los Ángeles ayer. Bauch dice que cada pieza de la serie “
es una clave secreta para varios tipos de criptomonedas“. El artista compró varias cantidades de
Bitcoin,
Litecoin y otras monedas en 2016 y las colocó en diferentes billeteras digitales.
Cada billetera está encriptada con una clave privada que consiste en una cadena de letras y números. Esa clave fue inicialmente introducida en un algoritmo para generar un patrón. Luego, Bauch retocó el algoritmo aquí y allá hasta crear una imagen que le atrajera. Después de finalizar los trabajos, los ha probado rigurosamente para asegurarse de que, de hecho, le proporcionen la clave privada correcta cuando se procesan a través de su fórmula.
La propuesta artística del estadounidense invita a un enfoque en donde el valor de la obra es equivalente, casi de manera análoga, con su contenido. El trabajo no existiría sin la clave privada de la billetera, y cada pieza tiene su propia etiqueta de precio. Los títulos explican qué tipo de moneda hay en la billetera y el valor de inversión para el momento en que la compró. Durante la exposición, se proyectará una
transmisión en vivo de los valores cambiantes de cada billetera.
El mercado criptográfico es volátil, y esta semana el valor total de la obra llegó a USD $ 10.000, pero para el momento de este escrito es de aproximadamente USD $ 9.000. Un coleccionista puede comprar la pieza, pero cualquier espectador que crea haber descifrado el código puede quitarle el dinero de las billeteras. Hay un nivel del “juego” de de-codificación en el cualquier persona que lo desee puede participar: todas las obras se pueden ver en
Artsy y las wallets se pueden encontrar
aquí.
“Mucho del trabajo que estoy haciendo es tratar de abarcar esta brecha que a menudo existe entre nuevas tecnologías y la humanidad“, comentó Bauch. Quién también agregó que le gusta trabajar con Lego, porque estéticamente se asemeja a un pixel.
En el mundo del arte ha aumentado el interés por las criptomonedas y la tecnología
Blockchain. Bauch no es el único que ha unido ambos mundos. Brad Troemel, un artista que probablemente sea más conocido por el proyecto colaborativo de Tumblr,
The Jogging,comenzó incluyendo piezas físicas de
Bitcoin, introducidas en su trabajo años atrás. Los
bitcoinsfísicos estaban adornados con claves privadas reales, y el comprador de la obra se convertía, al adquirirla, en el propietario de las monedas.
Los coleccionistas afortunados pudieron haber cobrado una gran cantidad de dinero en la cúspide de “criptomanía” el año pasado, y probablemente todavía les esté yendo bastante bien con la “recompensa” contenida en las obras. Por supuesto, en el aventurado mundo del arte conceptual, el coleccionista se arriesgaría a destruir la pieza si quisiera retirar los fondos. Tendría que enfrentarse al dilema de decidir si prefiere tener el efectivo y una obra de arte dañada, o conservar la obra artística.
El medio le preguntó a Bauch si había algún incentivo adicional con respecto a la recompensa de criptomonedas para alguno de los compradores de la obra de arte. “
Sí, hay -dijo-,
les daré una pista“.
Fuente
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