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viernes, 22 de junio de 2018

Esteban Arriaga 'el Pintor Del Mar'


Este trabajo recopilatorio está dedicado al pintor canario Esteban Arriaga 'el pintor del mar'. También fue marino. Es el pintor español contemporáneo de temas marinos que ha alcanzado mayor prestigio y cotización en todo el mundo. Murió en diciembre de 2009 y su obra está expuesta en instituciones públicas, colecciones privadas y grandes museos marítimos del mundo.

A este pintor lo conocí en una exposición en 1998 en una galería madrileña que exponía algunas obras. También he visto algunos lienzos suyos en el Museo Naval de Madrid. Francamente es extraordinario, sabe plasmar como nadie los temas de la mar y en lo que a ella concierne, recreando grandes batallas y retratando barcos actuales. Sin duda se nota que como buen marino se ha criado en ese ambiente y lo entiende y ama como nadie. Por todo ello no podía faltar en nuestra ya poblada Galería de Arte.


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Su Web

Esteban Arriaga López de Vergara (Tenerife, 1922 - Málaga, 6 de Diciembre de 2009)) Pintor, especializado en temas de la mar y de todas las hazañas que se realizaron sobre ella durante siglos. Un ilusionista del agua, pintor de la sal y excelente retratista de las nubes. Un mago de la luz y un cronista, como no habrá, de la épica marina.

Nacido en Tenerife en el año 1922. Desde los catorce años de edad, estudia Bellas Artes en la Escuela de Artes y Oficios de Santa Cruz de Tenerife. 

Esteban Arriaga ingresa a los 20 años en la Escuela Naval Militar. Comienza a navegar como Oficial de la Armada en 1946. Durante los años 1948 a 1950 estuvo embarcado en el Buque Escuela español Juan Sebastián de Elcano, como profesor de Guardiamarinas, en el que dedicó su tiempo libre de las travesías, a pintar motivos relacionados con el mar. 

Durante los años 1951 a 1955, estudia en Madrid la carrera de Ingeniero de la Armada y seguidamente se traslada a Estados Unidos para trabajar como Ingeniero en el Astillero de Brooklin en Nueva York, dedicando su tiempo libre a pintar para sus exposiciones. 

En 1982 realiza una vuelta al mundo para seguir por la ruta del estrecho de Magallanes pintando los lugares más interesantes del itinerario marinero del descubridor y a continuación, en Diciembre de 1983, expone estas obras en la Galería Kreisler de Madrid. 

En ese año escribe por encargo de la Editorial Naval, su libro Singladuras en el que describe los acontecimientos artísticos de mayor interés de su carreta. 


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 Esteban Arriaga, joven

En 1992, sigue detalladamente todas las singladuras, entradas y salidas de puerto de los veleros de la Gran Regata Colón'92 y escribe un libro en el que recoge ampliamente este acontecimiento, con las reproducciones de los seis cuadros más descriptivos. 

Durante los años 1995 a 1997, realiza dos cuadros sobre la Derrota de la escuadra inglesa del Almirante Nelson en Santa Cruz de Tenerife, el 25 de julio de 1797, los dona a los museos Militar y Municipal Regional de Tenerife. 

(Hasta aquí, la traducción de la biografía incluida en el Diccionary of sea painters, de H.H. Archibald, conservador del National Maritime Museum, Greenwitch- Londres. Editado en 1980 por Baron Publishingg. Wc.) 

La obra de Esteban Arriaga tiene un alto reconocimiento por instituciones públicas y privadas. Con motivo del 50 aniversario de la creación del Consejo de Europa, el Gobierno Español eligió una obra de Esteban Arriaga, "El gran velero Europa", como regalo a dicha institución. 


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El Juan Sebastián Elcano. Obra de Esteban Arriaga

Durante las más de cinco décadas que Arriaga se dedica al arte, dilatado periodo en el que ha plasmado el mar atractivo y cambiante, además de recrear distintos episodios históricos, su obra ha recibido varios reconocimientos, entre los que destacan la insignia de la Cruz de Oficial de la Orden de Isabel la Católica, Cruz del Mérito Militar y Naval y Medalla de Honor de las Fuerzas Armadas de Alemania, además de ser miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo y de la Real Sociedad de Artistas Marinistas de Londres.

Museos y galerías de todo el mundo se enorgullecen de poder exponer obras de Esteban Arriaga. Prestigiosas casas de subastas han intervenido en la venta por parte de propietarios particulares de obras de nuestro autor, alcanzando cotizaciones sorprendentemente altas. 

Esteban Arriaga, cuya obra forma parte de colecciones de museos de numerosas ciudades (Estados Unidos, Chile, México, Tailandia, Japón, Alemania, Francia, etc.), además del Palacio de la Zarzuela, siempre ha sentido una atracción especial por la pintura de carácter histórico relacionado con el mar. 

Desde 1977, un cuadro de Esteban Arriaga recibe a los visitantes en el antedespacho de S.M. el Rey Juan Carlos I, que en diversas ocasiones ha mostrado su aprecio personal por el autor y su obra, de la que tiene varias muestras en su colección particular. 

Como decía el pintor, "en parte me siento notario de mi tiempo. Es increíble el volumen de información que encierran este tipo de pinturas, que exigen una ardua investigación documental previa. También me encantan las escenas en alta mar, sobre todo el movimiento del mar picado. Es todo un reto. Lo más difícil para mí es conseguir entonar el mar y el cielo, que se correspondan".


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Esteban Arriaga falleció a los 87 años, el seis de diciembre de 2009 en la clínica El Ángel de Málaga. El pintor tinerfeño, hijo adoptivo de Málaga. Era Capitán de fragata retirado, en posesión de numerosísimas condecoraciones -entre ellas la Gran Cruz de Isabel la Católica-, Arriaga plasmó en el arte su gran devoción, el mar. Conocido como 'el pintor del mar', sus cuadros cuelgan en importantes museos españoles, europeos y americanos...

Espero que os guste la recopilación que he conseguido de este pintor español, y en la medida de lo posible, contribuya en la divulgación de su excelente obra, dedicada a la mar.





Algunas obras


Serie Alta Mar


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Contraluz. Óleo sobre lienzo 73 x 54 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Reflejos del sol oculto. Óleo sobre lienzo 116 x 73 cm


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Alta Mar, 1954. Óleo sobre lienzo 130 x 79 cm.


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Atardecer en la mar. Óleo sobre lienzo 128 x 80 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Atardecer en la mar. Óleo sobre lienzo 100 x 73 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Alta mar. Óleo sobre lienzo 81 x 65 cm . Obra de Esteban Arriaga


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Reflejos en la mar. Óleo sobre lienzo 89 x 58 cm . Obra de Esteban Arriaga



Gran regata Colón 1992


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Cádiz. Obra de Esteban Arriaga. El día 3 de mayo de 1992, en la bahía de Cádiz, fue un acontecimiento realmente increíble. La mayor flota de veleros jamás reunida en la historia de la navegación mundial, salía en regata rumbo a Canarias hacia a América, para conmemorar el Quinto Aniversario de la salida de las tres pequeñas carabelas españolas de Colón, que fueron a descubrir un nuevo mundo.

La mayor batalla naval de la historia, Trafalgar, reunió en aguas de Cádiz a 73 navíos, 33 ingleses, 25 franceses y 15 españoles, pero este día, la flota reunida en misión de paz fue el doble. Un total de 141 veleros de más de 40 países. Ver a todas estas embarcaciones, algunas gigantes de hasta 60 metros de altura, como edificios de 20 pisos, navegar juntos sigilosamente hacia nosotros, sin más ruido que el de¡ roce del viento en su aparejo y el surcar de su casco en el agua, fue simplemente fantástico.

Estoy seguro de que si Cristóbal Colón hubiese podido ver este espectáculo, no lo habría resistido. Se hubiera muerto otra vez.La mitad de esta flota venía de Génova, donde habían estado desde el día 16 al 1 9 de abril y la otra mitad venía de Lisboa donde habían estado desde el día 23 al 25 de abril, arribando todos ellos a Cádiz el día 28 de ese mes.

Aquellos días previos a la regata fueron muy felices para los tripulantes de las embarcaciones que luego iban a realizar una travesía de 9.300 millas, en 97 días de mar, algunos en calma y otros tempestuosos, templando su aparejo de vela, para tratar de ganar la competición marinera que daba comienzo.

Los días y las noches se animaron sin interrupción. Con espectáculos teatrales, comidas, excursiones, murgas y orquestas gaditanas para los marinos y sus novias. Bailes con el sueño del amor, al calor de la despedida.
El pueblo de Cádiz y sus alrededores, como siempre, fueron gentiles y simpáticos con los tripulantes y muchos de ellos embarcaron en los veleros rusos, que debido a su situación económica, ofrecieron sus literas por módicos precios a hombres y mujeres aficionados para que hicieran la travesía a América.

La familia Real española, pasó revista a la flota y al Buque Escuela español Juan Sebastián de Elcano. Después embarcó en el patrullero Alsedo que con el portaaviones Príncipe de Asturias y varios navíos de la Armada les dieron el último adiós en la mar.

El autor fue invitado por el comandante para embarcar en la corbeta Vencedora, donde tomó los apuntes necesarios para el cuadro que se presenta con el escudo de armas de Cádiz.


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La Gomera. Obra de Esteban Arriaga. El día 3 de mayo de 1992, en la bahía de Cádiz, fue un acontecimiento realmente increíble. La mayor flota de veleros jamás reunida en la historia de la navegación mundial, salía en regata rumbo a Canarias hacia a América, para conmemorar el Quinto Aniversario de la salida de las tres pequeñas carabelas españolas de Colón, que fueron a descubrir un nuevo mundo.

La mayor batalla naval de la historia, Trafalgar, reunió en aguas de Cádiz a 73 navíos, 33 ingleses, 25 franceses y 15 españoles, pero este día, la flota reunida en misión de paz fue el doble. Un total de 141 veleros de más de 40 países. Ver a todas estas embarcaciones, algunas gigantes de hasta 60 metros de altura, como edificios de 20 pisos, navegar juntos sigilosamente hacia nosotros, sin más ruido que el de¡ roce del viento en su aparejo y el surcar de su casco en el agua, fue simplemente fantástico.

Estoy seguro de que si Cristóbal Colón hubiese podido ver este espectáculo, no lo habría resistido. Se hubiera muerto otra vez.La mitad de esta flota venía de Génova, donde habían estado desde el día 16 al 1 9 de abril y la otra mitad venía de Lisboa donde habían estado desde el día 23 al 25 de abril, arribando todos ellos a Cádiz el día 28 de ese mes.

Aquellos días previos a la regata fueron muy felices para los tripulantes de las embarcaciones que luego iban a realizar una travesía de 9.300 millas, en 97 días de mar, algunos en calma y otros tempestuosos, templando su aparejo de vela, para tratar de ganar la competición marinera que daba comienzo.

Los días y las noches se animaron sin interrupción. Con espectáculos teatrales, comidas, excursiones, murgas y orquestas gaditanas para los marinos y sus novias. Bailes con el sueño del amor, al calor de la despedida.
El pueblo de Cádiz y sus alrededores, como siempre, fueron gentiles y simpáticos con los tripulantes y muchos de ellos embarcaron en los veleros rusos, que debido a su situación económica, ofrecieron sus literas por módicos precios a hombres y mujeres aficionados para que hicieran la travesía a América.

La familia Real española, pasó revista a la flota y al Buque Escuela español Juan Sebastián de Elcano. Después embarcó en el patrullero Alsedo que con el portaaviones Príncipe de Asturias y varios navíos de la Armada les dieron el último adiós en la mar.

El autor fue invitado por el comandante para embarcar en la corbeta Vencedora, donde tomó los apuntes necesarios para el cuadro que se presenta con el escudo de armas de Cádiz.


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Puerto Rico. Obra de Esteban Arriaga. Puerto Rico, con su gloriosa historia, siempre unida cariñosamente a España y a su tradición marinera, desde hace quinientos años, recibió ahora el regalo más hermoso: toda una flota de 141 veleros que vino de Canarias para conmemorar el primer viaje de aquellas tres carabelas españolas al mando de Colón, más todos los veleros que se unieron para el viaje a New York.

Parecía increíble. ¡Dar atraque, servicios y hospitalidad a tan enorme flota!, pero ocurrió... Los organizadores y este alegre y amistoso pueblo caribeño, pueden estar muy orgullosos de que todo les saliera a la perfección.

Las autoridades portuarias dieron atraque a todos los veleros dentro de la bahía de San Juan entre La Puntilla y el Navy Pier Frontier. Las tripulaciones disfrutaron de multitud de espectáculos, excursiones, comidas, bailes populares, conciertos, fiestas y maravillosos fuegos artificiales en la bahía. Los muelles estuvieron repletos de visitantes día y noche, en los que hacían grandes colas para entrar a bordo.

No sería exagerado decir que los cuatro millones de habitantes de la isla, más todos los que fuimos a San Juan, estuvimos aquellos días apiñados codo a codo, atosigados por el tumulto, pero entusiasmados y felices por el espectáculo.

El día de la gran parada, el 14 de junio, no fue nada fácil salir a navegar para situarse en un punto donde seguir la regata desde ¡a mar. Todas las embarcaciones tenían que salir de madrugada para situarse dentro de una alineación muy próxima al litoral.

Gracias al Capitán de Fragata portugués Luis Biireiro, chairman de la Sail Training Asociation, que me consiguió embarcar en e¡ Coast Guard de los EE.UU. Reliance, para el control de la regata, pude hacer mi trabajo estupendamente. Allí tomé los datos necesarios para el cuadro que presento con el escudo de armas de Puerto Rico.

El orden de colocación de los veleros se estableció primero con el Danza, el velero oficial de Puerto Rico, después el Juan Sebastián de Elcano seguido del Américo Vespucci y por el orden en que aparecen en el cuadro con los de la clase A, seguidos por las clases B y C.

A las siete de la mañana largaron amarras todos los veleros que salieron a la mar para comenzar la parada desde Boca de Cangrejo. Navegando con viento en popa al rumbo 270º y a 6 nudos fueron por una franja cercana a la costa, desfilando por Isla Verde, Punta las Marías, Condado, Viejo San Juan y finalmente el Castillo del Morro, desde donde después, pusieron rumbo a Nueva York.


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Nueva York. Obra de Esteban Arriaga. Nueva York, la ciudad de las mil lenguas, la Torre de Babel de la nueva era, la ciudad gigante que es capaz de acoger a 100 congresos en un día, sin que su vida se altere, esta vez se colapsó.

Los 289 veleros que vinieron en regata, más los cientos que vinieron a acompañarles junto al aluvión de visitantes, incontables aficionados al mar, contribuyeron a este primer colapso de su vida ciudadana. Pero eso sí, añadieron interés, alegría, colorido y emoción a un espectáculo en el Río Hudson jamás soñado.

Ahora Nueva York parecía un pueblo en feria... los muelles de South Street Sea Port, donde atracó el Eagle, y los muelles, desde el 86 al 92 donde atracó el Juan Sebastián de Elcano, con las tres carabelas, fueron "la pera en dulce" de la ciudad, pero había que ir a Brooklin y a Jersey City, para disfrutar de todo el conjunto.

No hace falta explicar cuánta fiesta se celebró en honor de las tripulaciones, porque sólo el hecho de estar en Nueva York fue ya una pura fiesta. Hubo un gran programa de visitas y atenciones que con los fuegos artificiales, y claro está con la gran parada de¡ día 4 de julio, el día más grande de los EE.UU., su fiesta de la independencia, hicieron nuestra delicia.

En la noche del día anterior yo estaba invitado a embarcar en el Juan Sebastián de Elcano. El fuerte temporal de lluvia y viento me lo impidió, me caló hasta los huesos y gracias al Harbor Manager, Mr. Carl Briseño, que me rescató de la lluvia en la madrugada y me embarcó en el buque Patrol-Vector lii, pude tomar los datos necesarios para hacer el cuadro que presento con el escudo de Nueva York.

Salimos a la mar a las seis de la mañana, para realizar el control de todas las embarcaciones de la flota que hizo la parada. Esta se dividió en 34 flotillas, comandadas por los veleros de la clase A. Y tal como se muestra en el mapa, los veleros salieron ordenadamente, desde su fondeadero en Sandy Hook. Pasaron bajo el puente Verrazano y río arriba cruzaron frente a la Estatua de la Libertad, saludando con salvas de cañón a la presidencia que estaba en la tribuna de la Isla de¡ Gobernador, a todo lo largo del río, hasta pasar bajo el puente Washington, virar en redondo y bajar el río para situarse en sus muelles respectivos.

La imaginación del lector, tendrá que suplir lo imposible de la descripción. La emoción que produce un espectáculo tan fabuloso como este, no se puede describir sólo con palabras.


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Boston. Obra de Esteban Arriaga. Los organizadores de la Gran Regata'92, tuvieron el gran acierto de elegir los puertos de las ciudades de Boston y Liverpool para conmemorar este Quinto Centenario y para realizar la regata.

Sin lugar a dudas, son las dos ciudades de hoy día que más aman el mar, llevan doscientos años de permanente vinculación y tradición marinera ininterrumpida. Son un ejemplo real para todo el mundo. Han demostrado que el camino del mar sigue siendo el camino de la vida, del entendimiento entre los pueblos, de la cultura, la cortesía, el comercio y la amistad. Es decir de todos los elementos que para un país son los pilares de la prosperidad. Las naciones que entienden esto son siempre las naciones triunfadoras. No hace falta poner ejemplos, están muy claros. Si te olvidas del mar... hacer más difícil tu camino.

Yo fui muy feliz aquí y también lo fui en Liverpool, simplemente porque también amo el mar.

Yo creo que las imágenes que presento en la colección de periódicos que compré en Boston y que reproduzco en este pequeño resumen, recopilado durante mi viaje, siguiendo a la gran flota, son una fiel expresión de aquel acontecimiento. Aquí es donde encaja muy bien la expresión de una imagen vale más que mil palabras.

Boston fue fabuloso... Autoridades, importantes sponsor y todo un pueblo entusiasta, nos hizo vivir las jornadas marineras más entrañables de nuestra vida.

Yo tuve la gran suerte de que mi buen amigo Bernard Heppner, Chairmar de la Opsail '92 me invitara a la tribuna donde estaba la presidencia de la Sail Training Operation para ver la parada, porque luego gracias a él, pude tomar todos los datos para pintar con la mayor fidelidad posible, el cuadro que presento con el escudo de armas de la Ciudad.

¡Qué jornada más emocionante!... 289 veleros levaron anclas y entraron en formación en el Charles River a las diez de la mañana, encabezados por el Eagle, el buque escuela Coast Guard de los EE.UU., mientras los cañones de la batería de costa instalada en nuestra tribuna, saludaba dando cañonazos al velero más antiguo de América, el Constitution, que también contestaba este saludo y una voz preciosa cantaba el himno nacional americano.

¡Boston!... Qué estampa más marinera; hay momentos en que el silencio dice más que las palabras. Por eso prefiero callar...


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Liverpool. Obra de Esteban Arriaga. Lo que he dicho anteriormente sobre Boston, deseo repetirlo para Liverpool y Mersey Side, donde atracaron los veleros que llegaron en regata después de una tempestuosa travesía. El Comité Técnico Internacional tomó los tiempos, para clasificarlos y dar los premios.

Las embarcaciones más grandes atracaron en el muelle Victoria Birken- head, con algunos de los más pequeños. En los muelles Albert y Canning de Liverpool, atracaron los demás con los veleros visitantes. En los lugares próximos a estos muelles se celebraron tal cantidad de actividades para las tripulaciones, que lo pasaron fabuloso.

Y claro está, ¡cómo va a faltar la música en la tierra de los Beatles ... ! Fue estupendo oír a los gaiteros escoceses en sus clásicos vestidos, entonando sus alegres canciones mientras veíamos a los marineros subir a las jarcias para arranchar las velas. Hubo buenos conjuntos musicales como el de¡ Soren Larsen y el de¡ Balmoral, y también grupos vocales como el del muelle del Museo, que eran una delicia oírlos.

Pero la Gran Musical Fanfare for a New World, con la presencia de SS.MM. los Reyes de España y el HRH The Duke of York, patrocinada por el principal supporter Mersev Side Deveiopment Corporation y celebrada en un auditorio de 14.000 personas, fue absolutamente sensacional. La Roya¡ Liverpool Philarmonic Orquestra, presentada por Peter Ustinov y conducida por Sir Charles Mackerras, actuó con las grandes voces de nuestro tiempo: Montserrat Caballé y Alfredo Kraus, con Grace Bunbry, Julia Migenes, Rita Hunter, Hvorostovsky, Justino Díaz, Frangoulis y el conjunto de Paco Peña.

El concierto nos dejó entusiasmados, los himnos nacionales se mezclaron con los fuegos artificiales a un ritmo tan bello y de tal emoción, que los Reyes de España, fueron desde su palco al escenario a saludar con un abrazo a los grandes maestros-intérpretes.

Al día siguiente después de la entrega de premios presidida por SS.MM. los Reyes de España y a bordo del Juan Sebastián de Elcano, el almirante Poole Pérez-Pardo me llevó a saludar a S.M. el Rey para hablarle de mis cuadros sobre la Regata. El Comandante Vallejo invitó a almorzar a SS.MM. y les despidió, con las salvas y vítores de ordenanza.

Y el día 16 la despedida. La gran parada final presidida por el Juan Sebastián de Elcano, tras él, una formación de cinco flotillas ordenada por el director de la regata Mr. John Hamilton, con quien estuve a bordo del Balmoral, estudiando la formación de veleros que elegí para realizar el cuadro que presento con el escudo de armas de la ciudad de Liverpool.



Grandes tragedias en el mar


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Incendio del Génova en Málaga. Diciembre 1892. Óleo 73 x 55 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Naufragio del Titanic. Óleo 81 x 54. Obra de Esteban Arriaga


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Tragedia del gran velero alemán Gneisenau. Óleo 162 x 97 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Málaga socorre a los náufragos del Gneisenau. Óleo sobre lienzo 116 x 73 cm. Obra de Esteban Arriaga


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La ultima singladura del Pamir. Óleo sobre lienzo, 100 x 73 cm. Obra de Esteban Arriaga


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El Lady Elisabeth naufragado en Puerto Stanley, Islas Malvinas. Óleo sobre lienzo, 46 x 38 cm. Obra de Esteban Arriaga



Veleros del mundo


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El patrullero chileno Castor en los ventisqueros de la Patagonia chilena. Óleo sobre lienzo 55 x 46 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Crucero Conde Venadito. Óleo sobre lienzo 55 x 38 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Amerigo Vespucci. Óleo sobre lienzo 100 x 73 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Grandes navíos en el puerto de Málaga, el Maasdam y el Libertad. Óleo sobre lienzo 116 x 73 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Amerigo Vespucci en Málaga. Óleo sobre lienzo 65 x 54 cm. Obra de Esteban Arriaga


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El Mississippi Willow en el puerto deportivo de Benalmadena. Óleo sobre lienzo 116 x 73 cm. Colección Ayuntamiento de Benalmadena. Obra de Esteban Arriaga


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Stad Amsterdam - Holanda. Óleo sobre lienzo 100 x 73 cm. Obra de Esteban Arriaga


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El buque escuela alemán Gneisenau. Óleo sobre lienzo 100 x 73 cm. Obra de Esteban Arriaga


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El buque escuela alemán Gorch Fock. Óleo sobre lienzo 100 x 73 cm. Obra de Esteban Arriaga


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El Juan Sebastián Elcano a la altura del roque Anaga-Tenerife. Óleo sobre lienzo 146 x 97 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Bergantín goleta Our Svanen. Óleo sobre lienzo 100 x 73 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Buque escuela italiano Amerigo Vespucci. Óleo sobre lienzo 81 x 60 cm. Obra de Esteban Arriaga


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La Bounty. Óleo sobre lienzo, 41 x 33 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Buque escuela U.S.A. Eagel en río Hudson. New York. Óleo 100 x 73 cm. Obra de Esteban Arriaga



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En el fuerte de Kait Bey en Alejandría. Obra de Esteban Arriaga. La mala gestión económica de Gran Bretaña sobre su protectorado egipcio del Canal de Suez, causó la actitud hostil de su población que, instigada por el Ministro de Guerra egipcio Arabi Pascha y el líder del Movimiento Nacional, causó en los primeros días de Junio de 1882 la muerte de 50 europeos. Así pues, los importantes intereses económicos que tenían los alemanes tanto en Egipto como en Asia Menor, requirieron la protección naval debido al desarrollo que iban tomando tales hechos.

Días después, el 21 de Junio de 1882, el cañonero alemán HABICHT que estaba en Malta, desembarcó sus tropas en Alejandría para proteger a los residentes alemanes, y el cañonero MÓWE obtuvo la misma orden el día 23 para que desembarcara sus tropas el día 7 de Julio en Port Said.

La extensión de los disturbios contra los extranjeros en Siria, requirió de Alemania que se dispusieran medidas adicionales, que aumentaran la capacidad operativo y la potencia naval en aquella zona, por lo que se substituyeron esos dos cañoneros por el CYCLOP, el ZIETEN y el NYMPHE, poniendo además al GNEISENAU rumbo a Port Said el día 3 de Agosto de 1882, al mando del Barón Goltz, como jefe de todas las unidades del Mediterráneo, llegando a la zona de Alejandría el día 21 del siguiente mes de Septiembre.

Antes de llegar el GNEISENAU a las costas de Asia Menor, los ingleses ya habían derrotado el día 13 de Septiembre a las tropas egipcias del Ministro Arabi Pascha, con lo que se acabaron los conflictos en la zona y por tanto se deshizo el grupo de navíos alemanes, iniciando el GNEISENAU su regreso el 24 de Noviembre de 1882 para arribar a Kiel el 24 del mes siguiente.


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En Ciudad del Cabo. Obra de Esteban Arriaga. De esta forma el Reich demostró a los ingleses y franceses, su poder naval y sus intereses por los territorios de ultramar. la misión política de¡ GNEISENAU era ya semejante a la de las flotas inglesa y francesa. Como representante de su gobierno y de¡ propio Kaiser, el capitán del navío trataba ya directamente con las autoridades locales y así lo demostró cuando realizó un convenio comercial y una alianza defensiva con el Sultán Achmed Witu.

Un año más tarde se utilizaron de nuevo los servicios de¡ GNEISENAU, no sólo con fines comerciales sino como demostración del poderío naval de¡ gobierno de¡ Reich a quien le interesaba el reconocimiento de la reivindicación alemana sobre la Isla Zanzíbar, así como la cesión de¡ puerto de Daressalán en la costa de África. Por lo tanto el buque salió nuevamente de viaje desde Kiel pasando por Puerto Grande en Brasil y atracó en Ciudad de¡ Cabo el día 8 de Enero de 1885 para embarcar al Cónsul General G. Rohifs nombrado para Zanzíbar, a fin de entregar sus cartas credenciales al Sultán Said.

Durante una expedición de¡ alemán Richard Brenner en la región de Tana, el Sultán de Witu le expresó su interés de que Alemania tomara posesión como protectorado, para escapar así de las pretensiones soberanas del Sultán de Zanzíbar. Ya en 1885 dos alemanes, los hermanos Denkhardt, lograron adquirir de este Sultán una superficie de 1350 kilómetros cuadrados, por lo que reiteró así al alemán Brenner su interés por una estrecha relación con el Imperio Alemán.

Con el propósito de esclarecer estas circunstancias se había enviado al GNEISENAU al puerto Lamu. Su comandante, el Capitán de Navío Valois, procuró informaciones sobre la situación geográfica del litoral, haciendo constar que el Sultán de Zanzíbar había tomado medidas militares contra Witu. Tal informe dio motivos para que el gobierno imperial alemán ordenara a su Cónsul General Rohifs aceptar la oferta del sultán de hacerse cargo del protectorado Witu.


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Con el Bismark y el Saschen en Zanzíbar. Obra de Esteban Arriaga. Con el objeto de cambiar la tripulación y completar su material, estaba previsto que la fragata GNEISENAU dejara Zanzíbar para unirse en Melbourne con la nave AUGUSTA, pero este encuentro no tuvo lugar, ya que la AUGUSTA había desaparecido en el Golfo de Perim. Por ello, la GNEISENAU puso rumbo a Puerto Luis de las Islas Mauricio, donde tenía que encontrarse, bajo el mando de Comodoro Paschen, el comandante de la STOSCH, con los buques ELISABETH y PRINZ ADALBERT y el buque de suministro EHRENFEIS, para formar una escuadra. Según las órdenes de Alemania, el Comodoro Paschen debía de obligar al Sultán de Zanzíbar a reconocer el protectorado alemán sobre el litoral oriental de África, desde Rovuma hasta Somalia, teniendo el respaldo suficiente con la presencia de estos buques de guerra en atención a los intereses británicos contrarios. El desarrollo de las negociaciones se encuentra en el historia¡ de¡ buque insignia STOSCH que el día 13 de Agosto presentó al Estado Mayor de la Armada, mostrando que su comandante había cumplido las órdenes del gobierno alemán a entera satisfacción.

El ya definitivo Jefe de Escuadra Comandante Knorr, que llegó con la BISMARCK a Zanzíbar el día 18 de Agosto de 1885, y que se podía dedicar desde ahora a otras misiones en la región de África Orienta¡, mandó al GNEISENAU a Witu donde su comandante el Capitán de Navío Valois, debía de comunicar al Sultán el reconocimiento del tratado de protectorado alemán de Zanzíbar, terminando así con los intentos de intervención en asuntos interiores. Diez días después el GNEISENAU estaba fondeado frente a Larnu.

Allí en Lamu, acompañados por los hermanos Denkhardt por un lado y un cuerpo de desembarco por otro, el Comandante Von Pritwitz y el Primer Oficial Gaffron hicieron constar la actitud correcta de las tropas de Zanzíbar, que aun estaban presentes. Posteriormente se dirigieron a la residencia del Sultán Achmed y tras la recepción oficial que les dio el Sultán, regresaron al barco. El GNEISENAU abandonó el puerto, y después de una breve escala en Kismaju, fondeó de nuevo en Zanzíbar el día 10 de Septiembre de 1885.


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El Gneisenau, junto con el Bismark y el Olga devuelven las Islas Carolinas a la Escuadra Española en Palau. Obra de Esteban Arriaga Mientras tanto, el Cornodoro PASCHEN había recibido orden de formar una nueva escuadra compuesta por el STOSCH, el GNEISENAU y el PRINZ ADALBERT para entrar en acción con ella si fuera necesario, debido a las discordancias entre España y Alemania por la posesión de las Islas Carolinas.

El problema surgió por el deseo de Alemania de posesionarse de una de las Islas Carolinas para establecer una base comercial en Oceanía, en un archipiélago que ya había sido descubierto por la escuadra de Alonso de Salazar el 22 de Agosto de 1526, y que desde esa fecha había tenido muchos problemas con los nativos hasta que el día 19 de Marzo de 1885 el representante español Butrón firmó con los reyes Koror y Artingol un acta por la que se reconocía la indiscutible soberanía de¡ Rey de España sobre todas las islas.

España permitió la instalación allí de misiones extranjeras y de factorías alemanas pero cuando posteriormente quiso establecer derechos de aduana, Alemania que tenía unos depósitos de carbón en Javit, protestó y envió al cañonero ILTIS a izar la bandera alemana. Entonces surgió el conflicto que tuvo que ser sometido al arbitraje del Papa León XIII quien dictaminó y reconoció los derechos de España.

Los grandes navíos alemanes BISMARCK y OLGA estaban navegando en aguas de Australia a finales del año 1885, el primero de ellos era gemelo del GNEISENAU y había sido botado al agua cuatro años antes en 1875 en los astilleros de Norddeutsche. El OLGA que se había botado al agua en los astilleros de Vulcan en 1879, era ya un buque de concepto más moderno, con máquinas de propulsión y un reducido velamen.


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En un temporal en San Lorenzo de Azores. Obra de Esteban Arriaga En los primeros días de Enero de 1886, el GNEISENAU se unid a estos dos navíos para visitar el archipiélago de Bismarck, Nueva Zelanda, las Islas Tonga, las Samoa y Nueva Pomerania, entre las islas Palau del Archipiélago de las Carolinas, donde se encontraron con los buques de la escuadra española, a fin de formalizar en fecha 9 de Enero lo dispuesto por el Papa, sobre la entrega de estas islas, arriando las banderas que tenían izadas para la devolución de su soberanía a España.

El Papa León Xiii, que había resuelto a favor de España, la prioridad de sus derechos sobre las islas comprendidas hasta el grado 164 de longitud Este, en este mismo decreto asignó a Alemania los derechos sobre las islas Marshall y la facultad de tener una estación naval en una de las islas españolas del archipiélago, derecho este último que no usó Alemania.

Nos dice también el Diccionario Universal "Espasa Calpe" como una de las grandes curiosidades de la Historia, que esta situación sólo duró unos pocos años, pues tiempo después, estas islas pasaron de nuevo a la soberanía de Alemania, que pagó al gobierno español 25 millones de pesetas por entregarlas, reservándose solamente el derecho de establecer un depósito de carbón para el abastecimiento de su flota colonial.

En el año 1890, Francia y Alemania reconocieron la preferencia de los intereses británicos en Zanzíbar que fue declarada sujeta al protectorado inglés. De acuerdo con el mismo convenio, Inglaterra renunció a favor de Francia a todos sus derechos en Madagascar y cedió Heligoland a Alemania.


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Con el Blitz en Cartagena de Indias. Obra de Esteban Arriaga. También en 1890, las posesiones de Zanzíbar en el continente africano que se extendían a lo largo de unos 750 km de costa desde Warsheikh hasta la bahía de Tunghí, fueron cedidas a Italia que entró también en juego con Inglaterra y Alemania. Luego Inglaterra e Italia pagaron arrendamientos por sus territorios mientras Alemania adquiría los derechos de¡ Sultán mediante el pago de 200.000 Libras esterlinas. Más tarde, Italia obtuvo iguales derechos por la cantidad de 144.000 Libras. Los territorios arrendados por Inglaterra incluidos en el P.rotectorado de¡ África Orienta¡ y forman ya en 1960, la colonia y Protectorado de Kenia, así es que el Protectorado de Zanzíbar quedó reducido a las islas Zanzíbar, Pemba y algunas islas adyacentes muy pequeñas.

Por cuanto respecta a Witu, donde sólo se cultiva el maíz, la batata, el tabaco, cocoteros y mangos y de cuyos espesos bosques se saca el caucho, estuvo bajo el protectorado alemán hasta el año 1890, en que pasó a Inglaterra. Se da el nombre de Islas Witu a un grupo insular adyacente a la costa de la comarca de Witu, que comprende las islas Lamu, Manda y Flatta.

Posteriormente, el GNEISENAU emprendió su viaje de regreso el día 25 de Julio de 1886, pasando por Macasar y Batavia, para llegar finalmente a su base de Kiel y suspender sus servicios como buque de guerra el día 14 de Octubre de 1886, para ser reactivado corno Buque Escuela para guardiamarinas y grumetes el día 13 de Abril de 1887.


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Con el Fyen, apagando un incendio en la isla caribeña Charlotte Amalie. Obra de Esteban Arriaga. El GNEISENAU había prestado siete años de servicio activo cumpliendo perfectamente su misión como mensajero del Reich alemán tanto en misiones de carácter diplomático como en demostraciones de poderío militar del imperio de Guillermo I.

El día 13 de Abril de 1887 iniciaba una nueva vida de carácter instructivo y diplomático por todos los países del orbe, tanto en ayuda a otros navíos del imperio, como en la solución de problemas a los súbditos alemanes en el extranjero, como en maniobras navales, etc.

El GNEISENAU salió de su base naval en Kiel y pasó por Funchal para adentrarse en el Mediterráneo, e ir a Grecia a celebrar el 25 aniversario de su Rey Georg I, luego a Egipto y Asia Menor, volviendo de nuevo a Kiel donde había de pasar un año de reparaciones y modernización desde el día 1 de Enero de 1891 hasta el 1 de Abril del año siguiente en que volvió a salir a la mar en viaje por el Báltico y el Mar de Norte. Concurrió a las maniobras navales de otoño el día 3 de Octubre de ese año y posteriormente cruzó el Atlántico para ir a los países del Caribe, Colombia, Venezuela, Puerto Rico, etc.

En verano del 1893 salió del Caribe rumbo a Newport en EE.UU. para encontrarse con los navíos alemanes STOSCH y STEIN, ambos de las mismas características que el GNEISENAU, y con el pequeño crucero BLITZ, para participar en unas regatas de grandes veleros y volver después a su base naval en Kiel.

EI año siguiente, 1884, hizo un viaje estival de formación a Christiana, participó en la Semana Naval de Kiel y sus correspondientes maniobras, y a continuación puso rumbo al Mediterráneo para visitar los mismos puertos anteriores, volviendo a Kiel el día 18 de Enero de 1895.


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Saliendo de la Habana. Obra de Esteban Arriaga. En 1895 hizo viajes similares de instrucción por los mismos puertos del Caribe, siendo lo más significativo la ayuda que prestó el día 28 de Septiembre de 1895, junto al cañonero danés FYEN, durante la extinción de un gran incendio en Charlotte Amalie, situada a unas 30 millas al oeste de Puerto Rico. A continuación hizo viaje a La Habana donde fondeó el día 21 de Enero de 1896 junto a los navíos STOSCH y STEIN, como consecuencia de los disturbios ocasionados por los independistas, para mostrar su simpatía con los buques de guerra españoles que protegían la plaza y su solidaridad con el gobierno de España.

A principios de 1886 volvió a su base en Kiel, y el día 15 de Mayo embarcó un nuevo grupo de guardiamarinas para la ciudad de Bergen en una visita de cortesía al Rey Oscar II. Participó en las maniobras de otoño y después volvió el día 2 de Octubre de 1896 al Mediterráneo, a Grecia y Alejandría, para dirigirse seguidamente junto al STEIN a la ciudad de Tánger el día 27 de Febrero de 1897, con el fin de ayudar al enviado de Alemania a exigir una indemnización para el banquero alemán Haussier, que había sido asesinado hacía sólo dos meses.

El siguiente largo viaje fue a Río de Janeiro el 16 de Agosto de 1897, a Sao Francisco do Su¡ y posteriormente a La Habana el día 23 de Enero de 1898 de nuevo por los disturbios independistas, emprendiendo viaje de vuelta a Alemania con escala en Key West. Al cruzar el Atlántico cogió un gran temporal en el Mar de¡ Norte que le hizo refugiar en Den Heider como punto de emergencia para abastecerse de¡ carbón consumido durante la tempestad. Cuando amarró en Kiel el día 30 de Marzo de 1898, el barco se sometió a una revisión fundamental.


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Arribando a Lisboa. Obra de Esteban Arriaga. Un año después se puso de nuevo en servicio el día 9 de Abril de 1899, con un viaje a Bergen a donde arribó el 5 de Julio, un día antes de la llegada de la HOHENZOLLERN, en la cual viajaba el emperador Guillermo li, quien hizo una visita de cortesía al buque escuela IPHIGENIE en un esfuerzo de acercamiento a Francia. Desde Wilheimshaven, la GNEISENAU emprendió su nuevo viaje, primero a Islandia, luego por Queenstown hasta el Mediterráneo, haciendo escala en puertos griegos, así como Asia Menor, donde destacó su presencia en los puertos de Jaffa y Beirut, metiéndose en los disturbios mahometanos. El día 5 de Enero de 1900 empezó su vuelta a Kiel desde Port Said, y fondeó unos días en La Spezia para hacer una visita oficial a la viuda de¡ emperador Friedrich quien respondió oficialmente por mediación de su hija Victoria.

Ya en Kiel el día 23 de Marzo, le hicieron unos pequeños arreglos en su astillero y dos meses después emprendió un viaje de ejercicios en el Báltico llegando hasta el puerto de Bergen en Noruega. Luego volvió a Kiel, y de allí partió nuevamente de viaje de instrucción con guardamarinas, a puertos españoles, a Lisboa, a los puertos marroquíes Tánger, Casablanca, Mazaghan y Mogador y finalmente a Málaga donde arribó el día 15 de Noviembre de 1900, para llevar a cabo su planeado viaje político para proteger a sus ciudadanos en Marruecos y para hacer unos ejercicios de tiro con sus alumnos.


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Arribando a Málaga. Obra de Esteban Arriaga. A continuación voy a redactar un resumen de los informes de supervivientes del GNEISENAU que me fueron entregados por las autoridades alemanes.

En la mañana del día 15 de Noviembre de 1900, arribó al puerto de Málaga, el gran velero alemán GNEISENAU al mando del Capitán de Navío Kretschmann con una tripulación de 19 oficiales, 51 guardiamarinas, 186 marineros y 210 grumetes. Venía a esta ciudad por razones de tipo político para intervenir en Marruecos en caso de complicaciones, en defensa de los intereses de los alemanes debido a los conflictos internos que tenía dicho país africano. Aprovechando su estancia, los guardiamarinas efectuarían ejercicios de tiro, y en sus días de descanso la tripulación haría visitas de interés y se relacionaría con la colonia alemana que habitaba en esta ciudad.

Fondeó durante catorce días, con dos anclas por la proa, con la popa sujeta al Muelle Este para dejar espacio a otros barcos, y a principios de Diciembre salió fuera del muelle, con motivo de los ejercicios de tiro que estaban previstos, y ancló en la bahía a unos 800 metros de distancia de¡ espigón del muelle.

Para los marineros alemanes era muy agradable emplear bien su descanso, pues hacía un tiempo espléndido que no les recordaba la temperatura habitual en Alemania. Hacían excursiones de carácter instructivo a Granada y a los bellos pueblos de la comarca. Para los malagueños, la presencia de la tripulación alemana en las calles de Málaga había llegado a ser muy familiar. El servicio diplomático oficial se había realizado a entera satisfacción de España y Alemania, con recepciones a bordo y en el Ayuntamiento de las autoridades locales y los alemanes, e intercambio de discursos y obsequios.


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En Málaga: atardecer y noche. Obra de Esteban Arriaga. A continuación voy a redactar un resumen de los informes de supervivientes del GNEISENAU que me fueron entregados por las autoridades alemanas.

En la mañana de¡ día 15 de Noviembre de 1900, arribó al puerto de Málaga, el gran velero alemán GNEISENAU al mando del Capitán de Navío Kretschmann con una tripulación de 19 oficiales, 51 guardiamarinas, 186 marineros y 210 grumetes. Venía a esta ciudad por razones de tipo político para intervenir en Marruecos en caso de complicaciones, en defensa de los intereses de los alemanes debido a los conflictos internos que tenía dicho país africano. Aprovechando su estancia, los guardiamarinas efectuarían ejercicios de tiro, y en sus días de descanso la tripulación haría visitas de interés y se relacionaría con la colonia alemana que habitaba en esta ciudad.

Fondeó durante catorce días, con dos anclas por la proa, con la popa sujeta al Muelle Este para dejar espacio a otros barcos, y a principios de Diciembre salió fuera del muelle, con motivo de los ejercicios de tiro que estaban previstos, y ancló en la bahía a unos 800 metros de distancia de¡ espigón del muelle.

Para los marineros alemanes era muy agradable emplear bien su descanso, pues hacía un tiempo espléndido que no les recordaba la temperatura habitual en Alemania. Hacían excursiones de carácter instructivo a Granada y a los bellos pueblos de la comarca. Para los malagueños, la presencia de la tripulación alemana en las calles de Málaga había llegado a ser muy familiar. El servicio diplomático oficial se había realizado a entera satisfacción de España y Alemania, con recepciones a bordo y en el Ayuntamiento de las autoridades locales y los alemanes, e intercambio de discursos y obsequios.


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Capeando el gran temporal de Málaga. Obra de Esteban Arriaga. 10.42 h. - El Ingeniero comunica al Comandante que la máquina está dispuesta para una lenta salida a la mar. El Primer Oficial le pide al Comandante "levar el ancla y dar el aparejo de velas" para poder alejarse lo más rápidamente posible de la bahía con ayuda también del motor. El Teniente de Navío Berninghaus hace subir la tripulación por la jarcia hacia las vergas, todos ellos con gran ánimo para colaborar al máximo : los guardamarinas a la velas mayores y los grumetes a los velachos y juanetes, pero tienen que bajar de nuevo, porque la operación de largar las velas requeriría mucho tiempo para desenfundarlas de la protección que se le había puesto, para evitar la suciedad de¡ polvo y que se mojen con la lluvia. El Comandante considera que esta maniobra no ofrece ninguna posibilidad de éxito, y ordena levar el ancla, izar los tres foques, y hacerse a la mar con las máquinas a bajo vapor, lo más rápido que sea posible.

10.50 h. - Todo parece salir bien, pero enseguida desciende el vapor en la máquina, las revoluciones bajan, y se reduce la velocidad. El buque no puede ser gobernado por la enorme fuerza del viento que le empuja inexorablemente hacia la costa al Noroeste. Al reconocer que el esfuerzo es inútil, las tres velas de foques tienen que ser arriadas, y se ordena a toda la tripulación que esté en cubierta lista para actuar a las órdenes de¡ Comandante.

10.55 h. - El vendaval se enfurece cada vez más de forma ensordecedora. Los fogoneros intentan desesperadamente atizar la caldera para aumentar su presión, pero al cabo de unos pocos minutos la máquina se para completamente. El buque ya sin gobierno es arrastrado a gran velocidad hacia el rompeolas. El Comandante ordena con urgencia "Arriar el ancla", pero el ancla no agarra, garrea por el fondo rocoso. La distancia al espigón de¡ muelle se hace temerosamente más y más pequeña, hasta que todo resulta ya inútil. El Comandante ordena "Cerrar portillos", y se oye finalmente su triste voz que grita desde el puente de mando : "Abandono de buque. ¡Sálvese quien pueda!"


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Tragedia del gran velero alemán Gneisenau. Obra de Esteban Arriaga. 1 1.05 h. - El GNEISENAU se estrella contra las rocas del muelle que penetran en el casco de¡ buque haciendo vías de agua que le hacen sumergir lentamente. El violento golpe de choque con el casco le hace temblar sacudiendo sus mástiles como si fuera un muñeco movido por un puño gigantesco. No se produce pánico en la tripulación que según se hace constar en estos informes se preocupa de llevar a los enfermos a cubierta, y de liberar a los arrestados. Para evitar explosiones, los fogoneros con el agua hasta las rodillas sacan las últimas brasas de¡ interior de los hornos mientras las calderas se apagan por las vías de agua que se han producido.

Es la banda de estribor lo primero que tropieza contra el muelle y desde el buque, treinta miembros son los primeros que se salvan saltando por la borda hacia las rocas, aunque uno de ellos ante los ojos atónitos de sus compañeros es aplastado entre el casco y las piedras. Mientras la nave gira su popa para quedar en paralelo al muelle, se echan varias amarras por donde se salva la mayor parte de la tripulación, aunque unos veinte de ellos mueren en el intento. No resulta nada fácil esta vía de salvación, ya que la inclinación de los bandazos del barco hace que las amarras de lino y de cáñamo se sumerjan en un arco ahogándose los que permanezcan bajo ellas. Y cuando se recupera de la inclinación censándose fuertemente, su vibración saca a los hombres hacia arriba y agarrándose fuertemente con las manos mojadas y muy apretadas, unos pueden salvarse y otros caen encontrando la muerte sin remedio.

11.25 h. - El GNEISENAU se hunde en un principio hasta la borda, más tarde lentamente hasta las vergas mayores, quedando al aire los velachos y juanetes a donde los marineros suben por la jarcia, e intentan salvarse por las amarras dadas al muelle. La fuerza del oleaje arranca la caseta de derrota, y el Comandante, el Primer Oficial y el Ingeniero son arrebatados por las olas mar afuera. Pocos minutos después el Comandante y el Ingeniero desaparecen sumergidos a lo lejos. El Primero Oficial puede agarrarse a unos maderos, sin embargo después de dos horas y media, y a una distancia de unos 100 metros de¡ barco, también él desaparece.


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Málaga socorre a los náufragos del Gneisenau. Obra de Esteban Arriaga. Aquellos que saltan al agua, tienen muchas dificultades para salvarse. Entre el buque y el muelle han caído una gran cantidad de maderos, jarcias partidas, trozos de bancos, puertas arrancadas y objetos flotantes, que el fuerte oleaje azota contra los náufragos golpeándoles hasta la muerte. Ocurre más de una hazaña de camaradería en la que se ve como unos apoyando a otros consiguen salvarlos de la tragedia poniendo en peligro sus propias vidas.

Varios botes de pescadores malagueños salen a la mar y se acercan a las proximidades del GNEISENAU para salvar la vida de los náufragos que han caído al agua desde la cubierta. En uno de los botes salvavidas de¡ navío, se han refugiado 18 hombres : casi todos son tripulantes sin experiencia náutica, algunos fogoneros, cocineros, artesanos, junto con unos pocos marineros y grumetes, y el guardiamarina Berndt, pero al poco tiempo se atraviesa a la mar, vuelca y todos los náufragos menos uno, un marinero, mueren, golpeados por la embarcación o ahogados en el temible rompiente.

14.50 h. - El teniente Boland, que ha subido por la jarcia por encima de los velachos y juanetes, hasta el tope del mástil del buque ya naufragado, alcanza la tierra como penúltimo superviviente.

16.00 h. - Cinco horas después del choque del GNEISENAU contra el muelle, se consigue salvar al cabo Krause, el último superviviente que flotaba sobre una balsa cerca del lugar de la catástrofe.


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En una noche de luna malagueña. Obra de Esteban Arriaga. La prensa mundial dedicó grandes titulares y espacios informativos en referencia a la magnitud de esta catástrofe al comportamiento heroico de la tripulación, el comportamiento humanitario y heroico de¡ pueblo malagueño que contribuyó al salvamento de los náufragos así como la extraordinaria actuación del cónsul alemán quien puso a disposición todo lo necesario para su alojamiento, alimentación y vestuario.

Diez y ocho días después, la Reina Cristina otorgó a la ciudad de Málaga, el título de "Muy Hospitalaria" que a partir de entonces ostenta orgullosa en su escudo nobiliario. Y quien cruza hoy el puente de hierro para peatones de "Santo Domingo" en el río Guadalmedina, sabe que esta obra fue donada por Alemania en el año 1 909, como tributo por el sufrimiento de esta ciudad, que fue arrasada por la gran riada de Septiembre de 1907, y en reconocimiento por la ayuda prestada en su momento por los malagueños a los supervivientes del trágico final del GNEISENAU.



Gaviotas y caballos


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Puerto de La Cruz. Tenerife. Óleo sobre lienzo 110 x 73 cm. Colección Caja Canarias. Obra de Esteban Arriaga


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El regreso de los pesqueros. Óleo sobre lienzo 110 x 73 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Los caballos salvajes de la Camarga, Francia. Óleo 81 x 65 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Gaviotas en la mar. Óleo sobre lienzo 100 x 73 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Pesqueros Lejanos. Óleo sobre lienzo 92 x 60 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Playa de Corralejos. Fuerteventura. Canarias. Óleo sobre lienzo 130 x 81 cm. Colección Caja Canarias. Obra de Esteban Arriaga


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Gaviotas en Punta Anaga. Óleo sobre lienzo 73 x 50 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Galope en la orilla. Óleo sobre lienzo, 73 x 60 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Gaviotas en los Gigantes. Óleo sobre lienzo 90 x 65 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Gaviotas. Óleo sobre lienzo 55 x 46 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Gaviotas en Lanzarote frente a la isla Graciosa. Óleo sobre lienzo 81 x 65 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Gaviotas en la boya. Óleo sobre lienzo 46 x 38 cm. Obra de Esteban Arriaga



Batallas navales y Amada Española


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Derrota de la escuadra inglesa del almirante Nelson en Santa Cruz de Tenerife los días 22 al 25 de julio de 1797. Óleo sobre lienzo 146 x 97 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Derrota de la escuadra inglesa del almirante Nelson en Santa Cruz de Tenerife. Día 25 de julio de 1797. Óleo sobre lienzo 162 x 97 cm. Colección Museo Municipal de Bellas Artes, Tenerife. Obra de Esteban Arriaga


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Derrota de la escuadra inglesa del almirante Nelson en Santa Cruz de Tenerife. Día 25 de julio de 1797. Óleo sobre lienzo 162 x 97 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Ataque de Nelson al castillo de San Cristóbal, Tenerife 1797. Óleo sobre lienzo 100 x 73 cm. Colección Casino de Tenerife. Obra de Esteban Arriaga


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Portaviones Príncipe de Asturias. Óleo sobre lienzo, 100 x 73 cm. Adquirido en 1988 por el Museo Naval. Obra de Esteban Arriaga


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Grupo de combate de la Armada Española. Óleo 195 x 33 cm. Museo Naval de Madrid junio de 1998. Obra de Esteban Arriaga


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Grupo de combate de la Armada Española. Óleo sobre lienzo 195 x 114 cm. Colección Empresa Nacional de Bazan, S.A. Obra de Esteban Arriaga


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Revista naval en la entrega de la bandera de combate al Príncipe de Asturias en Barcelona a bordo de la fragata Andalucía
Óleo sobre lienzo 250 x 125 cm. Obra de Esteban Arriaga


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Tráfico marítimo en el Puerto de Santa Cruz de Tenerife (1996) Óleo, de 2.70 x 1.60 m. Ubicado en Sala de la Constitución de 1978. Parlamento Canario. Obra de Esteban Arriaga



CONDECORACIONES Y PREMIOS DE ESTEBAN ARRIAGA

- Cruz de Oficial de la Orden de Isabel la Católica
- Cruz de Honor de las Fuerzas Armadas de Alemania
- Hijo Adoptivo de Málaga. Medalla de la ciudad.
- Miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Telmo.
- Cruz de Caballero del Ancla de Oro, de la Real Liga Naval Española.
- Lay-member of the Royal Society of Marine Artists, London.
- Primer Premio Nacional del Arte Virgen del Carmen.
- Primer Premio de la Comisión Nacional del Día del Mar del Palacio de Congresos y Exposiciones de Madrid.
- Primer Premio Ejército de Pintura.
- Primer Premio Pintura de la Mar, Puerto del Ferrol, 2002.
- Medalla de Oro de la Exposición Nacional de la Federación de Círculos y Casinos de España.


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Esteban Arriaga, el 30 de Julio de 2008 en Málaga, durante el acto de presentación de su exposición retrospectiva


ALGUNOS MUSEOS Y COLECCIONES DONDE ARRIAGA ESTÁ REPRESENTADO

- Museo Naval de Madrid.
- Museo Naval de Barcelona.
- Museo Naval de Nueva York.
- South Street Seaport Museum, Nueva York.
- Museum des Wissenschaftiichen lnstituts für Schiffahrt, Hamburgo.
- Museo Naval de México.
- Museo Naval de Valaparaíso, Chile.
- Museo de la Patagonia, Punta Arenas, Chile.
- Museo Marín Gusinde, Puerto Williams, Chile.
- Museo de Granada.
- Museo Militar Regional de Canarias.
- Museo de Bellas Artes, Torremolinos.
- S.M. El Rey, Palacio de la Zarzuela, Madrid.
- Palacio de la Presidencia, México.
- Palacio del Pardo, Madrid.
- Royal Thai Navy H.Q. Bangkok, Thailandia.
- Cuartel General de la Armada, Chile.
- Cuartel General de la Armada, Madrid.
- Hoffmann & Pomerige Collection, Hamburgo.
- Eastern Shipping Collection, Tokio.
- Morato Art Collection, Manila.
- Parlamento de Canarias, Tenerife.
- Real Club Náutico de Tenerife.
- Casino de Tenerife.
- Círculo de Amistad 12 de Enero. Santa Cruz de Tenerife.


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Pintuas del Puerto de Málaga por Esteban Arriaga López de Vergara (Tenerife 1922- Málaga 2009). Arriaga es el pintor español contemporáneo de temas marinos que ha alcanzado mayor prestigio y cotización en todo el mundo.



Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado el trabajo recopilatorio dedicado al pintor canario Esteban Arriaga, nadie como él ha sabido plasmar en lienzos lo que es el mar y su épica. 


Agradecimiento especial a la página dedicada al artistawww.ajsistemas.com/estebanarriaga/

Fuentes y agradecimientos a: ajsistemas.com, eldia.es, espaciocusachs.blogspot.com, parcan.es, malagahoy.es y otras de Internet.

Fuente

http://www.foroxerbar.com

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