Páginas

Translate


Powered By Blogger

visitas contador

miércoles, 12 de septiembre de 2018

Dadá ruso 1914 - 1924

Resultado de imagen de Dadá ruso 1914 - 1924

Decía el legendario profesor Angel González que, en la época de la vanguardia, algunos países se convirtieron en metáforas del exceso. La España de Picasso era uno, otro fue Rusia. Viendo la exposición Dadá ruso 1914-1924 esta curiosa apreciación se entiende muy bien. 


La exposición recibe con una película de Lev Kuleshov (The Death Ray, 1925) donde aparece la típica chica de cine mudo, guapa y sonriente que se está secando el cabello, sin embargo su pelo increíblemente revuelto, la iluminación dramática y su risa maniaca con todos los dientes al descubierto hace que por momentos veamos en ese secador un arma y que podamos pensar perfectamente si no estará jugando a la ruleta rusa y acaso ha quedado trastornada.
Es en ésta y otras películas y fotografías, más que en los cuadros, donde se advierte, (en las cosas cotidianas como el vestir, el maquillaje, los peinados, las formas de posar...) ese electrizante mundo prerrevolucionario que se traduce en una libertad y una modernidad sorprendentes.
Otra rareza de la vanguardia rusa es precisamente el elevado número de mujeres artistas que la componían. Sin olvidar a Varvara Stepánova, Kseniya Boguslávskaia o Nadezhda Udaltsova, por ejemplo, Natalia Goncharova puso en contacto la rama rusa con los centros internacionales del movimiento en París, Berlín y Nueva York, y Olga Rózanova, fue impulsora del todismo, el primer movimiento en aplicar las tácticas dadá.



La principal misión del todismo fue criticar el futurismo de Marinetti por su racionalidad, su ciega confianza en el progreso y, sobre todo, por su militarismo. La guerra de Rózanova sustituye la fascinación futurista por los bombardeos y su capacidad de lanzar cada vez más obuses por algo parecido al absurdo grito sustitutivo de los hermanos Marx: “Más maderaaaa”. Así, el dadaísmo triunfa en Rusia como un rechazo al ensalzamiento de la originalidad y de la autoría individual a través de una serie de prácticas colectivas y de un desconcertante multiestilismo que siempre genera ese subversivo y característico excedente dadá que es la risa.



Por eso el famoso diseño racional soviético se empapa de collages aleatorios; el teatro político deviene absurdo y el fabuloso cine propagandístico bolchevique se convierte en, un más fabuloso aún, cine paródico. Incluso el sublime suprematismo de Malevich, su impertérrito cuadrado negro, por ejemplo, debe leerse a la luz de esta exposición, más que como una muestra melancólica de la incapacidad de la pintura para representar el convulso momento histórico de la revolución rusa, como una burla anarquista hacia la trascendencia de ese periodo. En esta exposición se narra con pelos y señales la historia y la concepción de este icono del arte vanguardista que es el Cuadrado negro. Cómo surgió en una colaboración con Mihail Matiushin y Kruchónij para el montaje de la ópera Victoria sobre el sol en 1913, cómo se convirtió en un símbolo político de libertad contra el futurismo (arte todavía objetual) y el Estado comunista y cómo, a la muerte de Lenin en 1924 (y fin del periodo que narra la exposición), fue repudiado con la llegada del Surrealismo y la rivalidad cultural y política que acabó con el hiperproductivo y polifacético dadá ruso.


Disfruten de la rara visión no purista del suprematismo, del todismo, del nadismo, el constructivismo, el antifuturismo, el fevralismo (antirayonismo) y demás ismos ya contaminados por la inesperada risa dadá, que siempre, como el amor, nos regala algo que no habíamos imaginado ni pedido pero que nos encanta.


Almudena Baeza 

Fuente

http://www.arte10.com



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Te puede interesar;

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...