Thomas Houseago es un artista contemporáneo británico . Vive en Los Ángeles , California , y también tiene ciudadanía estadounidense. [1] [2] Gran parte de su obra ha sido escultura figurativa , a menudo a gran escala, en yeso, bronce o aluminio; su gran bebé de yeso fue incluido en la Bienal de Whitney en 2010. También ha realizado instalaciones arquitectónicas
Vida y carrera
Houseago creció en Leeds en West Yorkshire , donde su madre era maestra. [2] Hizo su año de fundación en Jacob Kramer College en Leeds, y en 1991 fue a Central Saint Martins College of Art and Design en Londres. [3] [4] [5] Luego estudió en De Ateliers en Amsterdam, donde entró en contacto con artistas figurativos como Marlene Dumas , Thomas Schütte y Luc Tuymans . [4] Vivió durante ocho años en Bruselas antes de mudarse a Los Ángeles en 2003.[4] [6] [5] Houseago realizó su primera exposición individual, titulada Serpent (2009), en los Estados Unidos en la Galería David Kordansky en Los Ángeles, que también fue la muestra inaugural de la galería. [7] En eldistrito de Frogtown de Los Ángeles, su complejo de estudios ocupa cuatro edificios industriales de un solo piso a lo largo del río Los Ángeles . [8]
Donald y Mera Rubell, coleccionistas de arte de Miami , compraron varias de sus obras en 2006. [6] Su gran bebé de yeso se incluyó en la Bienal de Whitney en 2010, [3] y en 2011 L'Homme Pressé , una alta figura de bronce de un caminante, se instaló frente al Palazzo Grassi en el Gran Canal de Venecia durante la Bienal . [9] [10]
Mercado del arte
Houseago está representada por Xavier Hufkens Gallery , Gagosian Gallery y Hauser & Wirth . [11] Al principio de su carrera, Houseago inició una relación con la Galería Xavier Hufkens en Bruselas. Más tarde comenzó a exhibir con Michael Werner Gallery en Nueva York. [12] Anteriormente estuvo representado por David Kordansky en Los Ángeles. [13] [14] [15]
Vida personal
Durante su tiempo en De Ateliers, Houseago conoció a la pintora estadounidense Amy Bessone con quien vivió hasta 2013. Desde entonces ha estado en una relación con la terapeuta de arte Muna El Fituri
Fuente
Thomas Houseago (n. 1972), quien nació en Leeds, Inglaterra, pero ahora vive y trabaja en Los Ángeles, es un artista de gran energía conocido por su escultura a gran escala. Su trabajo es a menudo figurativo, y transmite fuerza y fragilidad a través de materiales variados: madera tallada, arcilla, bronce, varillas de acero, hormigón y arpillera. Este año empezó a exponer pinturas, tras superar una antigua inhibición para ser visto como pintor. Su exposición en la Gagosian Gallery de Hong Kong, Psychedelic Brothers - Drawn Paintings, del 27 de mayo al 17 de agosto, es la primera dedicada exclusivamente a ese medio.
Con sus pinturas en el espacio de la galería, está revelando lo que sucede en el estudio (se dice que a menudo está acompañado por una banda sonora de Alice Coltrane). De hecho, el dibujo siempre ha sido una parte esencial de su proceso escultórico; dibuja y pinta antes de moldear y fundir. Algunas de estas obras pintadas eran pinturas negras que Houseago consideraba fallidas, de las que necesitaba encontrar una salida. “Eran demasiado emocionales, casi insoportables de manejar”, recuerda. Solo cuando vio su dibujo de arco iris de diez años se dio cuenta de que los colores romperían parte de la intensidad de las pinturas negras. Permitió que sus hijos usaran crayones sobre las capas negras con él.
Esta serie, los hermanos psicodélicos, muestra calaveras coloridas de gran formato realizadas a partir de formas geométricas en carboncillo, pintura, pasteles y lápices. Las pinceladas son enérgicas y vibrantes, las composiciones toscas pero abundantes en detalles. El artista ve las pinturas como compañeros o incluso como hermanos que nunca tuvo, y en memoria de su padre como lo recuerda en sus últimos días en el hospital "dejando este mundo emocional y físicamente". Las obras también representan una conexión con la historia del arte a través del simbolismo de las calaveras (por cierto, Houseago describe un sueño en el que, mientras navega, Picasso le indica que sea un artista). "Cuando haces una escultura, estás haciendo un monumento a la muerte", dice y hace referencia a las primeras esculturas griegas de Kouros que lo fascinan por su representación del movimiento y al mismo tiempo encarnar la quietud. "Quiero que las esculturas se llenen de energía cinética", dice. Eso también parece cierto en sus pinturas.
Al presentar esta serie en su conjunto por primera vez, habló con Ocula sobre lo que lo hace tan comprometido con su arte, la noción de dar permiso y abrazarse a sí mismo.
Tenía muchas ganas de preguntarte sobre música. Ya lo ha mencionado diciendo que es tan ruidoso en el estudio que la gente que trabaja allí tiene que aceptarlo o usar auriculares con cancelación de ruido; Entiendo que amas el jazz: Alice Coltrane, Kamasi Washington y Thundercat.
Les diré algo sobre la música de lo que rara vez hablo. Una pieza musical es una marca en el tiempo, en el ritmo, en el compás y con el estribillo. Empieza y acaba. Cuando estás en un estudio de arte, la noción del tiempo puede volverse realmente extraña y descartada. La música le da textura. Además, el uso de la música me permite aislarme de la normalidad. Creo que la normalidad puede ser un verdadero veneno a la hora de hacer arte.
¿Qué es la normalidad?
Las presiones de la vida cotidiana, lo que se supone que debes hacer, lo que parece importante. El arte tiene que rechazar eso de alguna manera. Para poder hacer arte debes rechazar la sensación de estar haciendo algo importante. Entonces la música mide el tiempo, te da apoyo, te estructura y también te aleja.
¿Eres un pintor machista?
Para nada. Vengo de una cultura súper machista. Leeds (la principal ciudad de Yorkshire en el norte de Inglaterra) es hiper machista, las peleas ya sabes ... Crecí muy asustado por eso. Pero también crecí rodeado de mujeres: mi mamá y dos hermanas. Sin papá, sin hermanos. En el norte de Inglaterra, las industrias tradicionales se derrumbaron en los años 70, vi cómo la psique masculina blanca atravesaba este extraño pánico. Así que crecí con mujeres muy fuertes y poderosas en esa fuerte cultura machista que estaba fallando. Vi la vulnerabilidad allí, la tragedia y el desmembramiento. En cierto modo, mi trabajo trata sobre lo masculino, lo masculino, su energía, la violencia, todas estas cosas. Pero si realmente lo miras, particularmente las esculturas, están súper rotas, son súper frágiles. Detrás de ellos hay algo extrañamente vulnerable.
Tus pinturas parecen ... ¿más fuertes, más firmes en el suelo?
Sí, absolutamente lo son. El trabajo en dos dimensiones tiene esa sensación de estabilidad y claridad. Pero lo que descubrí de haber vivido con ellos es que se vuelve engañoso. Cuanto más tiempo estoy cerca de ellos, menos claros se vuelven, al contrario de mis esculturas. Además, más difícil es terminarlos; Puedo terminar una escultura más rápido, con más certeza. El trabajo bidimensional es más… se niega a detenerse.
Por un lado editas, por el otro agregas capas… mencionaste que con las pinturas negras hay un proceso de dos pasos: desde la oscuridad de abajo hasta los colores de arriba. ¿Cómo construyes tus imágenes?
Creo que estamos en un trauma colectivo sobre cómo se ven las cosas. Creo que ya no creemos en las fotografías. Desde la guerra de Irak, no creo que confiemos en los medios de comunicación como solíamos hacerlo, sintiendo cada vez más que no transmiten complejidad. Por eso creo que estamos en un período de hiperacceso a las imágenes y, sin embargo, de frustración con lo que nos dan, con lo que recibimos. Como artista estás en ese dilema, no puedes evitar la imposibilidad de estas dos posiciones, de que las imágenes estén en todas partes, que todo sea accesible, que sepas cómo es todo y, sin embargo, te sientas cada vez más inseguro.
¿Y entonces trabajas en la percepción?
Creo que terminas trabajando en la percepción porque no tienes otra opción, porque eres tu propio sujeto de prueba. Por ejemplo, me interesa mucho el rostro como tema. Qué puedo hacer con él en la historia, el rostro como imagen, en nuestro mundo, mirar tu rostro, las cosas que sé sobre él y las cosas que no. Es un tema relativamente benigno. Ahora soy más retorcido, pero cuando comencé a los 16, a esa edad, las suposiciones eran como arena rápida. Y entonces empiezas a ver ese dilema en ti. Entonces no pude ponerle palabras. Ahora puedo centrarme en las palabras y el significado dentro de mi puesto, mi evolución artística. Creo que luchamos por la realidad de cómo se ven las cosas, cómo lidiamos con la historia y cómo nos han pasado las cosas. Al final del día, en el acto de creatividad nos quedamos con la idea de que el acto es más importante que lo que haces. Para mí, el mero registro de la incertidumbre es realmente la clave. Significa que los detalles ociosos pueden constituir un argumento sobre el aspecto de la cara.
¿Son rostros de paisajes?
¿O arquitectura? Pienso en ellos como arquitectura. Y si piensas en los rostros de la arquitectura, ves que surgen cosas.
Soy una persona super visual, investigo constantemente. Al viajar, a través de la computadora, soy un amante y coleccionista de libros. Casi constantemente estoy investigando algo; siempre hay algo a lo que estoy tratando de encontrarle sentido. La conexión entre poesía y escritura, arquitectura y arte, teatro y música. Realmente estoy viendo esas cosas que son codependientes; realmente me fascina.
¿Espiritualidad?
Espiritualidad, pero también de darse permiso unos a otros. Un dibujo puede otorgar un permiso de construcción y luego un edificio puede otorgarle una posición a la filosofía. La música da permiso a la pintura. Cada campo se da permiso unos a otros, y eso para mí es una dimensión social enorme. De hecho, cambias la forma en que las personas interactúan y piensan al publicar arte en el mundo. Mira, crecí en un período de los noventa en el que el arte era visto como el enemigo, pero de lo que me di cuenta es de que el acto de la creatividad da permiso a pensamientos mucho más ricos que el acto de una frenética necesidad maníaca. Así que lo defiendo ahora.
¿Dar permiso?
Sí, el permiso es muy importante porque para hacer arte hay que ir en contra de todo. Esa es la verdad. Tienes que ir en contra de tu propia supervivencia en determinados momentos. Si estás haciendo una obra de arte, estás poniendo tu energía en eso; en la mayor parte de mi vida, eso no generó ninguna ganancia financiera.
Dices eso, pero ahora estás representado por Larry Gagosian ...
Ahora gano dinero. Pero siempre estás al borde de una catástrofe como artista porque cuanto más dinero ganas, más vuelves a invertir y más loco te vuelves. Para mí una parte esencial de ganar dinero es como salir del armario. No soy un ahorrador, por lo que siempre estoy al borde de la catástrofe, de todos modos financieramente.
Mire mis proyectos de los últimos dos años, como Moun Room en Hauser y Wirth [una gran instalación que se exhibió durante el invierno de 2014-2015 que consta de tres cámaras contenidas una dentro de la otra que invitan a la meditación sobre el movimiento y los códigos de conducta en respuesta a la arquitectura. Hecho de yeso, cáñamo y varilla de hierro]. Si gana dinero, se verá capaz de hacer algo así. Es más riesgo pero también más espacio y no me refiero al espacio físico sino al espacio para soñar. Entonces empiezas a pensar Dios mío, tal vez podría hacer un parque de esculturas. Los Ángeles es así, y tiene espacio, en Londres o Nueva York no sueñas con estas cosas de la misma manera. Entonces el permiso es muy importante. Número uno cuando era niño: permiso para hacer arte, en un momento se le permite hacer arte y luego se lo quitan.
Cuando te das cuenta de que lo más importante es tu propia imperfección, es el momento en el que sales de la idea de la perfección en todas sus formas, incluida la sobreestimación de lo que puedes hacer. Te involucras con tu propia imperfección perfecta, cuanto más te adentras en eso, más le das permiso a las personas que te rodean también.
Dar el salto para crear una obra de arte es muy traumático para la mayoría de las personas. Pensar creativamente es cada vez más traumático. Entonces estas áreas a las que necesitas darles espacio. Pasé por este período en Los Ángeles dándome cuenta de que la increíble industria cinematográfica de Hollywood de los años 60 estaba relacionada con los beatniks, Bob Dylan y Allen Ginsberg. Ellos, a su vez, examinaron el dadaísmo de los años veinte. Te das cuenta de que eso es permiso de nuevo, todas estas zonas poco probables de interacción entre la música rock y la crítica literaria, por ejemplo, son reales. Es un problema pensar que las cosas son sencillas y se pueden resolver y comprender de forma sencilla. Todo convive, genera empatía. El pensamiento político y el pensamiento artístico deben estar vinculados.
¿Qué consejo le darías a los artistas jóvenes especialmente cuando reciben críticas?
Creo que recibir críticas es muy, muy, muy, muy bueno, es doloroso y no hay antídoto. No importa si se dirige al trabajo en sí. Sobre todo, cuando la gente se enoja, es una proyección de sus propios problemas o de que no tienen la energía para hacer lo que tú haces. Pero la intención de la crítica es muy importante porque así es como manejas tu relación con el mundo. La idea del arte creo que no es entretener, ese es solo uno de los aspectos. Se trata de un uso diferente del cerebro. El arte es, por su propia naturaleza, una especie de despertar. Si tuviste algún momento significativo con alguna obra de arte, cualquiera, es un poco como despertar. Y también hay un ligero arrepentimiento, te molesta un poco. El ejemplo clásico es ir al Prado de Madrid. Cuando ves a Goya te asustas porque no es lo que esperabas, y te sientes un poco enojado por eso. Pero es muy fuerte, ese es el momento. ¡No te entretiene el arte, te echan, eres como WTF! Esa es mi experiencia. Incluso si escucho un álbum y sé que es genial, estoy un poco asustado. Entonces la crítica es un área natural. Mi consejo es 'manejarlo y realmente tomarlo y realmente vivir con eso'. Recibo críticas horribles, siempre, siempre recibo críticas muy malas. Y significa que he vivido mucho tiempo, para algunos de mis amigos que todos amaban, eso les quita algo de energía. Realmente puedes destruir a alguien con amabilidad, vale la pena. La tensión es dolorosa pero excitante. y sé que es genial, estoy un poco asustado. Entonces la crítica es un área natural. Mi consejo es 'manejarlo y realmente tomarlo y realmente vivir con eso'. Recibo críticas horribles, siempre, siempre recibo críticas muy malas. Y significa que he vivido mucho tiempo, para algunos de mis amigos que todos amaban, eso les quita algo de energía. Realmente puedes destruir a alguien con amabilidad, vale la pena. La tensión es dolorosa pero excitante. y sé que es genial, estoy un poco asustado. Entonces la crítica es un área natural. Mi consejo es 'manejarlo y realmente tomarlo y realmente vivir con eso'. Recibo críticas horribles, siempre, siempre recibo críticas muy malas. Y significa que he vivido mucho tiempo, para algunos de mis amigos que todos amaban, eso les quita algo de energía. Realmente puedes destruir a alguien con amabilidad, vale la pena. La tensión es dolorosa pero excitante.
¿Es pintar una forma de relieve?
La pintura es un alivio de la locura de la escultura y luego la escultura se convierte en un alivio de la locura de la pintura. Entonces los dos van muy bien juntos. En la escultura siempre estás luchando contra la gravedad, el material, el espacio, todas estas realidades súper agotadoras. La pintura es en última instancia toda fantasía, todo es alma flotando, así que justo cuando la pintura empieza a hacerte sentir náuseas… puedes confiar en la escultura.
Comencé como artista de performance, ya sabes, prendiendo fuego a mi escuela de arte en los años 90. La acción… Lo que me gusta de la pintura y la escultura es que son la suma de una serie de actos. Has hecho esta actividad, este baile y el resultado de estas marcas y estas formas es tu movimiento. Soy hiperfísico, vengo del súper trauma y la súper represión, así es como te defiendes. Y luego me encanta la danza, la música y todos los aspectos performativos.
Cuando la gente ve mi estudio, experimenta una tremenda sensación de actividad. Y luego está la resistencia, la resistencia sobre cómo se supone que debes moverte. Esta situación actual en la que el movimiento está tan dictado, miras a las personas que se mueven como programas de computadora, automatizadas, como los edificios. Si crea arquitectura a partir de la imaginación de una computadora, las personas actúan como automatismos.
Entonces el movimiento y la libertad de movimiento, y cometer errores, se vuelve mucho más traumático. Veo gente pasando por el metro, si te equivocas al deslizar tu tarjeta, la gente entra en pánico. La sociedad procesa el movimiento de cierta manera, tienes que moverte a través de ella de cierta manera. El arte es espástico, un completo error, responde a tu sistema nervioso, tiene el potencial de ser anárquico. - [O]
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