Bruno Di Maio nació 1944 en Trípoli, Libia de padres italianos. Ha vivido y trabajado durante muchos años en la Toscana, Italia. Su arte es fácil, refinado y de buen gusto. Su capacidad de sorprender y competir con la realidad es evidente al abordar conchas, zapatillas de baile, cáscaras de huevo, cubiertos y plata, hojas, tarjetas, flores y canastas.
Di Maio es seducido por surrealisme y la televisión, en la obra de Di Maio hay tanto un realismo burgués y un surrealismo espontáneo y fabulosa que de repente hacen héroes inexistentes aparecen, como el músico de los cuales sólo el violín, suspendido entre una mano y una barbilla que no están allí, permanece.
Di Maio representa sueños, inventa efectos especiales-ficción como ciencia donde criaturas están pintados con realismo fotográfico. Junto a estos efectos espectaculares, Di Maio desarrolla géneros de desnudos, naturalezas muertas y retratos. En la antigüedad el mayor elogio dado a pintores era la de engañar con la aparición de la realidad ", parece de verdad!" esa es nuestra reacción cuando admirando la obra de Bruno Di Maio.
Sus obras se encuentran en colecciones privadas y públicas de Europa, Japón, Australia y en los Estados Unidos.
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