Teatro de Verano intervenido con mucha brillantina
Montevideo
La artista plástica italiana Laura Cionci es conocida por el público que sigue las exposiciones de artes visuales. Ahora su obra se puede ver en un lugar de mucha mayor exposición: el Teatro de Verano.
Con motivo de los 70 años de ese escenario, ella propuso, y le fue aceptado, cubrir de brillantina muchos de los sitios de ese histórico lugar: paredes, escaleras, asientos y más.
Cionci ha trabajado mucho con la brillantina como elemento de expresión y color, y de hecho lo que se había visto en Montevideo de su obra iba un poco en esa dirección. Pero acá el proyecto fue más ambicioso, y el resultado está a la vista. Alcanza con ir al Teatro de Verano, sentarse en la platea, y ya se estará en medio de su obra. Pero ella aclara: no es un trabajo que la fotografía pueda reflejar con total fidelidad, dadas las características mismas de la propia brillantina.
El proyecto inicial era más ambicioso, pero se corrió contra reloj, y alguna
idea tuvo que quedar en el tintero. Como por ejemplo, poner brillantina en la parte exterior de la cúpula, cosa que no se hizo porque implicaba contratar una grúa y otros asuntos derivados de eso. Tampoco pudo poner nada sobre el escenario, puesto que interferiría entre otras cosas con la transmisión televisiva.
Otros lugares no pudo utilizarlos porque interferían en el decorado propio del edificio. Como explica ella, esto de la brillantina parece fácil pero no es. En Montevideo, según cuenta, solo pudo encontrar un tipo de brillantina, de la que utilizó unos ocho kilos. Pero en Buenos Aires la variedad es mayor, y ese juego de varios tipos de brillantinas le permite dar efectos de tridimensionalidad.
El objetivo general de este tipo de intervención es, entre otros, hacer que la gente focalice en cosas que muchas veces pasan inadvertidas. También busca sustituir el gris, tan común en muchos lugares de estas ciudades, por otros colores y brillos, de modo de revalorar la arquitectura y los detalles de la misma. Y como ella misma contó a El País, son los niños lo que muchas veces observan y se entusiasman con su trabajo, y es porque no tienen la mirada tan automatizada.
El uso de la brillantina (que le demandó experimentar con pegamentos y demás) permite que su obra luzca tanto de día como de noche. La artista también estuvo trabajando con esto recientemente en Buenos Aires, donde realizó una intervención en barrios históricos, acompañada por una performance, de la que editará un video. Allí intervino en la vía pública cajas de electricidad, buzones, recipientes de basura, bordes de cemento y otros detalles. Ahora su próximo proyecto es en San Pablo, para donde también tiene muchas ideas.
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