En un coloquio organizado por la revista Capital ARTE en el Espacio Fundación Telefónica, de Madrid, los directores de los museos Thyssen y Reina Sofía criticaron la ‘colonización que, a su juicio, sufre España a causa de las franquicias de museos extranjeros como el Pompidou de París que cuenta con una sede (o sucursal) en Málaga. Para Guillermo Solana, responsable del Museo Tyssen-Bornemiza, ‘que en España, que está a dos pasos de París hagamos eso, carece de sentido, sobre todo cuando los museos públicos españoles están en disposición de realizar intercambios con museos de primera magnitud’; y Manuel Borja-Villel se suma a la opinión al considerar que el mejor modelo ‘no es la franquicia’, señalando que es un problema que el primer objetivo de un museo sea el beneficio en vez de la educación. Y Miguel Zugaza, director del Prado, tal vez por el tirón de su tierra, señala una excepción aplaudiendo el éxito del Museo Guggenheim Bilbao.
Estas especies de sucursales se explican en países como Kuwait o Qatar donde necesitan una oferta ‘occidental’ de cara al futuro, pero no en España que cuenta con patrimonios históricos y artísticos del mayor nivel. Tampoco estaría demás que en lugares turísticos como Málaga, por ejemplo, los grandes museos españoles tengan sitios específicos como sedes propias cuando tanto arte, y del bueno, está almacenado, y por lo tanto fuera del alcance de la sociedad.
Nosotros, que estamos de acuerdo en que las ‘franquicias’ en un país que tiene tanto que ofrecer, cuando, además, el coste económico es tan alto, no acertamos a comprender por qué no se mira ‘con el mismo cristal’ la excesiva difusión del arte foráneo siempre en detrimento del propio. Precisamente los programas del Museo Reina Sofía acogen sistemáticamente exposiciones de artistas extranjeros, unos maestros con mucho que ofrecer y otros profesionales de todas partes cuyas obras promocionan museos, fundaciones y coleccionistas que los tienen en sus fondos, sin que haya la correspondiente contrapartida para el arte español. Y así vemos, por ejemplo, con a un pintor excepcional como fue Juan Barjola, no se le ha tenido en cuenta nunca, y tampoco ahora cuando el año pasado se cumplió el décimo aniversario de su muerte… y podríamos mencionar a otros artistas españoles que si hubiesen sido estadounidenses, británicos, franceses o alemanes serían figuras internacionales. Aquí seguimos con nuestros complejos.
En el coloquio se trataron otros temas, como el 21% cultural que es un inmenso error, o el no haber encarado con voluntad política, desde el pragmatismo, la Ley de Mecenazgo, por ejemplo, y otras cuestiones económicas.
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