Hasta el 29 de febrero estará abierta al público la exposición ‘Arte- factos. Arte en movimiento’, de Miguel José Rodríguez Rey, en la galería Léopold Sédar Senghor de la Alianza Francesa de Bucaramanga.
Hablar del movimiento aplicado al arte es hablar de Francia y, en sus orígenes, de Marcel Duchamp y de Georges Méliès. La aplicación de lo cinético como elemento artístico que trastoca la herencia errónea derivada del arte egipcio, que se basaba en la estática la creación estética, fue el clímax de las obras de Duchamp y Méliès, quien prefería fusionar el arte con la ciencia.
Siendo una corriente en que las obras tienen movimiento, o parecen tenerlo, el arte cinético puede ser expresado ya sea en pinturas o esculturas, creadas para producir una impresión de movimiento –como en el arte contemporáneo– o en las corrientes artísticas basadas en la estética del movimiento, propias, especialmente, del arte cinético y en el arte óptico, en que uno de los recursos es el de los componentes móviles de las obras.
Sobre su exposición, dice Miguel José Rodríguez Rey: “Desde la formación médica básica, abrí los ojos al alcance del movimiento en las ciencias de la vida. Esta mezcla entre la sensibilidad humanística, la sensibilidad estética, la ciencia y la curiosidad por lo nuevo me llevó a explorar los elementos del movimiento en el arte, y encontré un medio infalible para engañar los sentidos mediante la ciencia del movimiento, y pude entender que, al abstraerse de esta manera, el arte también crea vida.
Quizás el último exponente del arte cinético en Colombia fue Omar Rayo quien, haciendo estábilos y creando grabados op-art donde primaba el movimiento virtual, fue quizás el colombiano que más se acercó en el siglo XX a la tendencia mundial liderada por Duchamp, Soto, Méliès y Calder, sin llegar a incursionar en el movimiento.
Contrario a Rayo, desde mi apreciación del mundo a través de la ciencia, siento en la estética y la física del movimiento la búsqueda de la manera de engañar los sentidos para crear vida simulada. Como el único artista cinético declarado en Colombia, traigo esta propuesta que intenta romper los paradigmas artísticos del momento, y presentar el renacer de un arte olvidado en nuestro medio”.
Miguel José Rodríguez Rey
Bucaramanga, 1969. Bachiller del colegio San Pedro Claver. Su contacto con el arte fue temprano: desde niño tocaba guitarra, pintaba al óleo y tallaba en madera; ya en la adolescencia, hizo teatro. Se graduó como médico y cirujano de la Universidad Industrial de Santander.
Siendo una corriente en que las obras tienen movimiento, o parecen tenerlo, el arte cinético puede ser expresado ya sea en pinturas o esculturas, creadas para producir una impresión de movimiento –como en el arte contemporáneo– o en las corrientes artísticas basadas en la estética del movimiento, propias, especialmente, del arte cinético y en el arte óptico, en que uno de los recursos es el de los componentes móviles de las obras.
Sobre su exposición, dice Miguel José Rodríguez Rey: “Desde la formación médica básica, abrí los ojos al alcance del movimiento en las ciencias de la vida. Esta mezcla entre la sensibilidad humanística, la sensibilidad estética, la ciencia y la curiosidad por lo nuevo me llevó a explorar los elementos del movimiento en el arte, y encontré un medio infalible para engañar los sentidos mediante la ciencia del movimiento, y pude entender que, al abstraerse de esta manera, el arte también crea vida.
Quizás el último exponente del arte cinético en Colombia fue Omar Rayo quien, haciendo estábilos y creando grabados op-art donde primaba el movimiento virtual, fue quizás el colombiano que más se acercó en el siglo XX a la tendencia mundial liderada por Duchamp, Soto, Méliès y Calder, sin llegar a incursionar en el movimiento.
Contrario a Rayo, desde mi apreciación del mundo a través de la ciencia, siento en la estética y la física del movimiento la búsqueda de la manera de engañar los sentidos para crear vida simulada. Como el único artista cinético declarado en Colombia, traigo esta propuesta que intenta romper los paradigmas artísticos del momento, y presentar el renacer de un arte olvidado en nuestro medio”.
Miguel José Rodríguez Rey
Bucaramanga, 1969. Bachiller del colegio San Pedro Claver. Su contacto con el arte fue temprano: desde niño tocaba guitarra, pintaba al óleo y tallaba en madera; ya en la adolescencia, hizo teatro. Se graduó como médico y cirujano de la Universidad Industrial de Santander.
Fuente
http://www.vanguardia.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario