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miércoles, 20 de abril de 2016

Andrés Cortés Y Aguilar




Este trabajo recopilatorio está dedicado al pintor costumbrista sevillano Andrés Cortés y Aguilar (1815-1879) nació en Sevilla en 1815 y falleció en 1879. Fue alumno de la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal y perteneció a la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría.

Andrés Cortés Aguilar, hijo del pintor Andrés Cortés y Antonia Aguilar, nació en Sevilla el 24 de diciembre de 1812 y murió en la misma ciudad el 16 de mayo de 1879.. Se formó académicamente en la Real Escuela de las Tres Nobles Artes, de la calle de las Sierpes, entre 1829 y 1838.

Por entonces, Sevilla es meta de los viajeros europeos, sobre todo ingleses, imbuidos de los ideales y modos de vida del Romanticismo (entre otros Richard Ford, John Frederick, Lewis y David Roberts). Estas avanzadillas del Romanticismo, despertaron el antes adormecido mundo artístico sevillano, tocado por la invasión napoleónica. Con este panorama, los paisajes rústicos y salvajes, la realidad de la vida cotidiana, las viejas edificaciones, los grandes monumentos, las ruinas… se convirtieron en los protagonistas de la pintura.

De forma pausada, pero incesante, estaban convergiendo dos corrientes artísticas importantes: el romanticismo británico y la tradición murillista revitalizada. A este impulso cultural, se sumó la inauguración del Liceo Sevilano que abrió sus puertas en abril de 1838.

Andrés Cortés Aguilar tomó parte activa del Liceo y poco a poco, se va situando en el mundo de la pintura. Pinta monumentos de Sevilla, Granada o Córdoba, representa personajes populares como el majo y la maja, y paisajes con figuras, inspirados en los maestros holandeses del siglo XVII.

Determinante en su éxito en el mundo pictórico sevillano fue su amistad con su gran valedor, el industrial vasco D. José María Ybarra y Gutiérrez de Cabiedes, de quien recibió numerosos encargos y, por consiguiente, gran prestigio.

Fue un pintor versátil en todo, su obra abarca desde el paisaje al bodegón, desde el retrato al paisaje de género.

A pesar de ser un trabajador incansable, actualmente es poco conocido a nivel popular. Sólo una de las versiones de su gran obra: La Feria de Sevilla, pertenece a un museo notable, el de Bilbao.

Entre sus obras más importantes destacan "La Feria de Sevilla" (1852) y "Camino de Feria". De ahí que el crítico Antonio Manuel Campoy le llame "pintor de la garbosa feria sevillana". El profesor Antonio Reina Palazón le incluye entre "los últimos pintores costumbristas" de Sevilla. Andrés Cortés no le dedicó una especial atención a la pintura de historia. Entre sus cuadros más conocidos, destaca el retrato de Rodrigo Ponce de León (1856), pero "en este campo -señala el profesor José Fernández López- su obra fundamental es "Guzmán el Bueno armando caballero a su hijo" fechado en 1848. Este cuadro -siento no haber conseguido imagen- está fechado en 1848. Precisamente este año se estrena el drama de Gil de Zarate, ya mencionado, donde se escenifica el acto en que don Alonso Pérez de Guzmán promueve, en ceremonia castrense, caballero a su hijo en el recinto del castillo. Este lienzo perteneció a la colección pictórica de los Duques de Montpensier, y las últimas noticias es que se encontraba en su antiguo palacio de Sanlúcar de Barrameda.


Obras representativas

- La Feria de Sevilla (1852)
- Camino de Feria
- Guzmán el Bueno armando caballero a su hijo (1848)
- Retrato de Rodrigo Ponce de León (1856). Ayuntamiento de Sevilla.
- Rodrígo Ponce de León (1858). Ayuntamiento de Sevilla
- Vendedora gitana. Ayuntamiento de Sevilla
- La caridad de San Vicente de Paul (1846). Ayuntamiento de Sevilla
- La Feria de Sevilla. 1856. Ayuntamiento de Sevilla
- El naufragio. Museo Marítimo de Asturias. Luanco
- Vista de Córdoba. Consejo Regulador de la Denominación de Origen. Jerez de la Fontera. Cádiz
- Pastores junto al lago. Colección privada
- Pescadores de río y campesinos. 1861. Óleo sobre lienzo. 108 x 159 cm. Colección privada
- Taller de zapateros remendones. Colección privada
- Tienda de ultramarinos. Sevilla. Colección privada
- La Feria de Sevilla (1852). Dos Hermanas. Sevilla
- La Feria de Sevilla. Museo de Bellas Artes de Bilbao
- Pastores junto al molino de agua. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid
- Paisaje fluvial con lavandera y pescador. 1863. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga
- Lavanderas y pescadores en un paisaje costero. 1863. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga

Espero que la recopilación que he conseguido de este pintor sevillano, sea del interés de los aficionados al arte que frecuentan esta sección, y contribuya en su divulgación.

Algunas obras





A La Feria. 1852. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




En la feria. Óleo sobre lienzo. 69,5 x 83,5 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




La Feria de Sevilla. 1852. Óleo sobre lienzo. 200 x 330 cm. Dos Hermanas. Sevilla. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




La Feria de Sevilla. Óleo sobre lienzo. 148 x 204,5 cm. Museo de Bellas Artes de Bilbao. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




La Feria de Sevilla. 1856. Óleo sobre lienzo. 140 x 252 cm. Excmo. Ayuntamiento de Sevilla. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




La Feria de Santiponce. Óleo sobre lienzo. 135 x 250 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Artistas flamencos en interior burgués. 1862. Óleo sobre lienzo. 109 x 150 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Bandoleros en la venta. Óleo sobre lienzo. Forma pareja con el anterior. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Caballeros en el Alcázar de Sevilla. Óleo sobre lienzo. 44 x 61 cm. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Campesinos de viaje. Óleo sobre lienzo. 43 x 59,5 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Campesinos de viaje y atravesando un puente. 1841. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Descanso en la venta. Óleo sobre lienzo. 74 x 113 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Cazadores junto a un pozo. 1852. Óleo sobre lienzo. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




El esquileo. Óleo sobre lienzo. 64 x 84 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




El jinete y la gitana. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




El naufragio. Óleo sobre lienzo. 50 x 67 cm. Museo Marítimo de Asturias. Luanco. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




El pastor y su familia. 1873. Óleo sobre lienzo. 81 x 123 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




El rebaño. Óleo sobre lienzo. 65 x 84 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




La fuente del camino. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Majo y maja bailando. Óleo sobre lienzo. 57 x 44 cm. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Galanteo en la cocina. 1877. Óleo sobre lienzo. 84 x 63 cm. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




El vendedor de dulces y barquillos. 1862. Óleo sobre lienzo. 125 x 98 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Jinete y campesinos. Óleo sobre tabla. Óvalo. 60 x 48 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Escena campesina. 1845. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Familia campesina. Óleo sobre lienzo. 65 x 84 cm. Forma pareja con el anterior. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Fiesta en el exterior de la venta. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Idilio junto al río. 1868. Óleo sobre lienzo. 72 x 110 cm. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Pastoras de viaje. 1867. Óleo sobre lienzo. 91,5 x 126 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Pastores. Óleo sobre lienzo. 62 x 83 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Pastores cuidando de sus rebaños. 1867. Óleo sobre lienzo. 95 x 147 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Pastores cuidando su rebaño. Óleo sobre lienzo. 74 x 105 cm. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Pastores junto al lago. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Pescadores de río y campesinos. 1861. Óleo sobre lienzo. 108 x 159 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Taller de zapateros remendones. Óleo sobre lienzo. 109 x 150 cm. Forma pareja con el anterior. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Tienda de ultramarinos. Óleo sobre lienzo. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Cazador de regreso del campo con una perdiz. 1849. Óleo sobre lienzo. 114 x 93 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Cocinera. Óleo sobre lienzo. 114 x 93 cm. Forma pareja con el anterior. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Retour de la chasse (Escocia) Óleo sobre lienzo. 126 x 180 cm. Forma trío con el anterior y posterior. Obra de Andrés Cortés y Aguilar



Paisajes y Vistas




El Guadalquivir a su paso por Sevilla. Óleo sobre lienzo. Consejo Regulador de la Denominación de Origen. Jerez de la Frontera. Cádiz. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




El Guadalquivir con la Torre del Oro y la desembocadura del arroyo Tagarete. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




El Prado de San Sebastián. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Escena campesina. Óleo sobre lienzo. 103 x 145 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




La Cruz del Campo en Sevilla. Óleo sobre lienzo. 77 x 113 cm. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Paisaje con pastores. 1862. Óleo sobre lienzo. 72 x 111,5 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Patio de los Arrayanes en la Alhambra. Óleo sobre lienzo. 44 x 61 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Patio de los Leones de la Alhambra. Óleo sobre lienzo. 44 x 61 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vista de Córdoba. Óleo sobre lienzo. Consejo Regulador de la Denominación de Origen. Jerez de la Fontera. Cádiz. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vista de Sevilla desde el Prado de San Sebastián. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Puerto. Óleo sobre lienzo. 73 x 104 cm. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Puerto mediterráneo. Óleo sobre lienzo. 35,5 x 70 cm. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vista del Sena desde el Pont Neuf, en París. Litografía. Finales del primer tercio del siglo XIX. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar



Religión




La caridad de San Vicente de Paul. 1846. Óleo sobre lienzo. 163 x 125 cm. Ayuntamiento de Sevilla. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Niño Jesús. 1844. Copia de Murillo. Óleo sobre lienzo. 76 x 98 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




San Juanito. 1844. Copia de Murillo. Óleo sobre lienzo. 76 x 98 cm. Forma pareja con el anterior. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Interior de la catedral de Córdoba. Óleo sobre lienzo. 46 x 59 cm. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar



Retratos




El tío Gamboa, de Hinojos. 1857. Óleo sobre lienzo. 165 x 121 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Gitano. Óleo sobre lienzo. 112 x 84 cm. Museo Casa de los Tiros. Granada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Joven en una fuente. 1946. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Maja. Óleo sobre lienzo. 57 x 44 cm. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Majo. 1842. Óleo sobre lienzo. 57 x 44 cm. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Retrato de Don José María de Ybarra. 1845. Óleo sobre lienzo. 100 x 78 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Retrato de Doña Dolores González de Ybarra. 1845. Óleo sobre lienzo. 100 x 78 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Retrato de Nicolás Antonio. 1851. Óleo sobre lienzo. 79,5 x 54,5 cm. Biblioteca Colombina. Sevilla. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Rodrígo Ponce de León. 1858. Óleo sobre lienzo. 154 x 125 cm. Excmo. Ayuntamiento de Sevilla. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vendedora gitana. Óleo sobre lienzo. 112,5 x 83,5 cm. Excmo. Ayuntamiento de Sevilla. Forma pareja con el anterior. Obra de Andrés Cortés y Aguilar



Varios




Carretera en la romería de Mairena. "Voyage pittoresque en Espagne". Grabado. 1925. París. Francia. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Bodegón de las granadas. Óleo sobre lienzo. Sevilla. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Troupeau. Óleo sobre lienzo. 164 x 52,5 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Pêcheur sur le ruisseau. Óleo sobre lienzo. 56 x 44 cm. Colección privada. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Paysans dans un paysage. Obra de Andrés Cortés y Aguilar



Animales




Cheveaux de halague. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vaches au pâturage. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vaches au pâturage. Óleo sobre lienzo. 32 x 46 cm. Musée M. Gatien-Bonnet. Lagny. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vaches sur le ruisseau. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vaches et paysan. Óleo sobre lienzo. 46 x 66 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vaches dans un paysage. Óleo sobre lienzo. 65 x 84 cm. Musée d'Art et d'Histoire de Troyes. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vaches au pâturage. Óleo sobre lienzo. 35 x 44 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vaches au pâturage. Óleo sobre lienzo. 24 x 32 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vaches au pâturage. Óleo sobre lienzo. 24 x 32 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Chevaux et brebis. Óleo sobre lienzo. 37,5 x 46 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Chevaux de halague. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Halte dans la chasse (Escocia) Óleo sobre lienzo. 126 x 180 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Paysan avec son troupeau. Óleo sobre lienzo. 37,5 x 46 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Troupeau. Óleo sobre lienzo. 37,5 x 46 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Troupeau. Óleo sobre lienzo. 92 x 73 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Troupeau. Óleo sobre lienzo. 54 x 72 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Troupeau à coté d'un ruisseau. Óleo sobre lienzo. 37,5 x 46 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Troupeau dans un paysage. Óleo sobre lienzo. 87 x 129 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Troupeau traversant un gué... Óleo sobre lienzo. Musée Boucher de Pwerthes. Abbeville. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Vaches. Óleo sobre lienzo. 46 x 66 cm. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Le chemin près de la ferme. Óleo sobre lienzo. 27,5 x 34 cm. Musée Mun. Gatien-Bonnet. Lagny-sur-Marne. Obra de Andrés Cortés y Aguilar




Repas de fiançailles. Óleo sobre lienzo. 38 x 42 cm. Musée Municipal de Sète. Obra de Andrés Cortés y Aguilar



Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado el trabajo recopilatorio dedicado al pintor costumbrista sevillano Andrés Cortés y Aguilar (1815-1879). Fue alumno de la Escuela de Bellas Artes de su ciudad natal y perteneció a la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Fue un pintor versátil en todo, su obra abarca desde el paisaje al bodegón, desde el retrato al paisaje de género. A pesar de ser un trabajador incansable, actualmente es poco conocido a nivel popular.


Andrés Cortés y Aguilar representado en la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza


Andrés Cortés y Aguilar (1881 - 1883) Pintor de obra fecunda y muy personal, sin embargo son pocas las noticias precisas que se tienen sobre su vida.

Su padre, Antonio Cortés, residía en Francia y había sido discípulo del paisajista y pintor de animales Constantin Troyon (1810-1865), lo que sin duda debió marcar desde sus primeros pasos artísticos, junto a su padre, la preferencia de Andrés Cortés por la pintura de paisajes con rebaños; género en el que llegaría a ser uno de los más destacados especialistas en su tiempo, y que define buena parte de su producción.

Presente desde 1840 en Sevilla, donde residiría toda su vida y afianzaría su carrera, fue profesor de la Escuela de Bellas Artes y miembro de su Academia desde 1862, alcanzando pronto fama en los ambientes artísticos sevillanos con sus atractivas vistas panorámicas de la ciudad pobladas de figuras, por las que hoy es más conocido, y que le dieron notable reputación en su tiempo entre la clientela de la alta sociedad hispalense. Entre ellas, las más famosas son sin duda sus versiones de La Feria de Sevilla; la primera pintada para el conde de Ybarra, promotor de esta popular feria de ganado, y la otra, firmada en 1852, que se conserva en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.

Dentro del mismo género, Andrés Cortés pintó otras vistas sevillanas de composición igualmente ambiciosa, atentas tanto a la descripción de edificios y monumentos como a la de los tipos e indumentarias de los personajes que las pueblan, con un colorido vivo y brillante; aspectos en los que reside buena parte de su atractivo, destacando entre ellas la Vista de Sevilla desde el Prado de San Sebastián pintada en 1866 (Sevilla, Colección Javier Benjumea).

Sin embargo, la mayor parte de los cuadros conocidos del artista, y con los que debió mantener su carrera, debido a su fácil venta y a su pintoresquismo decorativo, fueron los paisajes rurales con rebaños, casi siempre cabañas de ovejas o vacas guiadas por sus pastores, de los que son buen ejemplo los titulados Camino de la Feria (Sevilla, conde de Aguiar), Paisaje con pastores y ganado (Palma del Condado, Colección Cepeda), Paisaje de fantasía (Madrid, Fundación Santamarca), y los paisajes con figuras de la Colección Carmen Thyssen-Bornemisza (véanse cats. 10-13).

Realizó también algunos retratos discretos, como los de Nicolás Antonio (Sevilla, Biblioteca Colombina), firmado en 1851; José María Ybarra (Sevilla, conde de Ybarra), obra de 1854; y el de Rodrigo Ponce de León, marqués de Cádiz (Sevilla, Ayuntamiento), firmado dos años después. Fue, además, interesante pintor de tipos, faceta de la que es buena muestra El tío Gamboa de Hinojos (colección particular) pintado en 1857, y el Leñador cosiéndose la ropa (Sevilla, colección particular). Se conoce igualmente de su mano alguna pintura de contenido religioso, como La caridad de las Hermanas de San Vicente de Paúl (Sevilla, Ayuntamiento; depositada en el Hogar de la Virgen de los Reyes), realizada en 1847, y se tiene además noticia de un lienzo histórico de grandes dimensiones pintado por Cortés en 1848 que representaba a Guzmán el Bueno armando caballero a su hijo, que tuvo cierto eco en la prensa sevillana de su tiempo y fue adquirido por los duques de Montpensier.

Participante en las exposiciones de Bellas Artes que se celebraban en la ciudad, en 1858 fue premiado con una medalla de plata por Un país, presentando en 1868 Una cabaña.

El reconocimiento que disfrutó en su ciudad le colmó de honores y distinciones locales, llegando a ser socio de número fundador de la Diputación Arqueológica de Sevilla, presidente de su clase de Artes, corresponsal de la Real Academia de Arqueología y Geografía del Príncipe don Alfonso y de la de Córdoba, y socio de la de Emulación y Fomento, además de ser condecorado con varias cruces.




Pastores junto al molino de agua. Óleo sobre lienzo. 74 x 105 cm. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza. Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid. Obra de Andrés Cortés y Aguilar





Lavanderas y pescadores en un paisaje costero. Obra de Andrés Cortés y Aguilar. 1863. Óleo sobre tabla, 35,7 x 55,3 cm. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga.

Andrés Cortés pertenece, como Manuel Barrón, a las primeras generaciones de pintores románticos sevillanos a los que, en contacto con los artistas extranjeros llegados a la ciudad para dar a conocer los gustos estéticos dominantes en Europa, les atraía representar, además de otros géneros diversos, sobre todo paisajes con figuras evocadores de escenificaciones barrocas en las que estuviese presente un determinado pintoresquismo rústico, quebradas alturas y viejas edificaciones ruinosas, al modo de los holandeses italianizados del XVII con frecuencia sazonados con la revitalizada sensibilidad murillesca.

Era frecuente entonces que esos pintores sevillanos ejecutasen tales representaciones en cuadros de pequeñas proporciones que, con frecuencia emparejados, vendían a viajeros extranjeros, la mayoría ingleses, y también a las clases acomodadas de la ciudad.

De esta suerte, Cortés acomete la realización de esta pareja de paisajes fantásticos con figuras, verdaderas estampas evocadoras de la vida popular cotidiana, algo idealizadas, en las que concede valor parejo tanto a las hermosas vistas panorámicas como a las figuras que contienen. Tales obras, de formato apaisado y casi idénticas proporciones, son ejemplares atractivos por su belleza idílica de carácter bucólico, como estereotipos de una imagen romántica más ideal que real, en donde el hombre goza de la naturaleza como un don heredado en la que se siente plenamente realizado junto a la mujer, su compañera en el disfrute del ambiente y con la que comparte con serenidad, optimista y amorosamente el trabajo cotidiano.

Esta obra tiene como escenario un lugar imaginado a través de alguna estampa, compuesto por tres planos horizontales correspondientes respectivamente a la tierra, el agua y el celaje. En el primero, en la orilla, se sitúan los personajes principales de la representación: cuatro figuras emparejadas; ellas lavanderas que llevan cestos con ropas; ellos, pescadores que les ayudan en su tarea. Visten la indumentaria habitual desde el siglo XVII: vestidos amplios ellas, chaqueta y calzón recogido en la pantorrilla con polainas y sombrero, ellos. Les flanquean un robusto árbol y una barca varada con remos y ancla. La zona de agua podría corresponder a un ancho y cristalino río o más bien a una lengua de mar, surcada a media distancia por barcazas de blancos velámenes y pequeñas barcas de remo. Al fondo, a los pies de una montaña, se divisa una hermosa ciudad costera de la que sobresalen altas torres catedralicias. Encumbrada en la cima de una empinada colina boscosa, situada a la izquierda del espectador, se destaca una adormecida ciudad amurallada en cuyo interior sobresalen dos cilíndricas torres coronadas por agudos chapiteles. Ilumina la escenificación un amplio celaje de tonos brillantes y nubes aborregadas.





Paisaje fluvial con lavandera y pescador. Obra de Andrés Cortés y Aguilar. 1863. Óleo sobre tabla, 35,7 x 55,3 cm. Colección Carmen Thyssen-Bornemisza en préstamo gratuito al Museo Carmen Thyssen Málaga.

Esta segunda obra de Andrés Cortés, responde a principios estéticos muy semejantes a la anterior por su sugerente fantasía y valor descriptivo, fruto de su «viaje imaginario» sin traspasar las fronteras del mundo interior de su propia imaginación, así como de la contemplación de alguna estampa barroca holandesa. Se trata de otro paisaje subjetivo en el que igualmente se aúna el carácter ideal clásico con una inclinación intrínsecamente septentrional de cuño norteuropeo por el detalle naturalista. También ahora acompañan personajes con la doble intención de animar la escena y proporcionar un punto de referencia respecto al tamaño del paisaje, así como de transmitir la idea del hombre visto como parte integrante de la naturaleza. De esta suerte, el pintor compone ordenadamente de manera estructurada en tres planos horizontales con otros tantos elementos correspondientes a la tierra, al agua y al cielo. El resultado final es una panorámica muy atractiva construida con lucidez, claridad y reposo.

En un soleado valle surcado por un río de cristalinas aguas con riberas bordeadas por promontorios rocosos, una pareja, de lavandera y pescador, se despide. Él, sentado plácidamente a la orilla, sostiene la caña con su mano derecha. Ella, cual ménade clásica, marcha acompañada por un perro llevando en la cabeza un cesto de ropa. Ambos llevan vestiduras intemporales usadas desde el seiscientos. La bucólica escena se desarrolla en medio de un bellísimo paraje en uno de cuyos extremos inmediatos puede verse una espesura boscosa poblada por una alta arboleda, arbustos, enredaderas y en la cima una casa rústica. A media distancia se halla una lengua de río o lago, cuyas aguas son surcadas por sencillas barcas orilladas, y que queda encajonada al fondo, por elevadas masas rocosas constituidas por una hilera irregular y decreciente que corta el cielo. Sobre ellas se hallan varios torreones cilíndricos, que recuerdan la romana tumba de los Plautii pero modificada y vuelta a situar por la imaginación del pintor, así como una iglesia medio oculta por la frondosidad, construida con torreón poligonal rematado por chapitel. Le sigue a más baja altura una sucesión de edificios de diversas estructuras, enmarcados al fondo por altas montañas nevadas. El celaje, que viene a ocupar algo menos de la mitad horizontal del cuadro, propicia una brillante luz tamizada por las nubes aborregadas y tormentosas situadas en la parte izquierda.

carmenthyssenmalaga.org / Texto: José Luis Díez y Gerardo Pérez Calero

Fuentes y agradecimientos a: pintura.aut.org, carmenthyssenmalaga.org, museodelprado.es, arcadja.com, blog.setdart.com, arteinfo.es, es.wikipedia.org y otras de Internet.

Fuente
http://www.foroxerbar.com


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