La magnitud de la pequeñez

  
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¿Los trazos que dibujamos de manera inadvertida a las reuniones tediosas o cuando hablamos por teléfono se convierten en el espejo psicológico del inconsciente? Teorías freudianas aparte, hay quien sabe convertir esta práctica común en un proyecto con recorrido artístico. En el año 2000, tal vez para celebrar la llegada del fin del mundo, típica de los cambios de milenio, el ilustrador Arnal Ballester editar Vista cansada , un libro recopilatorio donde reúne varios centenares de pequeños bocetos, realizados en los márgenes de las libretas y hojas de papel. El título es deliberadamente engañoso. No se detecta fatiga ocular en los dibujos, ni extenuación en el estilo o las ideas, sino los apuntes minimalistas de alguien que refleja la realidad con mirada fresca e irónica.





Arnal Ballester desarrolla la mayoría de su trabajo en el sector editorial (con más de 50 libros ilustrados), en las ilustraciones de prensa ( El País , El Mundo ) y en los filmes de animación. Su trayectoria , multidisciplinar, es la de un viejo rockero de la comunicación gráfica. Ha recibido premios significativos por su obra y ejerce de profesor en la Escuela Massana. Una frase única, dicha en 2015 durante una entrevista a un número de Buenas piezas, Denota la filosofía de nuestro dibujante. Ballester manifiesta que el ilustrador es un lector armado de un lápiz, ya sea electrónico, de grafito o de cualquier utensilio útil para construir imágenes. El proceso creativo emana de las páginas de los libros. La lectura se convierte en la génesis de todo.





Esta actitud de hombre que lee determina la estrategia comunicativa de las ilustraciones. La carga de profundidad de los dibujos no puede detonar si se ignoran los referentes literarios, cinéfilos y sociológicos. Hacen falta lectores ávidos. La biografía de Ballester no engaña. En la década de 1970, se estrena como humorista gráfico y trabaja para semanarios como El Papus , Por Favor y Mata Ratos , con el seudónimo de Ludovico , nombre de un rey visigodo, pero también de la terapia de aversión mediante drogas que sale a una escena imborrable de la película de 1971 la naranja mecánica , del director Stanley Kubrick. La huella de los comienzos profesionales en revistas satíricas se nota en la forma de materializar los gags de Vista cansada . Jocosidad bajo control y bromas inteligentes son los atributos característicos.





El lenguaje humorístico acentúa las paradojas del comportamiento humano. La existencia es una dimensión extraña, frágil, incierta. Un brevísimo espacio de tiempo donde hay que exorcizar la perplejidad e intentar comprender el absurdo diario. Ballester piensa a través del dibujo y, como se insinúa en la composición titulada Artrosis fecunda , incluso una enfermedad de los cartílagos parece más tolerable si permite el art. Nuestro ilustrador toca las cosas con el sexto dedo del lápiz y con cuatro líneas y manchas de hecho síntesis de la experiencia. La crítica resulta la temática de algunos chistes visuales. A Broker y Deuda externa, Por ejemplo, se plasman los desajustes del sistema económico. Distinguimos el especulador de bolsa que huye con la maleta del dinero estafado a sus clientes. O como un individuo de negro con sombrero tira del hilo del globo terráqueo, que se infla con aire de los intereses abusivos.





Interpretar los contenidos de Vista Cansada pide lecturas imaginativas. El instalador de Brossas alerta de los efectos perversos de la masificación. La primera "A" brossiana poseía valor poético. Cuando esta "A" se repite a lo largo de los años, se desvirtúa el mensaje sígnico, se daña la fuerza de la metáfora y s'adotzena como la antena parabólica que debe ser instalada en una azotea. A Fin de carrera , se palpa el trance que provocan los estudios universitarios: un alumno, con cartapacio de artista bajo el brazo, enfila la escalera del patíbulo de la graduación. El futuro es la horca donde quedarse colgado, sin trabajo. El dibujo El repartidor de hielodemuestra el surrealismo de los objetos invisibles. Un hombre camina con los brazos en alto, como si transportara una barra de hielo, que en realidad no se ve. Donde para el hielo? Se ha deshecho despacio o el gesto del personaje es una manía de psiquiátrico?





A Arnal Ballester le gusta el cine clásico, tal como se percibe a Fellini y La fiera de mi niña . Esta última ilustración se basa en la comedia de 1938 Bringing Up Baby , dirigida por Howard Hawks , donde se establece un ambiguo juego de identidades entre un leopardo hembra y el carácter indomable de la actriz protagonista (Katharine Hepburn). Las relaciones de familia centra el motivo principal de Padre e hijo . Dos figuras masculinas hacen un concurso de quien mea más lejos. No hay nada como compartir momentos urinarios para afianzar los vínculos paterno-filiales. En la misma línea de irreverencia acota La hora del bocadillo, Una de las ilustraciones más desconcertantes de la colección. Una chica dominadora, vestida con ropa de sadomasoquismo, azote y un bate de béisbol en la mano, espera sentada que aparezca su sumiso. Los caminos del amor, como las historias que se sugieren a Vista Cansada , son múltiples.





El filósofo Gaston Bachelard , en La poética del espace , cree que la miniatura es el refugio de la grandeza: la puerta sutil donde se pasa del espacio contemplado en el espacio vivido. El tiempo de las pequeñas ilustraciones de Vista Cansadano se mide en horas o minutos, sino en el número de episodios intensos. Ballester se aleja del centro de la ortodoxia y se expresa en los márgenes, en el extrarradio de los papeles, en la periferia, en aquellas lateralitats mentales donde fructifican las obras concebidas para hacer pensar. En una época de naufragio del criterio, en el que la valía de los artistas se decide caprichosamente en internet, el pulgar arriba como las luchas de gladiadores, no deja de ser terapéutico recrearse con estos dibujos mínimos y recordar que todavía hay materiales gráficos para llevarse a una isla desierta.




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