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sábado, 1 de mayo de 2021

¿Qué gran escultor transportó sus obras en seis cajas de cerillas?

París reabre el taller de Giacometti

El escultor suizo en su estudio de París 

 Fondation Giacometti


 En 1939, al estallar la Segunda Guerra Mundial, comenzó a hacer figuras de memoria. Pero cada vez que intentaba crear la imagen de alguien que había conocido o visto alguna vez, la escultura se encogía bajo sus dedos hasta quedar reducida al tamaño de un alfiler. Muy a su pesar, las figuras se empequeñecían y consumían, como en la vida. Cuando en 1946 abandonó la habitación del Hôtel de Rive de Ginebra -su estudio y refugio durante la contienda-, y tomó un tren nocturno de regreso a París, le bastaron seis cajas de cerillas para transportar toda su producción de esos años.

"Para mi terror, mis esculturas han comenzado a reducirse. Se trata de una catástrofe pavorosa"

“Para mi terror, mis esculturas han comenzado a reducirse. Se trata de una catástrofe pavorosa”, confesó rendido. Las dimensiones de aquellos seres liliputienses a punto de desvanecerse le repugnaban. Estaba furioso: había perdido el control sobre su propio trabajo. “Solo lo minúsculo se me antojaba parecido. Lo comprendí más tarde: no se ve a una persona en su conjunto hasta que te alejas y la figura se vuelve minúscula”.

París reabre el taller de Giacometti

El taller de 23 metros de la calle Hippolyte Maindron donde Giacometti trabajó toda su vida 

 Fondation Giacometti

Alberto Giacometti regresa al París liberado con Anette Arm, la chica de la Cruz Roja que había conocido en Suiza y con la que compartirá su vida. Se instala de nuevo en su claustrofóbico taller de Hippolyte Maindron, 23 metros cuadrados, sin calefacción y con goteras, “un basurero”, en palabras de su biógrafo, James Lord, a cuyo cuidado había quedado su hermano Diego. El cubículo es el mismo, pero el mundo ya es otro, y el antiguo surrealista vuelve a modelar la vida. Lo que importa son las personas. Nuestra humanidad común. 

A man walks past sculptures by Swiss artist Alberto Giacometti at the Kunstmuseum in Wolfsburg, central Germany, on November 18, 2010. From November 20, 2010 to March 6, 2011, the museum presents a comprehensive overview of Giacomettis mature work. Around 60 sculptures will be displayed alongside more than 30 paintings and several drawings. AFP PHOTO JOCHEN LUEBKE GERMANY OUT (Photo credit should read JOCHEN LUEBKE/AFP/Getty Images)

Exposición de Giacometti en el Kunstmuseum de Wolfsburg) 

 Jochen Luebke/Afp/Getty

“Estaba ya harto y me juré que no dejaría que mis esculturas se redujesen ni una pulgada. Y entonces pasó esto: logré mantener la altura, pero la escultura se quedó muy delgada, como una varilla”. Fue gracias a estas figuras filiformes, como si las vislumbráramos a lo lejos, las que le abrieron las puertas de la fama. Hombres y mujeres increíblemente frágiles, sin carne, que parecen haberlo perdido todo. Ellos avanzan pesadamente o a grandes zancadas; ellas están desnudas e hieráticas. Jean Genet le preguntó por qué trataba a las figuras masculinas y femeninas de manera diferente. Giacometti admitió que las mujeres le parecían naturalmente más distantes. El artista tuvo problemas de impotencia que le resultaban más llevaderos manteniendo relaciones con prostitutas, a las que no temía decepcionar.



 
Fuente
                                                           https://www.lavanguardia.com


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