Enrique Simonet (1866-1927)
Este trabajo recopilatorio está dedicado al pintor español Enrique Simonet (Valencia, 1866 - Madrid, 1927) es uno de los pintores injustamente olvidadados, que merece un mejor reconocimiento. Para mí tiene una obra excelente, a la altura de los grandes maestros del siglo XIX. Fue padre de los pintores Bernardo, Enrique, Rafael y Ramón Simonet Castro, de cuya formación se encargó él mismo.
Aunque nacido en Valencia, es malagueño por su pronta llegada a nuestra ciudad y por su formación artística. Estuvo pensionado en Roma, donde realizó La decapitación de San Pablo, hoy en la catedral de Málaga. También en Roma realizó, en 1890, su obra más famosa: ...Y tenía corazón. Viajó a Tierra Santa, donde se documentó para su monumental Flevit super illam.
Enrique Simonet nació el 2 de febrero de 1866 en Valencia. Al parecer su vocación primera o de la infancia fue eclesiástica, pero la abandonó para dedicarse a la pintura. A pesar de ser valenciano de nacimiento y de que estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de su ciudad natal, se vinculó al círculo malagueño tanto por su pronta llegada, como por su origen familiar, su formación artística y/o su actividad profesional en la ciudad de Málaga. Y también estudió en el taller del valenciano Bernardo Ferrándiz en Málaga, formando parte de la llamada escuela malagueña de pintura.
En 1887, marchó a Roma como pensionado, donde realizó La decapitación de San Pablo, hoy en la Catedral de Málaga, aprovechando su estancia para a su vez viajar por toda Italia. Visitó París varias veces y en 1890 hizo un recorrido por el Mediterráneo.
También en Roma realizó, en 1890, su obra más famosa: Anatomía del corazón, también conocida como ¡Y tenía corazón! o La autopsia. Viajó a Tierra Santa, donde se documentó para su monumental Flevit super illam; obra por la que recibió numerosas medallas, entre ellas fue primera medalla en la Exposición Internacional de Madrid de 1892, en Chicago en 1893, en Barcelona en 1896 y en París en 1900.
En 1893 y 1894 viajó a Marruecos como corresponsal de guerra de La Ilustración Española y Americana y en 1901 obtuvo la cátedra de Estudios de Formas de la Naturaleza y el Arte de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde residió a partir de entonces, aunque pasaba los veranos en Vigo.
En 1911 pasó a formar parte de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y entre 1921 y 1922 fue director de la Residencia de El Paular para paisajistas. Ya que también se dedicó a la pintura decorativa y de paisajes, entre la que destacan los cuatro grandes lienzos sobre las Alegorías del Derecho, en el Palacio de Justicia de Barcelona y las ocho Alegorías de las Provincias en el Palacio de Justicia de Madrid.
Murió el 20 de abril de 1927 siendo catedrático de la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid.
Entre sus obras, destacan:
- La decapitación de San Pablo, 1887, (Catedral de Málaga).
- Anatomía del corazón o ¡Y tenía corazón! o La autopsia, 1890, (Museo de Bellas Artes de Málaga, en depósito del Museo del Prado).
- Flevit super illam (Lloró por ella), 1892, (Museo de Bellas Artes de Málaga, en depósito del Museo del Prado).
- El juicio de Paris, 1904, (Museo de Bellas Artes de Málaga).
Espero que la recopilación que he conseguido de este pintor español, sea del interés de los aficionados al arte que frecuentan esta sección, y contribuya en su divulgación.
OBRA
Autoretrato de Enrique Simonet de 1885. Óleo sobre lienzo, 58 x 42 cm
Otras estacadas
Decapitación de San Pablo
Boceto de la Decapitación de San Pablo', de Enrique Simonet, pieza adquirida por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga.
El Museo del Patrimonio Municipal e Málaga que, dentro de su política de difusión de los valores del Patrimonio local, cuenta con publicitar a los artistas malagueños, especialmente a aquellos que contribuyeron a crear ese lema de excelencia del arte en Málaga. Por ello, su política de gestión tiene entre las líneas de actuación la de enriquecer la colección municipal con obras de artistas ausentes o escasamente representados y hacer puestas en valor de figuras olvidadas o no debidamente difundidas. Dentro de la política de enriquecimiento de la Colección Municipal se ha adquirido una obra de lo más representativa del arte decimonónico local, el boceto de La decapitación de San Pablo de Enrique Simonet y Lombardo, una pieza emblemática en tanto que el original, depositado en la Catedral de Málaga, es una obra maestra de su autor y de la pintura del siglo XIX español, y este boceto, una pieza interesantísima por lo que de enriquecimiento de la obra original supone y por la aportación a la profundización del pintor. Su presentación en sociedad se ha querido hacer no solo exhibiéndola en las salas del museo, sino contextualizándola en un recorrido por la trayectoria del pintor que a la vez sirviera para rendirle ese merecido y obligado homenaje.
Decapitación de San Pablo. 1887. Capilla de la Virgen de los Reyes de la Catedral de Málaga. Obra de Enrique Simonet. Pensionado en Roma y contagiado del clasicismo imperante en la Academia romana, pinta allí la 'Decapitación de San Pedro', cuadro de grandes dimensiones que pasó años después a la catedral malagueña y en el que el joven pintor (tenía 21 años) llevó a cabo ciertas audacias compositivas que, pese a no resultar mal, le fueron criticadas.
Historia de la 'Decapitación de San Pablo'. San Pablo expresó en una carta su intención de viajar a Hispania para predicar. Sin embargo su captura y ejecución se lo impidió.
Hispania se mantuvo ajena a la gran pugna filosófica entre el paganismo y el cristianismo que se desarrolló en el Imperio durante los años 150 – 200 d.C. Estas disputas se centraron en las ciudades de Roma, Cartago y Alejandría. Durante todos estos años las persecuciones se sucedieron, Domiciano, Trajano y Marco Aurelio lideraron diversas persecuciones contra grandes centros de reunión cristianos como Cartago. Precisamente fue durante la persecución de este último emperador cuando algunos cristianos, para escapar de su fatal destino, emigaron de Cartago a Hispania para salvar la vida. Gracias a estos exiliados sabemos que Cucufate predicó en Barcelona a finales del s. II. Las persecuciones eran particularmente intensas en Oriente, especialmente en Alejandría, foco principal de intelectualismo cristiano de la época. Para escapar de estas persecuciones muchos cristianos huían y muchos de ellos huían a Hispania. Provincia alejada de los focos imperiales destinadas a suprimir los núcleos cristianos. Sin embargo, el carácter, muchas veces, secreto, o al menos escondido, provoca que la documentación existente sobre el asunto sea escasa o inexistente en algunos casos. Aunque es muy probable que las comunidades cristianas existieran en Hispania desde mucho antes de la primera evidencia material data a mediados del s.III. d.C.
Flevit super illam
Flevit super illam (Lloró por ella). 1892. Óleo sobre lienzo. 296 x 550 cm. Museo de Bellas Artes de Málaga. Obra de Enrique Simonet. Esta obra recibió numerosas medallas, entre ellas fue primera medalla en la Exposición Internacional de Madrid de 1892, en Chicago en 1893, en Barcelona en 1896 y en París en 1900.
Artista de origen valenciano, pensionado en Roma en 1890. Durante su estancia en esta ciudad viajó a Tierra Santa, donde pudo documentar la obra que realizaría a su vuelta. Esta obra responde a un tipo de pintura que se impone en su momento, una vuelta a los temas centrados en escenas como el "Sermón de la Montaña", "Jesús en el Lago Tiberiades", o "La destrucción de Jerusalén". Con ella consiguió la Primera Medalla de la Exposición Nacional de 1892, exponiéndola además en las Exposiciones Universales de Barcelona y Chicago. Narra el momento en que Jesús profetiza la destrucción del Templo de Jerusalén, cuando extiende las manos en señal de bendición y pronuncia la frase "flevit super illam", o lo que es igual, "lloró sobre ella", refiriéndose a Jerusalén. Es una visión simbolista de la escena, en la que se evidencia el carácter académico del artista. Teresa Sauret advierte una permanente tensión entre lo real y lo sugerido en todo el cuadro, desde la efigie de Cristo casi de espalda, enigmática y atrayente, hasta el fondo del paisaje urbano. Tambíen se aprecia una personal idealización de los relatos a través de una poética de luces y gamas cromáticas, desde los malvas y rosas hasta los grises y azules, que favorecen el clima de profundo simbolismo religioso que preside la obra, introduciendo a la vez figuras humanas de precioso realismo.
Anatomía del corazón
Anatomía del corazón o ¡Y tenía corazón!. 1890. Óleo sobre lienzo. 177 x 291 cm. Museo de Bellas Artes de Málaga. Obra de Enrique Simonet.
Esta sobrecogedora obra recoge el momento en el que el forense realiza una autopsia a una joven que yace sobre una mesa. El tratamiento realista del tema y su crudeza han hecho que algunos autores encasillen esta pintura dentro del realismo social; sin embargo, la obra también sobresale por su interés por los contrastes lumínicos, el detalle de la representación realista, la rigurosidad anatómica y la experimentación con elementos tan arriesgados como la profundidad del cuadro sugerida por el escorzo de la joven, por lo que debería considerarse como parte de la corriente cientifista que domina el siglo XIX. Simonet no aporta grandes novedades a su pintura, más bien las integra en el cuadro, como el fondo neutro de la habitación, el contrapeso lumínico entre la pared y la ventana, el bodegón que conforman las botellas de formol de distintos colores, rompiendo la monotonía cromática de las tonalidades empleadas en el resto de la pintura. El estudio anatómico del cuerpo de la chica es impecable, así como el tratamiento de su cuerpo en ese escorzo. Pero si hay algo por lo que destaca esta obra es por los contrastes lumínicos de luces y sombras. Se trata en suma de uno de los cuadros más interesantes de este artista, y uno de los más valorados en las colecciones del Museo de Málaga.
El juicio de Paris
El juicio de Paris. 1904. Óleo sobre lienzo, 215 x 331 cm. Museo de Bellas Artes de Málaga. Obra de Enrique Simonet.
La auténtica protagonista de la obra es la luz, que queda retratada desde esa magnífica interpretación de las sombras, que van marcando una infinita gama de matices en la descripción de la naturaleza. El juego de símbolos interpretado en los pavos reales, cupidos y diosas no son más que anécdotas para acompañar a una paleta que se dispone magistralmente por la amplia superficie del lienzo, después vendrá toda esa concesión a los gustos burgueses y comerciales de la época, que exigía una interpretación de la figura en clave de lo agradable y moderadamente sensual. El tema nos presenta a Paris, príncipe troyano, como juez de un concurso de belleza entre Juno, que aparece junto al pavo real que es su atributo; Minerva; y Venus, que aparece con Cupido a sus pies y que será la ganadora, obteniendo como premio una manzana de oro.
El quite
El quite. 1897. Óleo sobre lienzo, 269 x 483 cm. Obra de Enrique Simonet
Corre el año 1892 cuando el pintor ha conseguido un sólido prestigio. Es entonces cuando sus pinceles sienten el afán de adentrarse en el mundo taurino. Fue en 1897 cuando comienza “El quite”, se trata de un cuadro lleno de emoción, vitalidad, realismo y riqueza de colorido. De composición horizontal, el pintor abandonó su gama de grises y colores terrosos por otras más cálidas y alegres. El lienzo muestra una gran maestría compositiva, un acertado uso de los trazos y el juego de la luz deslumbrante que cae sobre dos de los personajes que, medio cegados, presencian la caída aparatosa del picador. El grupo central lo componen el picador en la arena, temeroso y expectante, y el caballo que, ante el toro ya recogido, rotas las bridas y a punto de caer, bracea en el aire. Como defecto se puede señalar el fallo en el dibujo del toro, algo propio de un pintor poco animalista.
Todas las figuras son dignas de un estudio detallado pues en todas ellas se detuvo el pintor recreándose en su labor. En cada personaje se palpita la emoción, los gestos y las expresiones que hacen del cuadro una estampa que recoge un lance de toreo antiguo. Y si no hubiera en la producción de Simonet más obra que ésta, por sí sola le hubiera dado celebridad suficiente.
Finalmente destacar que la obra envejeció mal. El pintor empleó gruesos emplastes, circunstancia esta que provocó con el paso del tiempo numerosos deterioros y craqueladuras en la obra, al márgen de roces, roturas leves y picaduras. Por todo ello la obra ha sido restaurada por la Consejería de Cultura, a través del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
La suerte de varas. 1899. Óleo sobre lienzo, 23 x 38 cm. Dos años después de pintar 'el quite' Enrique Simonet pintó en pequeño formato, esta esta emotiva escena taurina de 'la suerte de varas'.
Otras obras
El entierro de San Lorenzo. 1886. Obra de Enrique Simonet
Cabeza de Jesús. 1890-1891. Óleo sobre lienzo, 56 x 37 cm. Obra de Enrique Simonet
Canónigo leyendo. 1889. Obra de Enrique Simonet
Ciociara. 1889. Óleo sobre lienzo, 103 x 70 cm. Obra de Enrique Simonet
La buenaventura. 1899. Óleo sobre lienzo, 61 x 84 cm. Obra de Enrique Simonet
Marina veneciana. 1887-1890. Óleo sobre lienzo, 33 x 58 cm. Obra de Enrique Simonet
Rebaño de ovejas. Óleo sobre lienzo, 47 x 72 cm. Obra de Enrique Simonet
Puerta de Alcalá nevada. 1911. Óleo sobre lienzo, 38 x 50 cm. Obra de Enrique Simonet
Atardecer en Tánger. 1914. Óleo sobre lienzo, 38 x 50 cm. 68 x 93 cm. Obra de Enrique Simonet
Terrazas de Tánger. 1914. Óleo sobre lienzo, 56 x 84 cm. Obra de Enrique Simonet
Cascada de La Hiruela. 1921-1923. Óleo sobre lienzo, 70 x 90 cm. Obra de Enrique Simonet
Paisaje de La Moncloa. 1918-1920. Óleo sobre lienzo, 47 x 56 cm. Obra de Enrique Simonet
Camino de El Paular. 1921-1923. Óleo sobre lienzo, 62 x 78 cm. Obra de Enrique Simonet
Paisaje de El Paular. 1921. Óleo sobre lienzo, 77 x 55. Obra de Enrique Simonet
Dobles chopos en el río. 1918-1923. Óleo sobre lienzo, 62 x 44 cm. Obra de Enrique Simonet
Otoño en la Dehesa. 1918. Óleo sobre lienzo, 58 x 43 cm. Obra de Enrique Simonet
Terremoto en Málaga. 1885. Óleo sobre lienzo, 76 x 46 cm. Obra de Enrique Simonet
Tribunal Supremo, Madrid. Escalera de Honor. De carácter monumental y principesco, desciende bajo los frescos del techo, pintados por Enrique Simonet con motivos referentes a las regiones de España (Fotos: conocemadrid.blogspot.com.es)
Cuatro retratos de Enrique Simonet
Autoretrato de Enrique Simonet. 1910. Óleo sobre lienzo, 100 68 cm.
Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado el trabajo recopilatorio dedicado al pintor español Enrique Simonet (1866 - 1927) es uno de los pintores injustamente olvidadados, que merece un mejor reconocimiento. Para mí tiene una obra excelente, a la altura de los grandes maestros del siglo XIX.
Al parecer su vocación primera o de la infancia fue eclesiástica, pero la abandonó para dedicarse a la pintura. A pesar de ser valenciano de nacimiento y de que estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de su ciudad natal, se vinculó al círculo malagueño tanto por su pronta llegada, como por su origen familiar, su formación artística y/o su actividad profesional en la ciudad de Málaga. Y también estudió en el taller del valenciano Bernardo Ferrándiz en Málaga, formando parte de la llamada escuela malagueña de pintura.
Fuentes y agradecimientos: es.wikipedia.org, commons.wikimedia.org, artcyclopedia.com, ceres.mcu.es, juntadeandalucia.es, museodelpatrimoniomunicipal.malaga.eu, maestrosdelretrato.blogspot.com.es, conocemadrid.blogspot.com.es, laopiniondemalaga.es, pintura.aut.org y otras de Internet.
Aunque nacido en Valencia, es malagueño por su pronta llegada a nuestra ciudad y por su formación artística. Estuvo pensionado en Roma, donde realizó La decapitación de San Pablo, hoy en la catedral de Málaga. También en Roma realizó, en 1890, su obra más famosa: ...Y tenía corazón. Viajó a Tierra Santa, donde se documentó para su monumental Flevit super illam.
Enrique Simonet nació el 2 de febrero de 1866 en Valencia. Al parecer su vocación primera o de la infancia fue eclesiástica, pero la abandonó para dedicarse a la pintura. A pesar de ser valenciano de nacimiento y de que estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de su ciudad natal, se vinculó al círculo malagueño tanto por su pronta llegada, como por su origen familiar, su formación artística y/o su actividad profesional en la ciudad de Málaga. Y también estudió en el taller del valenciano Bernardo Ferrándiz en Málaga, formando parte de la llamada escuela malagueña de pintura.
En 1887, marchó a Roma como pensionado, donde realizó La decapitación de San Pablo, hoy en la Catedral de Málaga, aprovechando su estancia para a su vez viajar por toda Italia. Visitó París varias veces y en 1890 hizo un recorrido por el Mediterráneo.
También en Roma realizó, en 1890, su obra más famosa: Anatomía del corazón, también conocida como ¡Y tenía corazón! o La autopsia. Viajó a Tierra Santa, donde se documentó para su monumental Flevit super illam; obra por la que recibió numerosas medallas, entre ellas fue primera medalla en la Exposición Internacional de Madrid de 1892, en Chicago en 1893, en Barcelona en 1896 y en París en 1900.
En 1893 y 1894 viajó a Marruecos como corresponsal de guerra de La Ilustración Española y Americana y en 1901 obtuvo la cátedra de Estudios de Formas de la Naturaleza y el Arte de la Escuela de Bellas Artes de Barcelona, donde residió a partir de entonces, aunque pasaba los veranos en Vigo.
En 1911 pasó a formar parte de la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid y entre 1921 y 1922 fue director de la Residencia de El Paular para paisajistas. Ya que también se dedicó a la pintura decorativa y de paisajes, entre la que destacan los cuatro grandes lienzos sobre las Alegorías del Derecho, en el Palacio de Justicia de Barcelona y las ocho Alegorías de las Provincias en el Palacio de Justicia de Madrid.
Murió el 20 de abril de 1927 siendo catedrático de la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado de Madrid.
Entre sus obras, destacan:
- La decapitación de San Pablo, 1887, (Catedral de Málaga).
- Anatomía del corazón o ¡Y tenía corazón! o La autopsia, 1890, (Museo de Bellas Artes de Málaga, en depósito del Museo del Prado).
- Flevit super illam (Lloró por ella), 1892, (Museo de Bellas Artes de Málaga, en depósito del Museo del Prado).
- El juicio de Paris, 1904, (Museo de Bellas Artes de Málaga).
Espero que la recopilación que he conseguido de este pintor español, sea del interés de los aficionados al arte que frecuentan esta sección, y contribuya en su divulgación.
OBRA
Autoretrato de Enrique Simonet de 1885. Óleo sobre lienzo, 58 x 42 cm
Otras estacadas
Decapitación de San Pablo
Boceto de la Decapitación de San Pablo', de Enrique Simonet, pieza adquirida por el Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga.
El Museo del Patrimonio Municipal e Málaga que, dentro de su política de difusión de los valores del Patrimonio local, cuenta con publicitar a los artistas malagueños, especialmente a aquellos que contribuyeron a crear ese lema de excelencia del arte en Málaga. Por ello, su política de gestión tiene entre las líneas de actuación la de enriquecer la colección municipal con obras de artistas ausentes o escasamente representados y hacer puestas en valor de figuras olvidadas o no debidamente difundidas. Dentro de la política de enriquecimiento de la Colección Municipal se ha adquirido una obra de lo más representativa del arte decimonónico local, el boceto de La decapitación de San Pablo de Enrique Simonet y Lombardo, una pieza emblemática en tanto que el original, depositado en la Catedral de Málaga, es una obra maestra de su autor y de la pintura del siglo XIX español, y este boceto, una pieza interesantísima por lo que de enriquecimiento de la obra original supone y por la aportación a la profundización del pintor. Su presentación en sociedad se ha querido hacer no solo exhibiéndola en las salas del museo, sino contextualizándola en un recorrido por la trayectoria del pintor que a la vez sirviera para rendirle ese merecido y obligado homenaje.
Decapitación de San Pablo. 1887. Capilla de la Virgen de los Reyes de la Catedral de Málaga. Obra de Enrique Simonet. Pensionado en Roma y contagiado del clasicismo imperante en la Academia romana, pinta allí la 'Decapitación de San Pedro', cuadro de grandes dimensiones que pasó años después a la catedral malagueña y en el que el joven pintor (tenía 21 años) llevó a cabo ciertas audacias compositivas que, pese a no resultar mal, le fueron criticadas.
Historia de la 'Decapitación de San Pablo'. San Pablo expresó en una carta su intención de viajar a Hispania para predicar. Sin embargo su captura y ejecución se lo impidió.
Hispania se mantuvo ajena a la gran pugna filosófica entre el paganismo y el cristianismo que se desarrolló en el Imperio durante los años 150 – 200 d.C. Estas disputas se centraron en las ciudades de Roma, Cartago y Alejandría. Durante todos estos años las persecuciones se sucedieron, Domiciano, Trajano y Marco Aurelio lideraron diversas persecuciones contra grandes centros de reunión cristianos como Cartago. Precisamente fue durante la persecución de este último emperador cuando algunos cristianos, para escapar de su fatal destino, emigaron de Cartago a Hispania para salvar la vida. Gracias a estos exiliados sabemos que Cucufate predicó en Barcelona a finales del s. II. Las persecuciones eran particularmente intensas en Oriente, especialmente en Alejandría, foco principal de intelectualismo cristiano de la época. Para escapar de estas persecuciones muchos cristianos huían y muchos de ellos huían a Hispania. Provincia alejada de los focos imperiales destinadas a suprimir los núcleos cristianos. Sin embargo, el carácter, muchas veces, secreto, o al menos escondido, provoca que la documentación existente sobre el asunto sea escasa o inexistente en algunos casos. Aunque es muy probable que las comunidades cristianas existieran en Hispania desde mucho antes de la primera evidencia material data a mediados del s.III. d.C.
Flevit super illam
Flevit super illam (Lloró por ella). 1892. Óleo sobre lienzo. 296 x 550 cm. Museo de Bellas Artes de Málaga. Obra de Enrique Simonet. Esta obra recibió numerosas medallas, entre ellas fue primera medalla en la Exposición Internacional de Madrid de 1892, en Chicago en 1893, en Barcelona en 1896 y en París en 1900.
Artista de origen valenciano, pensionado en Roma en 1890. Durante su estancia en esta ciudad viajó a Tierra Santa, donde pudo documentar la obra que realizaría a su vuelta. Esta obra responde a un tipo de pintura que se impone en su momento, una vuelta a los temas centrados en escenas como el "Sermón de la Montaña", "Jesús en el Lago Tiberiades", o "La destrucción de Jerusalén". Con ella consiguió la Primera Medalla de la Exposición Nacional de 1892, exponiéndola además en las Exposiciones Universales de Barcelona y Chicago. Narra el momento en que Jesús profetiza la destrucción del Templo de Jerusalén, cuando extiende las manos en señal de bendición y pronuncia la frase "flevit super illam", o lo que es igual, "lloró sobre ella", refiriéndose a Jerusalén. Es una visión simbolista de la escena, en la que se evidencia el carácter académico del artista. Teresa Sauret advierte una permanente tensión entre lo real y lo sugerido en todo el cuadro, desde la efigie de Cristo casi de espalda, enigmática y atrayente, hasta el fondo del paisaje urbano. Tambíen se aprecia una personal idealización de los relatos a través de una poética de luces y gamas cromáticas, desde los malvas y rosas hasta los grises y azules, que favorecen el clima de profundo simbolismo religioso que preside la obra, introduciendo a la vez figuras humanas de precioso realismo.
Anatomía del corazón
Anatomía del corazón o ¡Y tenía corazón!. 1890. Óleo sobre lienzo. 177 x 291 cm. Museo de Bellas Artes de Málaga. Obra de Enrique Simonet.
Esta sobrecogedora obra recoge el momento en el que el forense realiza una autopsia a una joven que yace sobre una mesa. El tratamiento realista del tema y su crudeza han hecho que algunos autores encasillen esta pintura dentro del realismo social; sin embargo, la obra también sobresale por su interés por los contrastes lumínicos, el detalle de la representación realista, la rigurosidad anatómica y la experimentación con elementos tan arriesgados como la profundidad del cuadro sugerida por el escorzo de la joven, por lo que debería considerarse como parte de la corriente cientifista que domina el siglo XIX. Simonet no aporta grandes novedades a su pintura, más bien las integra en el cuadro, como el fondo neutro de la habitación, el contrapeso lumínico entre la pared y la ventana, el bodegón que conforman las botellas de formol de distintos colores, rompiendo la monotonía cromática de las tonalidades empleadas en el resto de la pintura. El estudio anatómico del cuerpo de la chica es impecable, así como el tratamiento de su cuerpo en ese escorzo. Pero si hay algo por lo que destaca esta obra es por los contrastes lumínicos de luces y sombras. Se trata en suma de uno de los cuadros más interesantes de este artista, y uno de los más valorados en las colecciones del Museo de Málaga.
El juicio de Paris
El juicio de Paris. 1904. Óleo sobre lienzo, 215 x 331 cm. Museo de Bellas Artes de Málaga. Obra de Enrique Simonet.
La auténtica protagonista de la obra es la luz, que queda retratada desde esa magnífica interpretación de las sombras, que van marcando una infinita gama de matices en la descripción de la naturaleza. El juego de símbolos interpretado en los pavos reales, cupidos y diosas no son más que anécdotas para acompañar a una paleta que se dispone magistralmente por la amplia superficie del lienzo, después vendrá toda esa concesión a los gustos burgueses y comerciales de la época, que exigía una interpretación de la figura en clave de lo agradable y moderadamente sensual. El tema nos presenta a Paris, príncipe troyano, como juez de un concurso de belleza entre Juno, que aparece junto al pavo real que es su atributo; Minerva; y Venus, que aparece con Cupido a sus pies y que será la ganadora, obteniendo como premio una manzana de oro.
El quite
El quite. 1897. Óleo sobre lienzo, 269 x 483 cm. Obra de Enrique Simonet
Corre el año 1892 cuando el pintor ha conseguido un sólido prestigio. Es entonces cuando sus pinceles sienten el afán de adentrarse en el mundo taurino. Fue en 1897 cuando comienza “El quite”, se trata de un cuadro lleno de emoción, vitalidad, realismo y riqueza de colorido. De composición horizontal, el pintor abandonó su gama de grises y colores terrosos por otras más cálidas y alegres. El lienzo muestra una gran maestría compositiva, un acertado uso de los trazos y el juego de la luz deslumbrante que cae sobre dos de los personajes que, medio cegados, presencian la caída aparatosa del picador. El grupo central lo componen el picador en la arena, temeroso y expectante, y el caballo que, ante el toro ya recogido, rotas las bridas y a punto de caer, bracea en el aire. Como defecto se puede señalar el fallo en el dibujo del toro, algo propio de un pintor poco animalista.
Todas las figuras son dignas de un estudio detallado pues en todas ellas se detuvo el pintor recreándose en su labor. En cada personaje se palpita la emoción, los gestos y las expresiones que hacen del cuadro una estampa que recoge un lance de toreo antiguo. Y si no hubiera en la producción de Simonet más obra que ésta, por sí sola le hubiera dado celebridad suficiente.
Finalmente destacar que la obra envejeció mal. El pintor empleó gruesos emplastes, circunstancia esta que provocó con el paso del tiempo numerosos deterioros y craqueladuras en la obra, al márgen de roces, roturas leves y picaduras. Por todo ello la obra ha sido restaurada por la Consejería de Cultura, a través del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
La suerte de varas. 1899. Óleo sobre lienzo, 23 x 38 cm. Dos años después de pintar 'el quite' Enrique Simonet pintó en pequeño formato, esta esta emotiva escena taurina de 'la suerte de varas'.
Otras obras
El entierro de San Lorenzo. 1886. Obra de Enrique Simonet
Cabeza de Jesús. 1890-1891. Óleo sobre lienzo, 56 x 37 cm. Obra de Enrique Simonet
Canónigo leyendo. 1889. Obra de Enrique Simonet
Ciociara. 1889. Óleo sobre lienzo, 103 x 70 cm. Obra de Enrique Simonet
La buenaventura. 1899. Óleo sobre lienzo, 61 x 84 cm. Obra de Enrique Simonet
Marina veneciana. 1887-1890. Óleo sobre lienzo, 33 x 58 cm. Obra de Enrique Simonet
Rebaño de ovejas. Óleo sobre lienzo, 47 x 72 cm. Obra de Enrique Simonet
Puerta de Alcalá nevada. 1911. Óleo sobre lienzo, 38 x 50 cm. Obra de Enrique Simonet
Atardecer en Tánger. 1914. Óleo sobre lienzo, 38 x 50 cm. 68 x 93 cm. Obra de Enrique Simonet
Terrazas de Tánger. 1914. Óleo sobre lienzo, 56 x 84 cm. Obra de Enrique Simonet
Cascada de La Hiruela. 1921-1923. Óleo sobre lienzo, 70 x 90 cm. Obra de Enrique Simonet
Paisaje de La Moncloa. 1918-1920. Óleo sobre lienzo, 47 x 56 cm. Obra de Enrique Simonet
Camino de El Paular. 1921-1923. Óleo sobre lienzo, 62 x 78 cm. Obra de Enrique Simonet
Paisaje de El Paular. 1921. Óleo sobre lienzo, 77 x 55. Obra de Enrique Simonet
Dobles chopos en el río. 1918-1923. Óleo sobre lienzo, 62 x 44 cm. Obra de Enrique Simonet
Otoño en la Dehesa. 1918. Óleo sobre lienzo, 58 x 43 cm. Obra de Enrique Simonet
Terremoto en Málaga. 1885. Óleo sobre lienzo, 76 x 46 cm. Obra de Enrique Simonet
Tribunal Supremo, Madrid. Escalera de Honor. De carácter monumental y principesco, desciende bajo los frescos del techo, pintados por Enrique Simonet con motivos referentes a las regiones de España (Fotos: conocemadrid.blogspot.com.es)
Cuatro retratos de Enrique Simonet
Autoretrato de Enrique Simonet. 1910. Óleo sobre lienzo, 100 68 cm.
Pues esto es todo amigos, espero que os haya gustado el trabajo recopilatorio dedicado al pintor español Enrique Simonet (1866 - 1927) es uno de los pintores injustamente olvidadados, que merece un mejor reconocimiento. Para mí tiene una obra excelente, a la altura de los grandes maestros del siglo XIX.
Al parecer su vocación primera o de la infancia fue eclesiástica, pero la abandonó para dedicarse a la pintura. A pesar de ser valenciano de nacimiento y de que estudió en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de su ciudad natal, se vinculó al círculo malagueño tanto por su pronta llegada, como por su origen familiar, su formación artística y/o su actividad profesional en la ciudad de Málaga. Y también estudió en el taller del valenciano Bernardo Ferrándiz en Málaga, formando parte de la llamada escuela malagueña de pintura.
Fuentes y agradecimientos: es.wikipedia.org, commons.wikimedia.org, artcyclopedia.com, ceres.mcu.es, juntadeandalucia.es, museodelpatrimoniomunicipal.malaga.eu, maestrosdelretrato.blogspot.com.es, conocemadrid.blogspot.com.es, laopiniondemalaga.es, pintura.aut.org y otras de Internet.
Fuente
No hay comentarios:
Publicar un comentario