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martes, 17 de noviembre de 2015

La exposición más inaccesible del mundo está en Fukushima

El grupo de artistas durante una de sus intervenciones en Fukushima
El grupo de artistas durante una de sus intervenciones en Fukushima - The Creator's Project

Doce artistas, Ai Weiwei entre ellos, ha realizado varias instalaciones artísticas en la zona de exclusión acotada después del desastre nuclear. No hay imágenes, ni catálogo. La muestra solo podrá ser visitada cuando sus habitantes puedan volver
Cuando la central nuclear japonesa de Fukushima entró en crisis en marzo de 2011, miles de personas cogieron sus coches y huyeron hacia el norte. Algunas recapacitaron, pararon su coche y comprobaron la dirección del viento, para conducir de forma opuesta a él, con el fin de alejarse de la nube radiactiva que desprendía la planta.
«Es un saber popular que puede resultar extremadamente importante enmomentos de crisis», ha afirmado al periódico británico The Guardian Jason Waite, uno de los comisarios de un proyecto artístico que acaba de abrir sus puertas en plena zona de exlución de Fukushima.
La exposición, que puede ser la más inaccesible del mundo, se titula, «No sigas al viento» y en ella han colaborado un total de doce artistas: Ai Weiwei, Taryn Simon, Ahmet Öğüt y Trevor Paglen y, entre los japoneses, Aiko Miyanaga, Nobuaki Takekawa y el colectivo Chim-Pom.
Ni inauguración ni críticas en la prensa, ni imágenes o descripción textual alguna en su página web, una página en blanco en la que un breve audio explica que el objetivo es que la exhibición sea tan invisible como la radiación. «Sólo podra ser vista en un futuro, siempre y cuando sea seguropara sus habitantes regresar», explican sus creadores.
El único acceso a la muestra se tiene en el Museo Watari de Arte Contemporáneo de Tokio. En su página web, bajo el epígrafe «Centro para no visitantes», recopilan descripciones, impresiones de los artistas y algunos datos, pero no existe catálogo.


Fue el colectivo Chim-Pom, formado por seis autores, el que comenzó con el proyecto en 2012, con la determinación de llevar el arte hasta las zonas designadas oficialmente como «difíciles de volver», por la alta radiación.
Los artistas han trasformado espacios cotidianos como una granja, una casa privada, un centro recreativo y un almacen en una respuesta artística al peor accidente nuclear desde Chernobyl.
Fuente
http://www.abc.es


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