Francisco Gutiérrez (1906-1945), mexicano
El Museo Nacional rescató del olvido al pintor oaxaqueño Francisco Gutiérrez (1906-1945), mediante la muestra retrospectiva de quien permaneciera por varias décadas marginado de los mecanismos de difusión artística de este país, en gran parte porque su obra se distanciaba de los principios ideológicos y estéticos que la Escuela Mexicana de Pintura predicó en las primeras décadas del siglo XX. El abandono se refleja en que la última exposición individual que se le dedicó fue en 1938 en la UNAM, a la que por cierto asistió el poeta André Breton, invitado por Diego Rivera y Alfonso Reyes. A pesar de la importancia que el creador gozó en vida, ahora se desconoce el destino de varias de sus piezas, no obstante que algunas de ellas han sido subastadas en la importante galería Sotheby’s. Sin embargo, 40 años de su trágica muerte, el Museo Nacional (Munal), en colaboración con el Museo de arte contemporáneo de Oaxaca (MACO), rescatan su trabajo para evidenciar que, a pese al poco conocimiento de su obra, su pintura se reflejó en creadores como Siqueiros, Rivera y Orozco, quienes además fueron amigos del pintor.
El influjo del creador no se limitó a la esfera plástica, curiosamente Gutiérrez es muy buscado por los poetas: Augusto Monterroso tenía obra de él, Alí Chumacero piensa “que no hay mejor artista”, Andrés Henestrosa también posee algunas piezas y Jaime Labastida gestionó la compra de dos obras para el museo de Sinaloa que ahora se exponen en el Munal. Teli Duarte, investigadora del recinto, justifica la influencia de Gutiérrez diciendo “que hay, en su obra, un reflejo de la poesía y la música. A lo largo de su trayectoria se percibe un lirismo de una delicadeza extraordinaria”. Debido al abandono que sufrió Gutiérrez la localización de la obra fue “complicada”, explicó Teli Duarte, quien estuvo rastreando a los descendientes del oaxaqueño, incluso, por medio del directorio telefónico. De hecho el Munal solamente posee una obra del oaxaqueño y el 95% de las obras expuestas provienen de colecciones particulares —como la Galería de Arte Mexicano y la López Quiroga—, reflejo de la escasa aceptación estatal que tuvo, por lo que los acervos públicos casi no tienen su obra. La muestra presenta 200 obras del oaxaqueño que permiten revisar su trayectoria y apreciar la asimilación que tuvo de las vanguardias pictóricas de la época como el cubismo, simbolismo y surrealismo las cuales trabajó a pesar de que nunca salió de México. La muestra de Francisco Gutiérrez estará en exhibición hasta el 2 de octubre en el Munal (Tacuba 8, Centro Histórico).
Además se ofrecen diversas actividades paralelas a la muestra que se pueden consultar en la página de Internet del museo: www.munal.com.mx A pesar de la hemiplejia siguió pintando El Munal exhibe, como parte de la muestra, 30 dibujos que Francisco Gutiérrez realizó con la mano izquierda a partir de que quedó hemipléjico por un tumor cerebral que desarrolló unos 16 meses antes de su muerte. Poco antes de su deceso —en 1944—, varios pintores organizaron una exposición para ayudar al creador, mediante la donación y venta de piezas. De esta forma artistas como Rufino Tamayo, J.C. Orozco, Juan O’Gorman, Raúl Aguiano y Germán Cueto “hicieron patente la estimación y admiración que sienten todos los pintores y poetas por Francisco Gutiérrez”, de acuerdo al texto que Teresa del Conde realizó para la muestra del Munal. La trágica vida del oaxaqueño incluye también la sordera, producto de un trauma físico en la infancia. A pesar del padecimiento, Gutiérrez era fiel seguidor de la música y admiraba a Bethoven con quien compartió la discapacidad.
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