Fachada exterior del museo. Imagen: Archivo.
- La ubicación será la reunión de bienes culturales más grande del mundo
- Además del Louvre, el Musèe d'Orsay también ha prestado sus obras
El museo, cuya inauguración está prevista para este año, convertirá a la capial de los Emiratos Árabes Unidos en uno de los centros del arte más importante de todo el mundo.
Emiratos Árabes es ya, sin duda alguna, uno de los países más importantes en la escena internacional. Lo es por su economía, su situación geográfica y, a partir de este año, lo será también por ser una de las capitales mundiales del arte, gracias a la inauguración del museo Louvre de Abud Dhabi, cuya construcción, en la que participa el grupo español Sanjose, está ya muy avanzada y dispuesta a sorprender a todos. Si los bocetos y maquetas fueron toda una sorpresa, ahora que puede vislumbrarse claramente la construcción, ésta ha adquirido su grado más destacados. Razón por la cual, en el año 2015, fue galardonado con el premio de diseño Identy.
Quizá, lo más llamativo de todo el edificio sea su gran cúpula, de 180 metros de diámetro y 7.000 toneladas de peso, con la que se quiere evocar algo así como un "oasis de luz", según comentó el responsable de todo el proyecto, el arquitecto francés Jean Nouvel, ganador del prestigioso premio Pritzker.
La construcción hunde sus raíces en la tradición árabe, inspirándose en las hojas de palmera entrelazadas que suelen utilizar en aquella región para cubrir las casas, así como en las celosías de tipo mashrabiya, propias de la edificaciones musulmanas. Sin embargo, el arquitecto francés quiso que estos elementos tradicionales maridarán con otros más modernos, por lo que diseñó una serie de aperturas geométricas que permiten que los rayos de sol se filtren para, por medio de la técnica moderna, ofrecer al visitante "sensaciones que se han explorado innumerables veces en la arquitectura árabe".
Bajo la cúpula, se levantan 30 edificaciones de carácter geométrico y baja altura, construidas con piedra y vidrio y dispuestas de tal forma que conformarán un paseo que inevitablemente trasladarán al visitante a las antiguas medinas. Estas construcciónes contrastará con las galerías de arte, repartidas en más de 9.000 metros cuadrados, de techos altos y gran amplitud y en las que tendrá presencia el agua, un elemento esencial en la composición de la construcción, gracias a un sistema de canales inspirado en la antigua ingeniería árabe. Por eso, la unión entre tradición y modernidad, es la máxima que se ha seguido en todo el diseño, que trasciende lo meramente decorativo para integrarse plenamente con los visitantes, proporcionándoles un elenco de sensaciones, gracias a los juegos de luz natural, temperatura y agua, que completan la visita.
Porque no han de olvidarse las altas temperaturas de la zona, que han condicionado los diseños y construcciones y que, lejos de ser un problema, ha sido aprovechado por el arquotecto para crear un mundo distinto al del exterior, acogedor y en el que luces y sombras, reflexión y calma, transporten al visitante a un estado en el que disfrutar con la contemplación de las joyas artísticas que albergará y que harán de la isla de Saadiyat, en la que está levantándose el museo, el punto del planeta con más bienes culturales.
Un gran centro cultural
El museo surge de un acuerdo entre el parisino Museo del Louvre, el Gobierno francés y el de Abu Dhabi, firmado en el año 2007. El compromiso entre las partes no sólo contempla la cesión de piezas de la colección del centro parisino, compuesta por más de 35.000, sino que va más allá de un mero acuerdo de préstamos, incluyendo también el intercambio de experiencias sobre la difícil gestión de un centro de arte de estas dimensiones.
Distintas civilizaciones
Además, otras instituciones culturales francesas han llegado a acuerdos con Abu Dhabi. El Musèe d'Orsay es uno de ellos, con cuyas obras de arte nutrirá la colección permanente del nuevo museo, que ocupará 6.000 metros cuadrados y, a buen seguro, será desde el mismo día de su inauguración, una de las más espectaculares del mundo. Lo será no sólo por su volumen, sino también por su calidad. Así, siguiendo la impronta de los llamados museos históricos, como el propio Louvre de París, incluirá en sus galerías obras de distintas civilizaciones de muy distintas épocas desde las culturas prehistóricos hasta la contemporaneidad, prestando atención a la arqueología, las bellas artes y las artes figurativas. Así, el museo conformará un discurso expositivo que abarque obras sumamente dispares, tanto en estilo como en fecha, dando la oportunidad a quienes acudan a visitarlo, de contemplar todos los siglos de la historia del quehacer artístico del hombre.
Además, todas las galerías y exposiciones contará con material didáctico y multimedia que facilitará a los visitantes tanto la comprensión como el disfrute de las obras, aprovechando el amplio bagaje que en divulgación y promoción del arte tiene el parisino Louvre.
Un paseo en definitiva por todo el devenir de la Historia, del arte y sus formas, a través de galerías llenas de luz solar, rincones que se esconden entre claroscuros y la musicalidad del agua fluyendo.
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