La exposición dedicada a Iliazd y Picasso, en la Casa Natal. / JAVIER ALBIÑANA
Si el vínculo entre la Fundación Picasso Casa Natal y el Museo Estatal Pushkin de Moscú se remonta casi a los mismos orígenes de la institución malagueña, la llegada a Málaga de la sede del Museo de Arte Ruso de San Petersburgo y la inclusión del mismo en la Agencia para la gestión de la Casa Natal y otros espacios museísticos ha reforzado en los últimos años, de manera casi inevitable, la conexión rusa del arte en Málaga. Cabe subrayar que la posibilidad de acudir a Picasso como embajador abrió, en gran medida, las puertas que condujeron a la instalación enTabacalera del Museo Ruso; y que semejante órdago convirtió al Museo Pushkin en una suerte de socio predilecto de la Agencia, ya que también el centro moscovita vio con buenos ojos la opción de difundir su legado en España de la mano de Picasso. Así, la exposición Iliazd & Picasso. Páginas de arte y vida, inaugurada este jueves en la Casa Natal, donde podrá verse hasta el 23 de junio, venía gestándose desde hace ya algunos años como respuesta evidente y notoria a este interés. Es ahora, en todo caso, cuando la muestra ocurre, y lo hace además como preludio al simposio Picasso y Rusia, que se celebrará este mes en Málaga en virtud de un proverbial mano a mano entre la Casa Natal y el Museo Picasso y para el que el Museo Pushkin, que no se diga, ha prestado un impulso decisivo. Si la definición de Málaga como satélite del sistema artístico ruso era ya una realidad gracias, en parte, a un Picasso adorado al otro lado del Telón de Acero (y si el amor se demuestra con obras, ahí están los más que significativos fondos del artista malagueñoconservados en el Museo Pushkin), el abrazo entre los dos extremos continentales reviste garantías para perdurar, influir y significar.
De entrada, la misma directora del Museo Pushkin de Moscú, Marina Loshak, acudió este jueves a la presentación de la exposición, que revisa la amistad e inspiración compartida entre Picasso y el artista, escritor y editor georgiano Ilia Mikhailovich ZdanevichIliazd (1894-1975), un creador que ya despuntó en las vanguardias rusas antes del estallido de la Revolución Soviética y que tras la misma se dedicó en París a organizar, articular y visibilizar la aportación rusa a la vanguardia europea de entreguerras. El asunto no es precisamente baladí por cuanto Iliazd y Picasso compartieron amistad y quehaceres durante medio siglo: los dos artistas se conocieron en 1922, precisamente al abrigo de la Unión de Artistas Rusos en París(de la que Iliazd fue presidente), y desde entonces se convirtieron en cómplices hasta prácticamente la muerte del malagueño. Esta comunión cristalizó especialmente en los libros de artista a los que Iliazd, en su faceta de editor, era tan aficionado: la primera colaboración en este sentido se alumbró en 1940 con la edición de que el georgiano hizo de su poemario Afat con grabados de Picasso. Si el autor del Guernica presumía de no haber creado nunca ilustraciones expresamentepara publicaciones concretas (permitía, en todo caso, y cuando lo hacía, que los editores incluyeran sus imágenes en las ediciones de autores clásicos, por ejemplo), hubo una excepción al respecto que tuvo el nombre de Iliazd (quien a finales de los años 40 se instaló cerca de Vallauris, lo que reforzó la amistad entre ambos y la investigación compartida en materiales como la cerámica). Hasta la muerte de Picasso, ambos publicaron otros seis libros de artista. El último quedó incompleto.
Buena parte de las más de 200 obras contenidas en la muestra se corresponde por tanto con las artes gráficas, aunque también pueden admirarse documentos, carteles, objetos personales, publicacionesperiódicas y hasta planchas de imprenta. El material es tan ingente que la sala de exposiciones de la Casa Natal ha cambiado su museografíaespecialmente para esta muestra, nacida, según explicó Marina Loshak, a modo de "prolongación y ampliación" de la retrospectiva que el Museo Pushkin de Moscú dedicó a Iliazd hace tres años. "El proyecto de exposición, preparada junto con coleccionistas privados, con quienes el museo tiene muchos años de cooperación, pretende mostrar en su totalidad las obras creadas en la colaboración creativa de dos maestros del siglo XX", explicó la directora, quien subrayó la importancia que atesora para el Museo Pushkin "presentar esta iniciativa en la casa donde nació el artista más grande del siglo XX". La memoria de esta amistad encuentra así consuelo y reivindicación a este lado del Telón de Acero.
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