Joaquín Rivero, fallecido esta semana a los 72 años de edad. ANTONIO HEREDIA
El ex presidente de Metrovacesa deja un legado incalculable: Goya, Greco, Velázquez...
El empresario Joaquín Rivero pasará a la historia por encarnar en sí mismo losmilagros y las miserias de la burbuja inmobiliaria. Fallecido a principios de semana en su Jerez natal, Rivero vivió vertiginosamente el ascenso y la caída de aquellos años, en su condición de presidente de Metrovacesa, la inmobiliaria más grande del país. Al final de su vida, ya sin poder alguno en el ladrillo y con una condena a cuatro años de cárcel por el Tribunal Correccional de París, deja sin embargo una brillante y reluciente herencia: su colección de arte.
Se trata de tres centenares de cuadros que el empresario adquirió paralelamente a su gran éxito inmobiliario. Cerca de 300 obras que conforman una de lascolecciones privadas más importantes de España y que abarcan desde los siglos XV al XIX de la pintura española. Aunque su primera inversión fueron dos piezas del semi desconocido Esteban March, poco a poco fue adentrándose más profundamente en el mundo del arte y quiso destinar sus esfuerzos a los grandes nombres: Zurbarán, Velázquez, Madrazo, Hiepes, Valdés Leal... las joyas de la colección son los retratos de Luisa de Parma y Carlos IV que pintó Francisco de Goya en 1800, e incluso consiguió hacerse con un Greco, algo harto difícil hoy en día. A parte de la evidente motivación económica (decía a sus amigos que era "lo único" que le iba a poder dejar a su única hija, Helena), el empresario quiso ver en su afición una manera de recuperar patrimonio español desperdigado en otros países.
Ahora, las obras pasarán a manos de Helena Rivero, su hija y heredera, quien aprendió mano a mano con su padre los entresijos del mundo del arte y ha sido quien se ha ocupado de facto de los pormenores de la colección a lo largo de los años. Ella misma lo contaba en una entrevista con La Voz Digital: "Me inicié en el arte junto a mi padre entrando en museos y estudiando cuadro por cuadro, cuándo y cómo se hicieron, quien los creó, de qué época proceden... Vengo varias veces por semana a Jerez y me siento feliz con mi trabajo porque la galería es mi responsabilidad y me otorga muchas satisfacciones".
Sólo una selección de las obras se expone al público, en unas instalaciones al efecto dentro de las Bodegas Tradición, en Jerez. El resto están en Madrid. Son la huella de una época dorada que ya no volverá. La era en la que el ladrillo catapultaba al éxito a cualquiera que supiera verlo, y Rivero lo hizo. Comenzó a los 23 años, montando una empresa de materiales de construcción. De ahí pasó a fundar su propia constructora, a construir en Estados Unidos y Latinoamérica, a hacerse con el control de Metrovacesa, la gran inmobiliaria del momento. En 2007, el año en que la tensión de la burbuja llegó al máximo y estalló, la revista Forbeslo incluyó entre las 600 personas más poderosas del mundo, con una fortuna que calculaban en unos 1.700 millones de dólares. Las opas y las contraopas que vivió luego en Metrovacesa y su caída del pedestal pertenecen ya a la lamentable historia de aquellos años.
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