"Sin titulo" (Visita del Papa a Nueva York en 1994), obra de la artista Anne-Marie Schneider, durante la primera exposición de la artista francesa que el Museo Reina Sofía ha presentado. EFE
Caras que se transforman en olas, cuerpos que acaban por ser casas y cuentos transformados en coloridos dibujos, son algunas de las 250 obras de la francesa Anne-Marie Schneider que componen la primera exposición en España sobre la artista, abierta desde mañana en el Museo Reina Sofía.
Desde sus primeros dibujos minimalistas hasta la progresiva incorporación del color, Schneider (Chauny, 1962) experimentó también con la pintura y el cine "para alcanzar un nivel poético", según Manuel Borja-Villel, comisario de este recorrido sobre la evolución de la creadora, presentado hoy en el museo madrileño junto a la coordinadora Leticia Sastre.
La trayectoria de la francesa, ha declarado Borja-Villel, se construye en torno a sus dibujos, que "le permiten construir su forma de entenderse y entender el mundo", influenciados por elementos autobiográficos y la escritura de Franz Kafka y Virginia Woolf.
La muestra comienza con los primeros dibujos de Schneider sobre objetos ordinarios y escenas cotidianas, creados en 1988 y marcados por su trazado lineal, en los que se nota la huella de referentes como Eva Hesse, Louise Bourgeois o Philip Guston.
Precisamente al estilo de este último se asemejan esos primeros trabajos en los que el color solo tiene utilidad como relleno, en una búsqueda por enfatizar la gestualidad del trazo.
Posteriormente, la exposición continúa con la etapa en la que el color se hace presente en sus piezas y diversifica su lenguaje, como en la serie dedicada a reinterpretar el cuento popular "La bella y la bestia", en la que se percibe su interés "por la tensión entre belleza y fealdad, más que por la moral", ha detallado el comisario.
Además de la deriva de Schneider hacia los monocromos azules, como en "Chambre" o "Sans titre", esta exposición incluye también películas como "Boda", que la artista realizó en 2003, y proyecciones de los cortos titulados "Código de barras" y "Como un perro", grabado en Super8 en base a un texto del escritor checo.
Un mundo de contrastes en el que la improvisación inicial convive con el gesto preciso en sus trazos, que dejan ver el movimiento de la acción en sus distintas intensidades, derivas y curvas.
Su producción contiene asimismo trabajos que abordan acontecimientos políticos y sociales de su época, como los dibujos sobre el desalojo de inmigrantes indocumentados del barrio parisino de Saint-Bernard en los años 90, en los que se hace presente su uso de la sátira.
En conjunto, un recorrido "personal sobre su propia vida", ha añadido Borja-Villel, en el que esta visión íntima de la artista combina fantasía con la realidad de situaciones cotidianas.
Además de la exposición, que estará abierta hasta marzo de 2017, el Museo Reina Sofía coeditará junto a Éditions L'Arachnéen un catálogo sobre la obra de Schneider que contará con un texto de Jean-François Chevrier.
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