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martes, 3 de enero de 2017

La expansión internacional, reto del Centro Pompidou en su cuarenta aniversario

El emblemático edificio del Centro Pompidou
El emblemático edificio del Centro Pompidou - Afp


La institución francesa prepara un programa de trescientas exposiciones y festivales en cuarenta ciudades

El Centro Pompidou cumple 40 años. Y celebrará el aniversario con ambiciosos proyectos: descentralización a 40 ciudades, expansión internacional, creación de un foro de debate intelectual, apertura de «pasarelas» entre arte y ciencia, creación de una escuela de arte, búsqueda de artistas emergentes…
Serge Lasvignes, presidente del Centro Pompidou, resume de este modo ese «arco iris» de ambiciones muy diversas: «Cuarenta años es la edad de la madurez, cuando se tiene fuerza y experiencia al mismo tiempo. Más que celebrar el “parisianismo” de nuestro museo, me ha parecido oportuno respetar su ambición fundacional, con más de trescientas exposiciones y festivales, en cuarenta ciudades, en Francia y más allá. Debemos ser un modelo de descentralización cultural. En el terreno internacional, la experiencia de Málaga es muy positiva. Nuestras relaciones son excelentes con la alcaldía malagueña. Creo que puede ser una suerte de “piloto” para imaginar lo que podremos hacer en Shanghai, cuando culminen las negociaciones en curso».

Colección permanente

Las 120.000 obras de arte contemporáneo de la colección permanente del museo (una de las más importante del mundo) permitirán un ambicioso plan de exposiciones, en toda Francia, comenzando por muchos suburbios. Están previstas revisiones y retrospectivas de grandes creadores, pintores, plásticos, fotógrafos, como Walker Evans, Josef Koudelka, David Hockney, César, Hervé Fischer, Steven Pippin, André Derain, entre un largo etcétera.
Las grandes exposiciones conmemorativas del 40 aniversario de la inauguración oscilarán entre el rescate de grandes maestros, la consagración de maestros establecidos y el lanzamiento de valores emergentes.
La fotografía tendrá una importancia sustancial en ese programa, con dos primeras retrospectivas, consagradas a Walker Evans, uno de los patriarcas de la fotografía humanista norteamericana, y Josef Koudelka, nacido en la República Checa, nacionalizado francés, un fotógrafo excepcional curtido en la revelación de paisajes humanos marginales o muy marginales.

David Hockney

Patriarca del pop inglés, David Hockney, en la cúspide de su fama y magisterio, será homenajeado con una retrospectiva que algo pudiera tener de «revisión» del canon tradicional y moribundo de las vanguardias más o menos difuntas. Tras la inauguración de un museo consagrado a su obra, en su patria, la retrospectiva del Centro Pompidou será una suerte de «subida a los cielos».
En el terreno quizá indispensable de los grandes maestros en vías de revisión, están previstas dos retrospectivas de creadores franceses, André Derain y César. Derain vive desde hace años en una suerte de «purgatorio» oficioso. Amigo y admirado por Balthus, respetado por Picasso, Derain fue víctima de los primeros cánones vanguardistas. Celebrado en la «factoría» canónica de lo contemporáneo, Derain vive una suerte de feliz «resurrección».
César, el escultor francés, gran admirador de Pablo Gargallo, el genio aragonés, ha recibido todos los homenajes. Una nueva retrospectiva volverá a celebrar su talento muy del gusto del gran público y la crítica francesa, siempre generosa con los maestros locales.

Arte emergente

Sin embargo, la tarea básica del Centro Pompidou, expositiva, está llamada a completarse, abriendo la institución al arte emergente y los grandes debates culturales de nuestro tiempo. Con ese fin, Serge Lasvignes ha concebido varias actividades paralelas: creación de una bienal artística, apertura de un foro y una escuela del centro.
Lasvignes explica de este modo tales proyectos: «Nuestra bienal se llamará “Cosmópolis”… iremos en busca de artistas de cinco continentes; y los traeremos a París, para presentarlos, exponerlos y discutir con ellos. Nuestro foro intelectual se llamará “Mutaciones - Creaciones”. Deseamos abrir y construir pasarelas entre el arte y la ciencia. Invitaremos a científicos, artistas, diseñadores e ingenieros a discutir y debatir, trabajar en común. Y más tarde expondremos sus trabajos. Inauguraremos este año, también, una Escuela de arte del Centro Pompidou, abierta a todos los públicos, desde la infancia. Una parte de la enseñanza podrá realizarse a través de internet. Y también propondremos clases prácticas, en nuestro edificio parisino, convertido ya en una institución emblemática».
Se trata, en cierta medida, de una «prolongación natural» de las actividades básicas del Centro Pompidou. La biblioteca pública del Centro ya ha recibido más de 100.000 lectores. Las nuevas actividades permitirán ampliar su vocación pedagógica original.

Edificio legendario

Los 15.000 m2 de la exposición permanente y los 5.200 m2 dedicados a exposiciones temporales, en un edificio legendario («factoría» en sus primeros años; «icono de nuestro tiempo», más tarde) tienen una frecuentación masiva (entre 3,5 y 3,8 millones de visitantes anuales. Pero los fondos y ambición del Centro solo pueden crecer más allá de las fronteras parisinas y nacionales: de ahí la «descentralización» nacional (Metz) e internacional (Málaga, Abu Dabi).
Crecimiento que también tiene una palmaria dimensión financiera, de Estado, obligado a financiar el 58 % de los 135,5 millones de euros del presupuesto anual (2016). Sin duda, el 42 % del presupuesto del Centro provienen de recursos propios. Pero, en tiempos de crisis, el Ministerio de Cultura insiste desde hace años en la necesidad de buscar por todos los medios nuevos recursos de financiación, del mecenazgo a las exposiciones «gran público», pasando por la «asociación» con instituciones prestas a aportar fondos.

Sinergias financieras

La expansión internacional crea «sinergías» financieras significativas. Las instituciones de «provincias» aportan su «granito de arena», favoreciendo la «descentralización». Las exposiciones «gran público» son una renta nada desdeñable.
Entre las exposiciones y retrospectivas más visitadas del Centro Pompidou, en sus cuarenta años de historia, se encuentran las consagradas a Salvador Dalí (1979-80 y 2012-12), con 840.662 790.090 visitantes. Matisse (1993) tuvo 734.896 visitantes (1993), Kandinski (2009) 702.905, Koons (2014-2015) 650.045, Lichtenstein (2013) 546.229, Matisse (2012) 494.085, Bonnard (1984) 488.093 y Munch (2011/2012) 486.888.
¿El arte que vendrá...? Esa es ya otra historia.
Fuente

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